Sobre Jorge Herrera Caldera
¬ José Antonio López Sosa lunes 11, Abr 2011Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Recibí un correo electrónico del MCH Germán Oyosa, quien comparte con nosotros parte de la situación en Durango, a propósito de lo publicado en esta columna la semana pasada.
Ayer apareció el cadáver de una funcionaria federal en Gómez Palacio, Durango, mientras el gobernador sigue sin dar la cara, marcando en las redes sociales una agenda política urbano-turística, como si nada pasara en su entidad.
Aquí el correo textual:
“Les doy las gracias por la publicación sobre la indiferencia que ha mostrado el gobernador Herrera Caldera ante la inseguridad que cada día crece en la capital del estado y más que evidente en el interior del mismo, donde continuamente se incendian poblados; este gobernador utilizó en su campaña la defensa de los valores de la familia, y la primera acción que lleva a cabo una vez recibida la gubernatura fue intervenir burda y suciamente en la Universidad Juárez del Estado de Durango, donde utilizando el mayoriteo en el Congreso local (el gobernador anterior Ismael Hernández Deras, modificó la ley electoral para que su partido el PRI tuviera una sobrerrepresentación), desaparece el Consejo Universitario y nombra a una rectora que sólo duró en el cargo 7 días, tiempo en el cual decreta la restitución del Consejo, pero dando posesión a un oscuro personaje como rector; para llevar este proceso utilizó a la fuerza pública estatal para secuestrar y amenazar a los maestros y estudiantes universitarios; las votaciones que se han dado para legalizar la agresión a la UJED han sido siempre “custodiadas” por la fuerza pública,
Herrera Caldera usa a la policía para amedrentar a la población, en la actualidad la policía tiene no más de 300 elementos, de los cuales más de 100 son utilizados para dar protección al gobernador y su gabinete, los que sobran son distribuidos en tres turnos y cuidan a una población de 1.6 millones que vivimos en Durango.
Es importante mencionar que el sexenio anterior recibieron el mayor presupuesto de toda su historia para seguridad pública, sin embargo, esos recursos están desaparecidos, porque cuando inició esa administración, Durango ocupaba el tercer lugar como el estado más seguro de México y dos años después ocupábamos el tercer lugar, pero la entidad más insegura a nivel nacional.
Herrera Caldera gana las elecciones por las múltiples irregularidades que su partido puso en práctica, con el robo de urnas por parte de la policía de la PGJ, tiroteos en muchos lugares de la capital después de las 14:00 horas cuando el conteo de salida daba una amplia ventaja a la oposición, en las urnas rurales gavillas esperaban armados dentro de las casillas a los votantes y los obligaban a votar por el PRI, un triunfo muy dudoso; el Tribunal Electoral Federal reconoció que estas acciones fueron al margen de la legalidad, mas sin embargo no se veía que hubieran afectado el resultado final.
Quienes vivimos en Durango tenemos la seguridad que este triunfo es resultado de una negociación entre los partidos políticos.
En la actualidad se observa que los gobiernos priístas premeditadamente han mantenido e incrementado los índices de pobreza, porque la mayoría depende del presupuesto estatal, ya sea como proveedor se bienes y servicios o como donaciones de “buena fe” de los gobernantes, aspectos que les ha permitido comprar conciencias y asegurar su permanencia en el poder, al más puro estilo priísta de los años 70’s.
El resultado de este control es el enorme enriquecimiento de los gobernadores, rompiendo el récord Ismael Hernández Deras, dueño de enormes fracciones de tierra urbana y rural en el estado, grandes extensiones en otros estados, como en Mazatlán en el proyecto Isla de Piedra, ahí es donde están no sólo los recursos que debió aplicar para mejorar la seguridad, sino también la de muchos proyectos que se quedaron a la mitad o nunca se iniciaron, de ahí el sinnúmero de créditos fiscales que tiene pendiente de atender el gobierno estatal y la deuda pública que está disfrazada entre oficial y no oficial y se estima en más de 7 mil millones de pesos significando, un incremento de más del 120% en relación con el sexenio de Guerrero Mier”.
Así nos lo narra un duranguense. Otro lector, Emmanuel Vázquez, me envío un análisis electoral en Durango para comprender mejor dónde sí y dónde no se voto por el actual gobernador, a través de él se entiende a qué sectores se enfoca el actual gobierno estatal que como característica tiene, hacer una comunicación al más puro estilo del siglo pasado: el uso de la omisión y evitar cualquier respuesta a las críticas.
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