El PAN, en las arenas movedizas • II
¬ Augusto Corro viernes 5, Mar 2021Punto por punto
Augusto Corro
[ Segunda de dos partes ]
El Partido Acción Nacional (PAN) empezó cavar su tumba cuando sellaron una alianza política el blanquiazul de Diego Fernández de Cevallos y el gobierno tricolor de Carlos Salinas de Gortari.
A partir de ese acuerdo ya no fue lo mismo. Se diluyó la oposición poco a poco y asumió una conducta servil, agachona.
El único que ganó de esos turbios negocios fue el abogado Fernández de Cevallos. Sus negocios con la autoridad le generaron cuantiosas ganancias.
Los militantes de Acción Nacional empezaron a perder credibilidad y confianza en su partido, pues vieron que el instituto político se alejaba de sus principios.
Fue más redituable asociarse con los adversarios, dejar a un lado ideologías y llevar a cabo concertacesiones de beneficios mutuos, en las cúpulas del poder.
Se desdibujó, pues, la imagen de Acción Nacional como una organización política de oposición. Quizá avanzaba en la singular lucha por el poder; pero esa manera de ganar no era aceptada plenamente por la militancia.
En los años noventa, se fortaleció la figura de Fernández de Cevallos por sus discursos incendiarios de apantallabobos que de nada le sirvieron. No pudo llegar a Los Pinos.
Al llegar el nuevo siglo XXI y los electores cansados de la hegemonía política del Partido Revolucionario Institucional (PRI) votaron por una nueva opción.
Apareció en el escenario político el gerente de una empresa refresquera, Vicente Fox, como aspirante a ocupar la silla presidencial. Y lo logró.
Funcionó su discurso demagógico del cambio. Ya en la realidad, la situación fue diferente. Fracasó la transición a la democracia.
En su sexenio se multiplicaron los escándalos de corrupción en los que implicaban a los hijos de la esposa de Fox, Marta Sahagún, quien estuvo a punto competir en las elecciones presidenciales.
Se dijo que era tal el poder de la primera dama que nadie dudaba que ella gobernaba en México y no su sometido esposo.
Desilusionó el gobierno foxista, pero no se dio por derrotado. Con toda clase de marrullerías electorales, otro panista volvió a ocupar la silla presidencial.
Fue el blanquiazul Felipe Calderón Hinojosa, quien le sucedió en el cargo al guanajuatense. No fue su candidato preferido, pero si tuvo la inteligencia necesaria para ganarle la partida.
En lo que se consideró un fraude electoral descomunal, en 2006, Calderón Hinojosa derrotó al otro aspirante presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Las sombras de la duda del triunfo panista llevaron al michoacano a aplicar acciones que garantizarían su legitimidad en el cargo.
Encontró la supuesta salida al laberinto y declaró la guerra a la delincuencia organizada sin estrategia alguna.
Los resultados fueron aterradores: miles de personas perecieron o fueron desaparecidas y el luto y el dolor invadió los hogares mexicanos.
Calderón Hinojosa aún no es juzgado por esa acción en la que tuvo una participación importante su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Ese ex funcionario se encuentra en una cárcel de Nueva York en espera de un juicio penal, acusado de apoyar al Cártel de Sinaloa y de recibir millones de dólares por sobornos.
Ante el juez, García Luna tendrá que hundir o salvar a su jefe Calderón Hinojosa, quien tenía al secretario de Seguridad Pública como su principal asesor en el combate a la delincuencia.
¿Qué tanto repercutirá en Calderón Hinojosa el juicio en Estados Unidos del ex funcionario de su gabinete?
Para el ex presidente panista, el caso de García Luna no es el único en el que podría resultar afectado. También se encuentran los negocios entre el gobierno calderonista y la empresa Odebrecht por el manejo de contratos millonarios de dólares.
Acción Nacional llegó desmantelado a las elecciones presidenciales del 2018. Las pugnas internas lo dividieron.
El “joven maravilla”, Ricardo Anaya aprovechó la oportunidad para erigirse en el candidato panista a la Presidencia de la República.
Se aliaron varios partidos políticos para dar la batalla, pero les funcionó. El PAN sufrió una derrota de la que no se recupera.
A partir de esa derrota, Acción Nacional se encuentra en arenas movedizas. Lo que pretende hacer para salvarse lo hunde cada vez más.
Su cúpula política se encuentra ve a su partido débil, indeciso, sin posibilidades de ganar en las próximas elecciones intermedias de junio próximo.
Le ocurre lo mismo para la contienda electoral del 2024.
Quizás esa desesperación de no saber que hacer, lo llevó a reciclar a sus líderes políticos. Tal es el caso de Diego Fernández de Cevallos, de ochenta años, quien irrumpió en las redes sociales para convocar a los jóvenes a luchar.
“Por un México sin mentiras”, fue el lema del veterano político en su campaña presidencial en 1994.
Dijo que esa frase sigue vigente en el México que gobierna Andrés Manuel López Obrador, a quien no menciona; “porque la mentira es el crisol donde se hacen todas las porquerías en la vida pública, a través de la mentira se cometen todos los abusos y todos los atropellos”.
La juventud panista ya tiene pues, a un líder experimentado a quien seguir.
También tiene a otro guía, no tan viejo como Fernández de Cevallos, pero si con la misma cerrazón mental que no le permite evitar el ridículo.
Hablamos de Ricardo Anaya, quien optó por realizar su campaña electoral en busca de la silla presidencial, en el 2024.
Empezó a recorrer los pueblos de México que no ofrecen nada extraordinario. Descubrir el hilo negro, que es lo que hace Anaya, a nadie sorprende.
Sus videos, de una gran simpleza, no invitan a nada. Si quiso imitar a López Obrador en su campaña política, se puede decir que erró su táctica electoral.
En fin, Acción Nacional se mueve en las arenas movedizas de las que será difícil salir. ¿Cómo la ve…?