Beltrones-Senado: fin y principio
Roberto Vizcaíno miércoles 13, Abr 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- La Casa del Federalismo, que a partir de mañana habremos de ocupar y que se encuentra en la avenida Reforma de esta ciudad, nos ofrece una perspectiva de un Senado que también se moderniza en sus prácticas, en sus procedimientos, adicionalmente en sus instalaciones
La sesión del Senado de ayer fue la última que se realizó en las instalaciones del viejo recinto de Xicoténcatl. El acto de hoy será el primero que reúna a los tres poderes en la nueva y moderna sede de la Cámara alta localizada a partir de ahora en Paseo de la Reforma, casi esquina con Insurgentes, considerado por muchos como el corazón, no sólo de la gran capital, sino del país mismo.
Todo comenzará con el izamiento de la bandera y luego con una inauguración donde estará el presidente Felipe Calderón y el presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Decía Jesús Reyes Heroles que la forma es fondo. Y como el poder se expresa también en sus símbolos, no es casual que la nueva casa del Senado Mexicano se ubique justamente en la confluencia de estas dos grandes arterias de la gran ciudad. Hacerlo así, es sin duda un acto de poder con el que los senadores responden al abandono que los gobernantes panistas han hecho de Palacio Nacional, para refugiarse, esconderse del pueblo, en una residencia amurallada, sobrevigilada y supercontrolada en sus accesos, como es ahora Los Pinos.
En fin, ambos eventos -el de despedida y el de bienvenida-, marcan el fin y principio de dos épocas del Senado mexicano. Y la recomposición del ejercicio del poder político.
En los dos actos el discurso central corrió a cargo de un mismo personaje: del priísta Manlio Fabio Beltrones, presidente en turno de esta cámara, sin duda uno de los pocos, poquísimos hombres de Estado de la política mexicana.
El de ayer resume no sólo el sentimiento, sino la esencia de lo que significa terminar una época y comenzar otra. Juzgue usted:
“Señoras y señores senadores:
“No hay fecha que en este Senado no haya sido importante… ésta sin embargo reviste enorme importancia para la vida parlamentaria de México, porque hoy, senadoras y senadores de la Sexagésima Primera Legislatura del Congreso de la Unión celebraremos esta última sesión en este inmueble que tiene gran riqueza histórica y tradición ilustrada en sus murales.
“El salón de sesiones de Xicoténcatl 9 es el Recinto Legislativo que desde 1931 ha sido sede del Senado de la República…
“En él han sido galardonados con la Medalla de Honor Belisario Domínguez, 58 ilustres mexicanos, hombres y mujeres que se distinguieron y han distinguido por su sapiencia o sus virtudes en grado eminente, como servidores de nuestra patria o de la humanidad y que se hicieron merecedores de la presea como reconocimiento a su obra y trayectoria.
“Esta casa del federalismo fue testigo de trascendentes y elocuentes discursos de grandes legisladores mexicanos.
“Recordamos con emoción los apasionados debates de senadores polemistas como: Juan de Dios Bátiz, uno de los fundadores del instituto politécnico nacional; de Esteban Baca Calderón, redactor del Artículo 123 de nuestra Constitución, y defensor de la libertad de enseñanza y de expresión.
“De Ezequiel Padilla Peñaloza, diplomático y escritor mexicano, candidato a la Presidencia de la República en 1946; de Fernando Amilpa y Fidel Velázquez, destacados defensores del sindicalismo mexicano; de Gabriel Ramos Millán, agrarista impulsor de la Comisión Nacional del Maíz; de María Lavalle Urbina, destacada jurista e internacionalista.
“De Andrés Henestrosa, historiador y poeta; de Heberto Castillo, científico y luchador social; y de José Ángel Conchello Dávila, destacado tribuno y recipiendario también de dicha presea, entre otros grandes mexicanos que transitaron por este recinto, sólo por mencionar a algunos…
“Senadores integrantes de 27 diferentes legislaturas han convivido en este edificio. Han dado vida con sus debates a nueva legislación, han generado, han prohijado, nuevas ideas.
