Los partidos, en temporada electoral
¬ Augusto Corro lunes 5, Abr 2021Punto por punto
Augusto Corro
El próximo 6 de junio se efectuará la elección más grande en la historia de México. A nivel federal se elegirán 300 diputados por el principio de mayoría relativa y 200 diputaciones por representación proporcional. Según el Instituto Nacional Electoral (INE), serán 93 millones de electores que pueden acudir a emitir su voto en tiempos de pandemia por el Covid-19. Ya las autoridades se encargarán de velar porque el ejercicio electoral se lleve a cabo sin la amenaza de incrementar los contagios virales. A nivel local se votará por 15 nuevos gobernadores, 30 congresos locales y alcaldías en 30 estados.
La lucha para conseguir la representación partidista empezó hace varios meses en el interior de los partidos políticos. Salieron a relucir las ambiciones personales de poder de los “grillos” de siempre: los mismos dinosaurios, no varió el estilo de confrontación, crecieron las inconformidades de los desplazados y transcurrirán muchos días para confirmar que regresa la paz partidista. Mientras, se agudizará la pugna entre los representantes del poder y el Instituto Nacional Electoral (INE). Ambos quieren hacer valer su fuerza. Es muy mala idea poner en entredicho la representación de las autoridades electorales.
En el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) sobresalió la pugna entre su líder Mario Delgado y el diputado Porfirio Muñoz Ledo. Los dos buscaban la dirigencia del partido que ganó el primero, en medio de acusaciones como el uso de recursos públicos para su campaña. Exigió una investigación, que, obvio, no se realizó. Se recrudeció el enfrentamiento entre Delgado y Muñoz Ledo, quien ahora acusa a su adversario de bloquearle la reelección como diputado tres años más, con una campaña corrupta y artera. Ese pleito será de larga duración, pues según los expertos se empezó a definir la guerra por la sucesión presidencial.
El otro caso que sacudió a Morena estuvo protagonizado por el conflictivo aspirante a la gubernatura de Guerrero, el senador con licencia, Félix Salgado Macedonio, (a) El Toro, que contra viento y marea realiza su campaña política a pesar de la prohibición que le aplicaron las autoridades electorales. El legislador acusado de varios delitos sexuales recibió innumerables descalificaciones de la propia cúpula morenista y de los militantes. Los jerarcas del partido dijeron que como Salgado Macedonio no tenía acusación legal alguna podría seguir su camino al gobierno guerrerense.
Sólo que las autoridades electorales no autorizaron la candidatura de Salgado Macedonio porque no cumplió con la obligación de presentar sus gastos de precampaña. El candidato no hizo caso a la prohibición y continuó con sus actos de campaña, en algunos casos con la aceptación de los guerrerenses y en otros con el repudio de la población. Que pendiente la decisión final sobre el futuro de El Toro, quien, dicho sea de paso, tiene la bendición, como se dice coloquialmente, del presidente Andrés Manuel López Obrador, para participar en la contienda, sin importar las acusaciones de abuso sexual contra el controvertido legislador.
Acción Nacional
El Partido Acción Nacional (PAN), antes una poderosa organización de oposición, en el presente se esmera para encontrar la fórmula que lo saque del hoyo en que se encuentra. tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2018. Los dos sexenios en el poder con Vicente Fox y Felipe Calderón no fueron favorables para la causa panista. El primero desaprovechó llevar a cabo el cambio. Se le olvidó su promesa. Al segundo, se le ocurrió enfrentar a la delincuencia organizada, como una manera de justificar el fraude que lo llevó al poder. Con esa acción sin estrategia llevó a México a una guerra con miles de personas asesinadas y desaparecidas.
Los principales dirigentes de Acción Nacional se alejaron de los reflectores políticos. Por eso los blanquiazules únicamente ven en los cargos del partido a Gustavo Madero, al gobernador de Chihuahua, Javier Corral, y a unos cuantos. Es tal la escasez de líderes en ese instituto político que tuvo que regresar a la grilla el llamado “Jefe” Diego. Este Diego Fernández de Cevallos, de 80 años o más, es el dirigente que convoca a los jóvenes a sumarse a la oposición contra el gobierno obradorista. El michoacano Marko Cortés, por ahora el máximo dirigente panista, no ata ni desata. Llevó a su partido a la coalición Va por México de la que forma parte el Partido de la Revolución Democrática (PRD), para competir en las elecciones mencionadas.
PRI
En la misma condición se encuentra el Partido Revolucionario Institucional (PRI) la organización política que se mantuvo en el poder durante décadas. También en la lona, busca líderes. En tanto, el ex presidente tricolor Ernesto Zedillo, también de la tercera edad, decidió regresar a las lides partidistas para darle forma a su partido, que se encuentra en vías de extensión. Lo único que ganó Zedillo en su reaparición fue el recuerdo de sus errores como Presidente de México. Como se sabe, enfrentó una demanda en Estados Unidos por un grupo de víctimas de la masacre de Acteal. Fue acusado de “conspirar” para que se perpetrara la matanza de 45 indígenas, en Chiapas.
PRD
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) también se preparó para la confrontación policía. Igual que los institutos políticos parte de cero rumbo a la conquista del poder. Forma parte de una coalición con Acción Nacional. Su líder, Jesús Zambrano, tiene poco que ofrecer a los militantes perredistas. La lucha real que realiza ese partido se efectúa en la Ciudad de México. El instituto capitalino, dirigido por Nora Arias Contreras, destacó que el sol azteca se encuentra fortalecido y preparado para recobrar la confianza de los capitalinos, sobre todo ante la decepción de un gobierno que no ha sido capaz de cuidar a los ciudadanos.