Constitución amagada
Freddy Sánchez martes 23, Mar 2021Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Nuestra Carta Magna no es perfecta, sino perfectible.
Esa justificación suele impulsar las reformas constitucionales, que no son pocas sino muchas.
De modo que si el presidente López Obrador quiere tener una Constitución a su gusto y lo consigue, no será el primero, porque la lista de los reformadores constitucionales es larga.
Algunos antecesores presidenciales, (podría pensarse más bien que muchos), le han “metido mano con singular alegría” a la ley suprema que regula las obligaciones y derechos de la sociedad mexicana.
Con una gran diferencia de por medio al hacerlo, puesto que unos lo hicieron echando mano de la “aplastante” mayoría con la que contaban en el Congreso como es el caso actualmente de Morena, y otros optaron por conquistar la voluntad de sus opositores partidistas.
Así las cosas, es de mencionar que si el rechazo judicial a la reforma eléctrica, (aprobada recientemente por los diputados y senadores morenistas, con el apoyo de sus aliados), realmente hiciera “abortar” la nueva normativa en materia de electricidad, se estaría dando la pauta para que el gobierno en turno se propusiera con mayor razón realizar una reforma constitucional.
Y es que si a pesar de la mayoría que hoy tiene el partido en el gobierno, (en las dos cámaras), tal cosa no le permite realizar modificaciones constitucionales a la medida de los deseos presidenciales, los comicios venideros podrían cambiar el escenario en materia legislativa.
Porque de crecer más el dominio de Morena en el Congreso al grado de conseguir una mayoría absoluta, prácticamente nada impedirá una reforma constitucional justo como la solicite el Presidente, sin cambiarle ni un punto ni una coma.
De ahí, que la resistencia judicial a la reforma eléctrica, podría servirle de una excelente propaganda al gobierno de la 4T, en aras de solicitar a los votantes que cierren filas para otorgar más amplio apoyo a sus representantes legislativos, con la idea de que los opositores partidistas, de plano queden total y absolutamente anulados como contrapeso legislativo.
En caso de darse pues, un nuevo y arrollador triunfo electoral de los diputados que apoyan al presidente, podría anticiparse que no existirá objeción que valga para reformar la constitución e incluso si se quisiera “echar a la basura” toda la que hoy está vigente para crear una absolutamente acorde con lo que se considere indispensable en el Palacio Nacional.
Sin contrapesos legislativos, y estando en poder del mismo Ejecutivo el manejo de los asuntos legislativos, con representantes populares leales en toda la extensión de la palabra al presidente, la oposición en México y quienes cuenten con su capacidad para frenar a Morena en las cámaras, obviamente, terminarán por convertirse en “testigos de palo” de todo cuanto se quiera modificar en materia legislativa para el futuro de este país.
El intento del INE para cambiar los porcentajes de distribución de las diputaciones plurinominales, con la idea de hacer menos amplia la brecha entre la oposición y Morena, en caso de que este último partido vuelva a arrasar en los comicios, pareciera una estrategia promovida desde el interés opositor a fin de contener por anticipado un mayor crecimiento legislativo morenista.
Y lo que sucederá a fin de cuentas, en el afán de “corregirle la plana” al INE se conocerá conforme trascurra el plazo electoral y los momentos que la ley prevé para responder a inconformidades, demandas y denuncias por supuestas irregularidades cometidas.
El caso es que si en los comicios a celebrarse este año, la oposición nuevamente fuera “atropellada” por Morena, logrando este partido la mayoría absoluta en San Lázaro, Andrés Manuel podrá tener la Carta Magna que mejor le parezca. Algo de lo que deben estar ciertos quienes abogan por una Ley Suprema bajo buen resguardo en lugar de una constitución amagada.