“Ochenta años de historia legislativa han transcurrido aquí, años de estabilidad y edificación de una nación que anhela paz y progreso.
“Este recinto ha sido el centro de grandes acontecimientos en la vida nacional, testigo de la transición democrática del país en los últimos decenios, y del cambio en su propia integración.
“El Congreso mexicano, indudablemente, es el centro del debate político nacional. Esta legislatura ha dado muestras fehacientes de ello.
“La sede de Xicoténcatl albergó hasta principios de los años noventa a un Senado integrado por 64 senadores, y ha sido sede de la Cámara como hoy la conocemos, con una integración de 128 senadores, producto, todo ello, de diversas reformas constitucionales que propiciaron una representación más plural, acorde con la expresión y la voluntad ciudadana de formar cámaras representativas de diversas fuerzas políticas.
“En el contexto de un sistema bicameral, en este recinto se han escenificado brillantes debates que dieron cauce a instituciones de gran prestigio en la vida nacional. Sólo por recordar algunas:
“El Instituto Mexicano del Seguro Social, en 1943; el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado, en 1959; el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores, en 1971, y; el Instituto Federal Electoral y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en 1990…
“Aquí se alcanzaron reformas que permiten que el Senado participe integralmente en la definición de la política internacional de nuestro país; reformas constitucionales que le facultan para intervenir en la integración de órganos constitucionales autónomos como el Banco de México y la Comisión Nacional de Derechos Humanos y participar en la ratificación de integrantes de instituciones como la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
“Ha sido aquí, en este recinto, donde se han ratificado, durante los últimos 80 años, a los representantes diplomáticos de México.
“Este recinto, entonces, atesora ocho décadas de vida y trabajo legislativo…. en ese lapso se ha contado con el invaluable apoyo de sus trabajadores… destaco el caso de quienes pronto cumplirán 50 o más años de vida laboral en este recinto, me refiero particularmente a la señora Blanca Rosa Félix, al señor Enrique Montes y al señor Pedro Córdova, entre otros… por aquí han transitado destacados reporteros, cronistas parlamentarios y trabajadores de los medios de comunicación…
“Hoy simbólicamente nos despedimos de este salón… aquí se seguirán realizando actos solemnes como la entrega de la medalla Belisario Domínguez. Permanecerá, así, un inmueble pletórico de recuerdos, de importantísimo valor histórico y en el que se vivieron momentos relevantes para nuestro país.
“La Casa del Federalismo que a partir de mañana habremos de ocupar y que se encuentra en la avenida Reforma, de esta ciudad, nos ofrece una perspectiva de modernidad, puesto que, conjuntamente con su reglamento, también moderno, nos orientamos a un Senado que también se moderniza en sus prácticas, en sus procedimientos, adicionalmente en sus instalaciones.
“Ese sería el espíritu que nos invitaría a celebrar la próxima sesión el día de mañana (hoy) en la sede del Senado de la República, ubicada en la avenida Reforma de esta ciudad. Nos corresponderá honrarlo a quienes ocupemos sus escaños y en todos sus espacios destinados al trabajo legislativo”, concluyó.
Rescate en un muy breve espacio de la importancia de un recinto que antes fue hospital y que albergó al Senado surgido de la Revolución, para constituirse así en uno de los grandes pilares de la endeble e imperfecta democracia mexicana, pero democracia al fin.
Ser testigo del fin de un recinto y el inicio de otro de una institución esencial de nuestra democracia, es un privilegio que no ocurre muchas veces en la vida de un periodista. Le agradezco a quien haya que agradecer haberme dado esta oportunidad, al igual que cuando atestiguamos el traslado de la Cámara de Diputados de Donceles a San Lázaro, y cuando luego vivimos aquel tránsito de una cámara itinerante que nos llevó a muchos al Centro de Convenciones del Centro Médico Nacional y de regreso a San Lázaro.