Democracia y división de poderes
¬ Luis Ángel García lunes 15, Mar 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
La democracia no se puede entender sin una verdadera división de poderes. No puede haber predominio de uno de ellos y deben funcionar los contrapesos reales que eviten los abusos del poder. La Constitución es el freno a los excesos del Ejecutivo, es la defensa del ciudadano contra los actos ilegales de la función pública.
Lamentablemente, el sistema presidencialista ha anulado el constitucionalismo mexicano, el espíritu de los constituyentes de 1917 y ha ejercido un predominio sobre el Legislativo y la esfera judicial.
La actual administración, con el control casi completo del Congreso, nulifica, coopta y subordina a quienes debieran hacer las leyes y ser contrapeso de la fuerza presidencial; sin embargo, el poder omnipresente y omnímodo del Ejecutivo ha reducido el papel de los representantes populares a una mera oficialía de partes, donde solo se tramitan y aprueban las iniciativas que envían desde Palacio Nacional. No queda nada de los grandes tribunos de antaño y los acalorados debates entre ideólogos. Los legisladores de hoy, sin preparación ni experiencia, arribistas que en la mayoría de los casos llegaron por insaculación, tómbolas o cuotas entre grupos, son levantadedos que sólo aportan su voto en un mero ejercicio estadístico para la numeralia de la crónica parlamentaria.
Senadores y diputados morenistas, así como sus pares de los partidos satélite, son comparsa o cómplices de un proyecto político que pretende perpetuar un trasnochado populismo setentero.
Ernesto Zedillo dio un golpe de Estado al Poder Judicial y desapareció, de un plumazo la Suprema Corte de Justicia, para imponer un número menor de ministros y darle otro marco legal. Actualmente, no se optó por la desaparición de golpe y porrazo -aunque el senador con licencia y candidato de Morena a Guerrero Félix Salgado Macedonio, dejó entrever en su momento esa posibilidad en la tribuna, postura autoritaria y caciquil que recuerda los tiempos del “alazán Tostado”, Gonzalo N. Santos-, pero sí se amenazó a un ministro incómodo para que renunciara o iría a la cárcel.
A través de la Unidad de Investigación Financiera, que se extralimita en sus funciones, se mantiene una permanente investigación de jueces, magistrados y ministros para adecuar su comportamiento profesional a los designios del poder. Juzgador que contraviene las acciones del Ejecutivo es amenazado con solicitar su remoción. La espada de Damocles ha perjudicado la impartición de justicia. El nuevo marco legal del Poder Judicial fue, curiosamente una iniciativa del Ejecutivo aprobada por los legisladores, y el ministro presidente hasta dio las gracias al promotor de dicha ley.
En el TEPJF no es necesaria esa acción inquisitorial porque cuentan con la sumisión del magistrado presidente, tan importante ahora en tiempos electorales, aunque haya enfrentado acusaciones de enriquecimiento ilícito. Hasta ahora ha frenado eficazmente las resoluciones del INE.
Un juez de Distrito otorgó el amparo provisional en contra de la reforma eléctrica del Presidente y rápidamente vino la amenaza para que el Consejo de la Judicatura lo investigara por cumplir con su deber. Con ignorancia jurídica supina, el Presidente dijo que los jueces no deben defender las causas de particulares, cuando son precisamente la Constitución y la Ley de Amparo, instrumentos que garantizan a los particulares sus derechos sobre el abuso de los actos de gobierno.
La SCJN jugará un papel importante en los próximos días, cuando el Poder Judicial tenga que fallar sobre la inconstitucionalidad de la nueva ley energética. Veremos si la Corte se comporta como contrapeso real en una democracia o si acepta la imposición de una presidencia casi monárquica.