Migración
¬ Augusto Corro miércoles 24, Mar 2021Punto por punto
Augusto Corro
Si se pretende realmente erradicar el problema migratorio será necesario ir a las causas que lo originan.
Con el nuevo gobierno de Joe Biden se contemplan expectativas positivas para enfrentar la crisis migratoria.
Anunció el presidente de Estados Unidos que los menores podrían ya encontrarse con sus padres.
El ex presidente Donald Trump, como un reflejo de su conducta fascista ordenó separar a las familias de ilegales.
Además, el magnate de la construcción presionó al gobierno mexicano para endurecer la vigilancia en las fronteras para impedir el flujo migratorio.
Ese control de las autoridades provocó escenas de injusticia y dramas de los indocumentados varados en los sitios fronterizos.
La migración es un problema mundial que arrancó hace varios siglos. En algunos países el arribo de extranjeros fue benéfico.
En los propios EU la grandeza del país obedeció a la llegada de la población de diferentes partes del mundo. Fueron los ingleses los más decididos a colonizar esa parte territorial de América. También llegaron razas diversas de gente que buscaba mejores condiciones de vida.
Los migrantes fueron, pues, desde siempre, una fuerza de trabajo importante para hacer de EU una potencia mundial.
Los tiempos cambiaron
Debido a los conflictos, de toda clase, en los países latinoamericanos aumentó el fenómeno migratorio.
Desde México, Honduras, El Salvador y Guatemala empezaron a salir miles de personas en busca de escenarios lejos de la pobreza y la violencia.
Se iniciaron las caravanas de indocumentados que arriesgaban su vida, y la de sus familiares, para llegar a EU.
Creció la población de los sin papeles que obligó a los gobiernos mexicano y estadounidense a vigilar sus fronteras.
La vigilancia no fue suficiente. Las caravanas de centroamericanos indocumentados no cesó.
El interés de miles de ilegales de abandonar su lugar de origen fue aprovechado por la delincuencia organizada que ofrecía promesas incumplidas, como la de llevarlos a EU.
En las situaciones difíciles que se encontraban, o se encuentran, los indocumentados optaban por dejar sus lugares de origen.
Imposible vivir en lugares de extrema pobreza, donde es permanente la amenaza de perder la vida. Territorios en los que la delincuencia organizada es intocable.
Miles de centroamericanos decidieron probar fortuna y no les importó el vía crucis para alcanzar el “sueño americano”. Sólo que viajar los caminos mexicanos expone a las caravanas de indocumentados a perder la vida.
O pierden la vida asfixiados en esas cajas de camiones herméticamente cerradas o son masacrados por la delincuencia organizada.
La última matanza de indocumentados ocurrió en enero. Diecinueve guatemaltecos fueron interceptados por la policía que los asesinó a balazos y los incineró.
Joe Biden y sus reformas
El presidente Joe Biden en su campaña electoral se comprometió a otorgar la ciudadanía a los denominados dreamers.
(“Dreamers”: menores de edad que llegaron con sus padres de manera indocumentada. Alrededor de 750 mil son mexicanos).
Y también considerar una estancia legal temporal a jornaleros agrícolas indocumentados.
Ambos proyectos fueron aprobados por el Senado de EU.
Además, un grupo de congresistas trabaja en una ley que otorgaría la ciudadanía a 5 millones de indocumentados.
Se trata pues, de una ambiciosa reforma migratoria.
Por cierto, el presidente Joe Biden decidió no expulsar a migrantes menores de edad no acompañados.
Entre las medidas más importantes para atender las causas de la migración se encuentra la inversión de cuatro mil millones de dólares en la zona centroamericana.
El problema migratorio no es solo de un país. De una u otra forma se trata de un asunto internacional que afecta a millones de personas.
Es fundamental ir a las causas que lo originan. ¿Estamos en camino de conseguir un trato más humano a los indocumentados?