Mejor, “chelas” por votos
¬ Sócrates A. Campos Lemus miércoles 31, Mar 2021¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
NO HAY LA MENOR DUDA DE QUE NADIE, PERO NADIE SE DEBE METER EN CONTRA DE LAS CAGUAMAS Y LAS “CHELAS”. Imagínense a Ricardo Anaya llegando a la taquería “El último paso” pidiendo unos tacos de trompa, nenepil o cabeza y de acompañamiento un vaso de lechita tibia, pues la burla y el escándalo en toda la cuadra y en la colonia. Pidiendo una torta de tamal con licuado de fresa pues también la joda, al grado que debería ser vetado en todos los tacos y centros de tortas, “chalupas”, caldos y demás lugares a donde se llega no solamente a desayunar o comer o cenar con los cuates y las novias, sino para curarse la cruda o comenzar en el “pedo” y el idiota de Ricardo Anaya aparece de pronto como uno de esos pastores vendiendo el Atalaya diciéndonos que no debemos pecar y dejemos ya de gastar nuestra lana en las caguamas, pues es para que los dueños y accionistas de todas las cerveceras del mundo le pagaran a algún aguerrido crudo o borrachín de barrio para que le diera una soberana chinga y le dejara sin hablar por mucho tiempo, no hay duda que cuando se pierde la realidad se comienzan a tener los problemas y pues que no se meta ni con mi “cucu” ni con mi “chela” ni mi caguama, pues que chingados, cada quién sus gustos y sus gastos.
Pues ahora solamente falta que diga que la “mota”, a punto de legalizarse después de años de lucha y de esperanzas para millones de motos en el mundo, también diga que no debe ser utilizada porque se “hornean” los cercanos a los que la fuman como si se perdiera la esencia de la “motita” cuando se pasan las “bachas” y se dan los “golpes” y al final se pasan los dulces para cortarla, pues que cada quién tiene derecho a esperar ver a sus elefantitos de colores, a sus “rubias de categoría”, de combinarla con las “chelas” y los traguitos para quitar la resequedad de la boca, en fin esto es lo que le falta a un político de pasquín para que se le mande mucho al demonio y ya nadie le haga el menor caso. No se puede atentar tanto en contra de los gustos del “populacho” porque si no lo sabe, el infelizaje nacional forma la mayoría de este país y pues ahora con el Peje, pues tienen el poder y cuando el populacho tiene el poder, pues puede hacer y deshacer lo que le venga en gana, porque mucho tiempo lo han tenido con la pata en el pescuezo y dando lástimas en todos lados por eso el valor de la caguama, porque es la bebida social, la que se puede compartir con los cuates de la cuadra en las horas de calor o de andar en la vagancia, es una medida social, no es para beberse a solas, a menos que el daño que se recuerda es el abandono de la “ñora” y del amor, así sí sirve la caguama, porque no se dan muchas vueltas a la tiendita de la esquina, pero en general la caguama, por si no lo sabe el fifí del Anaya, es la medida de la charla que se disfruta con los cuates porque damos vueltas a los tragos mientras todos van diciendo “salucita de la buena” y pues así salen los “porros”, las “trabucos”, los cigarros de mota y pues la fiesta se arma en los barrio y calles, y el Anaya quiere dejar a un lado toda esa tradición de la jodidez, pues no hay duda que es un soberano pentonto.
El taco va acompañado de una buena “chela” bien fría, es como llegar a festejar en ese día. Pocas cosas dan satisfacción al infelizaje nacional, no hay mucho para tener, los ricachones tienen centros de bailes donde les sirven en “cueros” y no solamente fuman de la “buena”, sino que se sirven de la “coca” para darse tiempo a mayores viajes, ellos toman vinos y hay muchas marcas y precios, llegan los chef a darles cuenta de los platos que hay o de los que de pronto, en sus caras ocurrencias quieren, que si el jamón serrano de pata de cerdo negro, que si la cerveza importada de su lugar de origen en Alemania y que llegue fría, que si el vinito que toma el Papa y el mayor de los hombres ricos del mundo para que sepan lo que van a beber cuando lleguen a la cumbre, en fin, se tienen muchas cosas, pero en la jodidez, la neta es que tacos, tamales, tortas y de vez en cuando caldos de pollo o de gallina y de pescado y ahí pues todos nos chingamos porque el acompañamiento es la “chela”, la caguama si vamos en bolita, por esa razón cuando escuchamos a los fifís hablar de bebidas y comidas, pues en la babia, en la pendeja total, no entendemos lo que dicen cuando hablan y pues esto es lo que hace que las clases sociales se vayan dividiendo en la vida y en la realidad y por ello cuando llegan los políticos fifís pues en serio que la pendejean cuando no saben ni lo que se toma en las calles y colonias del infeliciaje nacional.
Efectivamente entre la leche, a la que además le agregan agua, y el gasto de producción en lo que toman las vacas y se producen los litros para comercializar, el gasto de agua es enorme, igual sucede en la producción de “chelas”, dicen, porque no lo sé, que se consumen muchos litros de agua para producir uno de cerveza y esto es grave, o se comienza a controlar el gasto del agua o nos quedamos secos y entonces, cuando las protestas lleguen por la falta del vital líquido, no va a contestar el Presidente como en Francia antes de la revolución, cuando al decirle a la reina que no había pan y por eso protestaba el “populacho”, contestaba: Pues denles pastelillos, y acá, ni modo que diga el Peje que es abstemio; “Pues denles chelas para la sed”, por eso sí se podría demandar que se reduzca el consumo de “chelas” por consumo de tacos, tortas, caldos, tamales y demás antojitos mexicanos.
Lo que es cierto es que el infelizaje nacional pocas muy pocas formas de satisfacer sus necesidades tiene en cuestión de precios accesibles y pues si de algo sirve el tema, es que las “chelas” son de lo más barato para agarrar el “cuete” y socializar con la “raza”, una coperacha y se va a la tienda no a traer muchas botellas, lo que ayuda a no contaminar más, sino a traer la caguama, la “pata de elefante” en el licor y los tamaños grandes para que socialmente se vayan degustando en las calles que es donde la “raza” se siente a gusto, porque en las casitas que viven no cabe ni un alfiler más. De ahí el éxito de las “chelerías” y esto no lo han investigado los astutos analistas de mercado y ahí está un buen de votos para los que saben hablarle a la “raza” con su lenguaje y con sus gustos, pues es lo real y lo que hay… Sería un buen cambio: “chelas” por votos.