En marcha, los comicios federales
Ramón Zurita Sahagún lunes 5, Abr 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El domingo 4 de junio dio inicio la contienda más atípica y numerosa en la historia de México, por las condiciones en que habrá de efectuarse y el número tan grande de posiciones en los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.
Resulta sumamente extraño que algunos de los partidos tengan campañas sin candidato a gobernador, candidatos en campaña que ya no lo son, de denuncias al por mayor, cancelaciones de candidaturas de todo tipo, tres nuevos partidos y con un partido mayoritario enfrentado con los organizadores del proceso electoral.
Hay de todo como en botica, dirían los clásicos, pero la realidad es que es el principio de una contienda feroz en que los otrora tres partidos mayoritarios firmaron una alianza para contender en conjunto contra los abanderados de la ahora aplanadora representada por Morena.
Se trata de frenar y abollar al orgulloso partido que en su segunda participación ganó casi todo, Congreso federal, Presidencia de la República y la mayoría de las gubernaturas en disputa, algo inusitado en la historia política de México.
Ahora ese mismo partido (Morena) defenderá con las uñas su mayoría, ya que requiere de una nueva mayoría, como la actual, para poder sacar las iniciativas de ley, consideradas como prioritarias para consolidar el proceso de transformación que pregona la 4T
En juego se encuentra 500 posiciones en la Cámara de Diputados (300 de mayoría y 200 de representación proporcional), pero también la renovación de una treintena de Congresos locales y 15 gubernaturas y un importante número de alcaldías en todo el país.
No es la madre de todas las batallas como llegan algunos a considerar, ya que falta la cereza del pastel, que viene siendo la Presidencia de la República, pero si es de importancia constatar si Morena llegó para quedarse o es simplemente un espejismo que en la cercanía se esfuma, como algunos lo catalogan.
La contienda electoral del 6 de junio servirá para evaluar el futuro de tres partidos que antes eran los que se repartían el pastel de los cargos de elección popular y que ahora tuvieron que optar por una alianza, para tratar de obtener posiciones de mayoría.
Hasta antes de julio de 2018, los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional habían ocupado la presidencia de la República durante 76 años el primero y doce el segundo. Ellos conjuntamente con el de la Revolución democrática habían gobernado las 32 entidades federativas, con excepción de Nuevo León conquistado por vez primera por un independiente.
La forma en que fueron borrados del mapa electoral en 2018 y lo que siguió después motivó la alianza que ahora conforman y que, según previsiones, el proceso electoral de junio no será el de la reivindicación.
Morena arranca como gran favorito con todo y los problemas internos que enfrentan, la cancelación de varias candidaturas y la polarización de la actividad política. Los aliancistas PRI-PAN-PRD, poco parece ser lo que obtendrán, aunque no se descarta alguna sorpresa derivada de los problemas internos de Morena. Movimiento Ciudadano va solo, sin alianzas de ninguna clase y en algún momento se esperaba fuese el caballo negro de la jornada electoral, pero sus candidatos se han desinflado. Los tres nuevos partidos, Fuerza por México, Encuentro Solidario y Redes Sociales Progresistas poco aportarán y alguno o, tal vez, todos perderán su registro.
La elección será totalmente atípica y no se puede adelantar la convocatoria que tendrán en las urnas, ya que la pandemia convierte al proceso electoral en algo diferente que puede frenar la presencia de los ciudadanos en las urnas.
Por lo pronto, habrá que seguir de cerca los acontecimientos y las volteretas que pueden darse algunas de las situaciones en discusión todavía.
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De verdad suena fuerte la forma en que resuelven sus problemas los políticos y sus familiares vinculados al uso del dinero público y la forma en que pueden librarse de pagar con cárcel sus delitos. Brenda Ruacho de Vega, esposa de Kiko Vega, ex gobernador de Baja California, fue acusada de distraer el dinero del DIF estatal y pasarlo a su cuenta personal, sin siquiera pisar la cárcel. Ella se comprometió a devolver los más de seis millones de pesos desviados y retirar un amparo interpuesto, para no pisar la cárcel. Tan fácil se realizó el arreglo que por eso otros delincuentes actúan impunemente con el uso del erario.