Ex presidente corrupto, a prisión
¬ Augusto Corro miércoles 3, Mar 2021Punto por punto
Augusto Corro
El ex presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, fue condenado a tres años de prisión por un tribunal que lo encontró culpable de los delitos de corrupción y tráfico de influencias.
Cabe señalar que solo uno de los tres años es de obligado cumplimiento y lo puede hacer desde casa “bajo vigilancia electrónica”.
En aquel país europeo, las autoridades no le dieron muchas vueltas al caso y Sarkozy fue juzgado y castigado.
Sin ninguna campaña anticorrupción aparatosa, los franceses aún velan por el cumplimiento estricto de sus leyes.
Aquí en México, el gobierno de López Obrador lleva más de dos años en una guerra contra los corruptos con más pena que gloria.
A diario se escuchan las recriminaciones contra los políticos que saquearon a nuestro país, pero ninguno de los llamados “peces gordos” se encuentra en la cárcel.
Ex presidentes de México en meses pasados fueron el centro de polémicas estériles sobre la posibilidad de ser juzgados.
El asunto quedó en veremos. Posiblemente se espera el momento oportuno para esgrimir otra vez el juicio a los exmandatarios.
Francia ya mostró que en materia de aplicación de la ley no se anda por las ramas.
El discurso anticorrupción
En nuestro país no se vislumbra la aplicación de la ley a los corruptos; no se cumplen las promesas de juzgarlos y castigarlos, como si se tratara de un juego.
Algunos ex funcionarios públicos se encuentran en el banquillo de los acusados, en juicios, cuya información en torno al asunto es nula o escasa.
En esas condiciones se encuentra el expediente del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, quien desde casa lleva su juicio.
La Fiscalía General de la República comenzó el enjuiciamiento contra Lozoya por los delitos de asociación delictuosa, lavado de dinero y cohecho en el marco del caso Odebrecht. Lo singular del juicio al ex funcionario es que decidió colaborar con la justicia, acto que le ayudará a reducir su pena o castigo.
Ese arreglo entre acusado y autoridad no le funcionó a Rosario Robles, ex funcionaria de Enrique Peña Nieto, quien está en prisión acusada de participar en el desvió de recursos públicos por más de 5 mil millones de pesos.
Esos son los casos más importantes de la lucha contra la corrupción en México. Solo los peces chicos son llamados a cuentas, y, claro, no todos. En ese sentido, los ex presidentes de México corruptos están muy lejos de ocupar, algún día, el banquillo de los acusados. Peña Nieto y Felipe Calderón pueden dormir tranquilos, por ahora.
Gobernadores, en conflicto
Es con los gobernadores donde los representantes de ley tienen trabajo extra. La Fiscalía General de la República (FGR) solicitó el desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, por la probable comisión de los delitos de delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal equiparada.
La Cámara de Diputados ya recibió la petición para desaforar al mandatario panista, que se defiende con todo lo que puede para eludir la acción de la justicia.
Lo importante es saber hasta dónde llegará el brazo de la ley en el caso del gobernador tamaulipeco, que tiene varias cajas con expedientes de denuncias en su contra.
Por otra parte, el ex gobernador de Chihuahua también está en la mira de las autoridades mexicanas. El exfuncionario se encuentra detenido en Miami en espera de su deportación.
El ex mandatario tendrá que responder de acusaciones relacionadas con el enriquecimiento ilícito, pues a la gubernatura llegó como vendedor de coches seminuevos y terminó como banquero, cargado de dinero.
Por otra parte, la Fiscalía informó el lunes que giró orden de aprehensión en contra del exgobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda y de su hija, Lidy Alejandra Sandoval, acusados de operaciones con recursos de procedencia ilícita y peculado, en agravio del erario estatal.
¿Qué tan dura o suave será la ley para los peces chicos? Ya lo veremos.