Cárcel y terrorismo fiscal a opositores
¬ Luis Ángel García miércoles 3, Mar 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Envalentonados por la pifia de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la 4T busca un auditor a modo que justifique en lo sucesivo yerros o irregularidades del gobierno y se lanza contra opositores con la amenaza de cárcel y terrorismo fiscal.
Tras reconocer un error metodológico en la auditoría practicada a la cancelación del NAIM en Texcoco, a los morenistas les cayó como anillo al dedo la fallida actuación de la ASF como distractor del resto de las observaciones hechas a la administración federal -que son muchas y sin fallas, como las halladas en la construcción de la refinería de Dos Bocas o la fantasmal entrega de recursos a muertos en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, entre otras-, de las que no hablan ni corrigen. Aprovecharon la oportunidad para desacreditar de un plumazo a un órgano autónomo del Legislativo, el cual afortunadamente no depende del Presidente, si no, hubiesen decretado su desaparición, pero mermó su credibilidad y difícilmente podrá recuperarla. De eso se vale el gobierno para no aclarar los demás actos que huelen a corrupción o ineficaz administración.
Fue un triunfo mediático de la 4T, con el cual distrajo a la opinión pública y se victimizó con el cuento de las campañas de desprestigio financiadas por los conservadores. Por cierto, cuando se aclare el error metodológico se sabrá que no era tan desproporcionado el costo multimillonario que tendrá la cancelación del nuevo aeropuerto, adeudo que terminarán por pagar nuestros hijos. Pero nadie le creerá a la ASF. Los engaños propagandísticos de la 4T impiden al ciudadano comprender que la obra del NAIM en Texcoco no utilizó recursos públicos, sino inversión privada, pero ya en operación representaba una fuente de ingresos importante para el erario, lo que no sucede con el aeródromo de Santa Lucía que se construye con un presupuesto federal.
Ahora los diputados morenos hacen escarnio del auditor David Colmenares y exigen su renuncia. Un legislador le espetó: “En cualquier otra parte del mundo, un funcionario similar, ya hubiera presentado su renuncia por ética y honorabilidad”. Hágase la voluntad del Señor en los bueyes de mi compadre. No aplican la misma vara con el subsecretario de Salud, quien, a pesar de su fallida estrategia contra la pandemia, sigue en el puesto y aprovecha los servicios hospitalarios que se le negaron a miles de ciudadanos. Renunciaron por irse de vacaciones, los ministros de Salud de Nueva Zelanda y Canadá, la jefa del Servicio Médico de Escocia y el ministro de Finanzas de Ontario, entre otros funcionarios en el orbe. Los morenos, callados.
Pero ya cebados por el yerro en la Auditoría, se lanzan contra los opositores, no sólo con la persecución y amenaza de cárcel, sino con el anuncio de una cacería de brujas tributaria, única y exclusivamente contra los opositores que cometan o se sospeche cometen delitos electorales y para ello tienen a su brazo inquisitorial, la Unidad de Investigación Financiera.
Así, con bombo y platillo, el Procurador Fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda, amenazó a “los intocables -sea los que esto signifique-, que enfrentarán toda la maquinaria del Estado, incluidos los delincuentes electorales que usan el esquema de factureras o el outsourcing para la compra de voluntades del ciudadano. A los que se cobijaban con componendas y complacencias se les acabó la fiesta”. ¿Y el uso clientelar de los programas sociales, la labor electorera que realizaron los superdelegados y ahora candidatos de Morena a cargos de elección popular que hicieron uso indiscriminado de recursos para posicionarse y condicionar el voto, o el uso las vacunas con fines comiciales?
La pifia de la ASF no sólo sepultó su prestigio, anuló su autonomía con la amenaza de suplir a Colmenares por un “auditor carnal”, y abrió las puertas a una persecución de opositores que no tiene una finalidad justiciera, sino buscar el descrédito mediático y electoral.