La milpa siempre enseña
¬ Sócrates A. Campos Lemus viernes 19, Mar 2021¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
EN MÉXICO, EN 7 POR CIENTO DE LOS HOGARES SOLAMENTE SE COME UNA VEZ EN EL DÍA, la pobreza es una realidad y la miseria genera graves problemas y conflictos, hace algunos años, un buen amigo me recordaba: “las lealtades y las insurrecciones empiezan en los estómagos” y es verdad.
Hace algunos años en trabajo en el campo mexicano tuve que quedarme en la Sierra de Hidalgo en un pequeño pueblo donde la gente amablemente me brindó un sitio para dormir y al otro día, muy temprano, acompañé a mi amigo a la milpa, recogimos quelites y uno que otro chile que estaba maduro, no más, al llegar a la casa la señora y los hijos estaban esperando aquellos quelites con una gran emoción y los pusieron a cocer en caldo mientras ayudábamos a moler el nixtamal para las tortillas, se fueron colocando unos platos de peltre y sentados en la mesa destartalada fuimos recibiendo un caldo de quelite y algunas tortillas con sal de grano, algún chile y algo de café que se cosechaban en ese pequeño poblado. Al mediodía, pregunté sobre lo que comeríamos y me dijeron que no había nada y que lo que se estaba cocinando en la lumbre, en una olla de barro, eran un poco de frijoles y habas que era lo que se cenaría por la noche. Salimos con mi vehículo a otro poblado más cercano y llegamos a una tienda porque no era el día del mercado y compramos algunas latas de sardina y algunos huevos y sopas de pasta, cebollas marchitas y chiles medio pasados y a punto de ponerse a secar, azúcar y galletas de animalitos porque no existían de otras y cuando llegamos a la casa, pude observar la alegría en los rostros de los chicos y la cara relajada de la mujer de mi amigo quien por demás se sentía orgulloso por lo que llevamos, así pudieron comer por unos cuántos días algo que para cualquier gente sería un magro y mal platillo y para ellos un gran deleite y manjares, por ello, cuando se habla de “oídas” para hacer los artículos sobre la pobreza en México o los sesudos estudios de los “intelectuales que cómodamente están sentadotes, tomando café de grano y de calidad y gusto especial para hacer sus libros y estudios, no podemos entender el cómo llegan a sus sesudas interpretaciones, si no es con algún churro de mota y tomando un buen vino o licor de esos exquisitos acompañados con buena música y botanas con los cuates…
HACE ALGUNOS DÍAS, COMENTANDO CON MI AMIGO MIJAEL ZÁRATE, DUEÑO DE “LA CASA EMBAJADOR”, QUE TIENE UN HERMOSO RESTAURANTE DE COMIDA OAXAQUEÑA DE GRAN CALIDAD COMO ES TODA LA GASTRONOMÍA EN ESTE BELLO ESTADO Y PRODUCE, ADEMÁS, UN EXTRAORDINARIO MEZCAL ORGÁNICO me comentaba que uno de sus tíos, en la sierra, tenía al lado de su esposa un pequeño lugar donde daban comida a los viajantes de aquellas desoladas carreteras de la época y que un buen día llegaron dos jóvenes con sus mochilas, deshidratados y con hambre porque ya no tenían dinero, y al verlos y comentar con ellos, su tío se enteró que estos jóvenes estaban recorriendo el país para conocerlo en su realidad y así el tío le solicitó a su mujer que les preparara algo de agua y de comida y demás les dijo que les solicitaría a los choferes que llegaban a ese punto que les dieran un aventón, mientras comían y descansaban bajo un hermoso árbol. Al paso del tiempo, un buen día, recibía su tío una carta de la Presidencia de la República firmada por Luis Echeverría, donde le invitaba a visitarlo a Los Pinos, con muchas dudas ocurrió al lugar y el entonces Presidente le recordó el gran apoyo que les brindara en aquellos momentos, para ellos, duro en su recorrido por el país y no se les olvidó jamás, por lo que le preguntaba a su tío qué necesitaba y el viejo como un viejo ranchero ligado a su tierra le dijo que para él nada necesitaba porque tenía lo que quería y seguía viviendo en su lugar con ese cariño al lado de su familia y le solicitaba que les pusieran la luz al pueblo y así lo realizó el Presidente, lo mismo sucedió con López Portillo que era el compañero de andanzas de Echeverría y por ello, pusieron el agua potable en la zona. Es increíble que esos hombres sencillos que dan todo, incluso lo que no tienen, no busquen más cuando tienen oportunidad, porque ellos saben que al sembrar la milpa como dicen: “Algunas veces da mucho y de sobra y otras quita, pero siempre enseña que la paciencia y la bondad es lo que sostiene a los que viven de la tierra”.
Hace apenas unos días otro de mis amigos; Samuel, quién es un joven profesionista egresado de la UABJO, me enviaba una foto de un sitio donde anda sembrando y protegiendo sus magueyes para el mezcal y que le servían unos frijoles con poleo, una mata de olorosa fragancia que se utiliza para las “crudas”, tés, y ahora sé que también para darles sabor a los frijoles, como si fuera hierba de conejo que es tan popular en la región. Lo curioso es que cuando uno comenta la realidad con este tipo de amigos ligados a la tierra y sin perder el rumbo ni andar con “jaladas” y sueños guajiros entiende uno mucho de lo que en realidad sucede en el país o cuando menos en este tipo de regiones donde la vida tiene que seguir día a día, sembrando para recoger lo que “Dios quiera” y el cielo riegue, mientras ellos, los “intelectuales”, solamente andan en las “jaladas” mentales y dan recetas para solucionar los problemas en el campo mexicano cuando no tienen ni una mendiga idea de lo que realmente sucede en esas chozas y en la mente y esfuerzo de todos esos hombres, mujeres y niños que se meten a las entrañas de la tierra con el respeto a lo que les brinde y agradecimiento a lo que recogen durante esos periodos donde pueden tener algo de más que guardan con mucho agradecimiento, por si las dudas de una mala cosecha, y cuando tienen que dar y no recoger más que suspiros y desesperanza, pero como dicen: “en la milpa unas veces ganamos de más y otras ponemos, pero siempre, siempre la experiencia nos enseña algo de lo que es la Pachamama, la MADRE TIERRA, y de cómo recibe el sudor en la tierra”.