La batalla por Puebla
Ramón Zurita Sahagún martes 30, Mar 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La alcaldía de Puebla era monopolio priista, hasta que irrumpió Acción Nacional y le arrebató la plaza y la marea del lopezobradorismo arrasó con los dos partidos y situó a una representante de la 4T.
El trabajo de Claudia Rivera Vivanco, la alcaldesa con licencia ha sido desastroso, terrible. Tanto, que disputa con el alcalde de Centro (Villahermosa), Evaristo Hernández Cruz el nada honroso título de ser el presidente municipal de una capital estatal más repudiado por sus electores.
Con todo y ello, Claudia buscó la nominación como candidata a la reelección y lo consiguió, superando a un nada exitoso entrenador de futbol, José Luis Sánchez (Chelis) y a un oscuro diputado local, Gabriel Biestro, quien, incluso, impugnó la victoria en las encuestas de la ahora candidata.
Salida del anonimato de un trabajo burocrático, Claudia fue beneficiaria del tsunami López Obrador que acabó con todos los partidos en los comicios de julio de 2018 y entre los triunfadores surgió Claudia, alcaldesa de una capital de las más conservadoras del país y cuya relación con ella es detestable para ella y para los ciudadanos.
Pero Claudia no solamente es rechazada por sus gobernados, también lo es por su gobernador, Luis Miguel Barbosa, quien siendo de su mismo partido mantiene un frente abierto en su contra. Tanto, que el propio Barbosa pidió transparentar el proceso de elección interna que arrojó como ganadora a Rivera Vivanco.
La abanderada de Morena tendrá que lidiar en las urnas con un candidato, Eduardo Rivera, al que venció hace tres años, pero ahora se presenta un escenario distinto, ya que en la boleta electoral no aparece el fenómeno electoral conocido como Andrés Manuel López Obrador.
La elección es distinta a la de hace tres años y los Rivera llegan en condiciones distintas de las de entonces. Claudia con el repudio de los habitantes de la capital y Eduardo sin el respaldo del panismo tradicional que no concuerda con su formación ideológica y su forma de gobernar.
Ninguno de los dos llega en óptimas condiciones, pero van avalados por una alianza que necesita de la victoria, sobre todo de la de Eduardo, quien va arropado por panistas, priistas y perredistas.
Y aunque consiguió el aval de Acción Nacional fue más de conveniencia y necesidad que de reconocimiento a su gestión, ya que el PRD amenazó con romper la alianza y presentarlo como candidato propio.
La contienda de Puebla se dará entre dos Rivera, Claudia y Eduardo, que no viven sus mejores momentos y que tienen en común, además del apellido que han sido alcaldes de la capital estatal.
Eduardo Rivera Pérez es un político con carrera propia que fue arropado por la ola del morenovallismo y que se situó entre los enemigos del entonces gobernador Rafael Moreno Valle, quien le frenó la carrera y a punto estuvo de sacarlo del PAN, aunque aguantó estoicamente y logró ser nuevamente candidato de este partido en 2018, donde la esposa de Rafael Moreno valle fue la candidata a gobernadora. Martha Erika ganó y Rivera perdió. El no tuvo que pasar los sobresaltos de Ana Teresa Aranda, quien por no haber nacido en Puebla fue relegada cuantas veces quiso ser candidata al gobierno estatal. Eduardo tampoco es nacido en Puebla, sino en el Estado de México, pero su gestión como alcalde dejó buen sabor de boca.
Ahora los dos Rivera sostendrán una nueva batalla, por la capital poblana, donde sus malquerientes (que son muchos) se van a dar gusto con descalificaciones y acusaciones de todo tipo, especialmente contra Claudia, quien es señalada por malos manejos del erario en su todavía vigente administración.
El seis de junio constataremos que tan masoquistas con los poblanos que le darán el triunfo a uno de los dos, con todo y que dentro de sus propios partidos no son bien vistos.
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Tiene razón el presidente López Obrador al señalar que el homicidio de una mujer a manos de policías de Tulum, Quintana Roo, nos llena de vergüenza. El asesinato de esta mujer de nacionalidad salvadoreña fue cruento por unos salvajes policías que actuaron deliberadamente y de forma abusiva en contra de una indefensa mujer, que alteraba el orden y debió ser tranquilizada y hasta arrestada de otra manera. Pero no es el único caso, ya que igual atención debe poner en los asesinatos que se cometen diariamente en distintos puntos del país, de los cuales poco se sabe y menos sobre los autores de los mismos, manteniéndose la impunidad como uno de los grandes temas nacionales.