Odio presidencial
Alberto Vieyra G. miércoles 17, Mar 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
AMLO es diestro en el engaño, la mentira, la simulación política y los linchamientos. Los lleva a cabo todos los días y para ello, utiliza todo el poder y los instrumentos del Estado contra sus adversarios y enemigos que él se inventa. Un linchamiento es aquella acción en la que una persona ejecuta sin proceso legal o jurídico y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo, según define el tumbaburros de la Real Academia Española.
El linchamiento en turno que lleva a cabo Andrés Manuel López Obrador desde el púlpito de las mañaneras de Palacio es contra el juez Juan Pablo Gómez Fierro, por haberle aplicado la chiripioca o chiripuerca a la impopular e inconstitucional Ley de la Industria Eléctrica, con la que el inquilino de Palacio Nacional ha dejado ver una vez más su venenoso odio que destila contra quienes no piensan igual que él, sus adversarios políticos y sus críticos.
Como lo hizo en caso de la Auditoría Superior de la Federación, ahora lo hace contra el juez Gómez Fierro y para ello le envío una furibunda carta al presidente de la Corte, don Arturo Zaldívar en la que exige investigar a dicho juez, pues para él, el juzgador está a servicio de empresas transnacionales. Lo tendrá que probar porque ya topó con el Poder Judicial, que ya está pintando su raya del autoritario gobierno amlista.
La feroz andanada de AMLO contra el juez Gómez Fierro unifico al Poder Judicial en los 4 puntos cardinales del país y al más alto nivel, así como entre la crema, la nata y el jocoque de los juristas de México que han cerrado filas en torno al juez que determinó ponerle el semáforo en rojo a la reforma eléctrica del Presidente de la República.
AMLO cree absurdamente que su palabra es la ley, pero olvida que vivimos en un estado de Derecho, aunque él es partidario del estado de derechueco y también vivimos en una nación en la que existe la división de poderes: Hay 3 poderes. El Poder Ejecutivo, que propone iniciativas de ley populares o impopulares, un segundo poder, que en éste caso sería el Legislativo que está de rodillas y al servicio del ponzoñoso presidencialismo y un tercer poder, que es el Judicial, encargado de impartir justicia para todos los ciudadanos mexicanos y no mexicanos que residan en territorio azteca.
El derecho de amparo es un derecho de cualquier ciudadano, algo que olvida López Obrador. ¿Para qué sirve el derecho de amparo? Bueno, pues nada mas y nada menos que para evitar que un ciudadano o los ciudadanos de una nación sean víctimas de acciones o disposiciones administrativas legales o extralegales a cargo de los gobernantes.
Ha sido, en este caso, el Poder Judicial el que ha determinado preventivamente que la Reforma eléctrica de AMLO es “inconstitucional y violatoria” de los derechos de ciudadanos y empresas extranjeras, generadoras de energía limpias y baratas.
Al menos dos empresas extranjeras recurrieron al amparo porque sus intereses están siendo violados por la ley AMLO y lo único que hizo el señor juez fue proteger sus derechos de manera preventiva, ya que tendrá que ser un tribunal colegiado, y eventualmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación los que digan si AMLO está o no violando la Constitución con dicha ley que busca convertir a la CFE en el único monopolio del Estado para generar electricidad, cuando que la Reforma Energética de Peña Nieto permitió que particulares entren al negocio en una libre competencia de electricidad, pero con energías limpias y baratas, a diferencia de la energía de la CFE cara y cochinona a base de petróleo, combustóleo y carbón.
En fin, ya veremos hasta donde llega el odio presidencial.