El castillo del emperador
Armando Ríos Ruiz lunes 8, Mar 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Desde su campaña, Trump adelantó que levantaría un muro entre Estados Unidos y México, para evitar la entrada de nuestros connacionales violadores, asesinos, ladrones. En funciones, logró recorrer un tramo de la extensa frontera con la construcción. Nuestro mandatario repitió incansablemente que gobernaría con el pueblo. Cerca del pueblo y cuando le aconsejaban que utilizara guardaespaldas para evitar un posible ataque, afirmó siempre que el pueblo lo cuidaba.
Sin aviso previo, una madrugada de la semana pasada, varios trabajadores iniciaron con rapidez, la construcción de una cerca de metal muy gruesa y de más de dos metros de altura, en torno a Palacio Nacional. A una gran cantidad de mexicanos se le ocurrió inmediatamente, que era del tamaño de su miedo. Que la “honestidad valiente” sólo fue slogan de campaña cuando buscaba la jefatura de gobierno.
Desde el inicio de su ejercicio gubernamental, dio señales de pretender compararse con Benito Juárez. Dijo que su gobierno sería como el de él y que se rodearía de los mejores hombres para que le ayudaran a gobernar. Era de las primeras mentiras en su mundo de fábula. Se rodeó de una bola de lacayos aburridos (por aquello de burros) que sólo sirven para cumplir sus órdenes de rodillas. Para obedecerlo ciegamente y para satisfacer sus caprichos sin opinar una palabra.
El único que manda sin gobernar es él. Impone su voluntad a placer. Envía las iniciativas más retrógradas al Congreso, con la consigna dictatorial de que los diputados a su servicio, que no del pueblo, las aprueben sin cambiarle una coma. Ordena a sus lacayos a tratar con sonrisas a los delincuentes.
Como el caso más reciente, el de la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, la ex periodista Rosa Icela Rodríguez, con orden de recibir al empresario Rumano Fabian Tudor, buscado en varios países del mundo por dedicarse a la clonación de tarjetas, sólo para dejarlo ir inmediatamente después. Se ignora si también recibió instrucciones de propinarle abrazos.
Hace unos días, un grupo de jóvenes lo injurió durante un vuelo. Se comprobó con ello, que no todo el pueblo lo quiere, como pregona. Dio señal de la inseguridad de un Presidente y de otros pasajeros, al viajar en aviones comerciales en lugar de en uno estrictamente para el caso, que en el suyo duerme el sueño de los justos, sin haber podido venderse. Rifado y no entregado a nadie. Que causa un gasto mayor parado, que utilizado en sus viajes sin exponerse y sin exponer a nadie.
Ahora, con la cerca impuesta a Palacio Nacional, se murmura que así pretende esconderse de las feministas que hoy reclaman justicia para su género abandonado a su suerte y entregado con ese abandono, a las manos de los homicidas, entre los cuales existen hasta menores de edad, sin que ninguna autoridad se haya esforzado en trazar algún plan para evitar que las mujeres sean agredidas o asesinadas.
Algo nunca visto en la historia, como han coincidido historiadores, periodistas y otras personas pensantes. El historiador Alejandro Rosas sostuvo que resulta extraño que “el objetivo sea que los manifestantes no lleguen a la sede del Poder Ejecutivo… O que quieran pintarrajear… Pero eso se hubiera desactivado si hubiera empatía del gobierno para dialogar con las mujeres.”
La organización Aquelarre Feminista y la Red Nacional de Refugios rechazaron las declaraciones del Presidente contra el movimiento feminista y lo acusaron además de constituir violencia institucional.
“Es inaceptable -sostuvo- que el Jefe de Estado confunda las denuncias de violencias de género con campañas partidistas negras o que deslegitime el movimiento feminista, que históricamente ha exigido a todos los gobiernos justicia y respeto a nuestros derechos, etiquetándonos por levantar la voz, de conservadoras”. Recordar que hoy, quien no va de acuerdo con sus caprichos, es conservador, neoliberal, fifí, etc.
Con sarcasmo, algunos opinan que ahora, sólo falta rodear Palacio Nacional con un foso lleno de lagartos, para que cumpla su sueño de regresar al pasado que tanto añora, a vivir en el castillo del emperador.