Un año de pandemia
¬ Augusto Corro lunes 1, Mar 2021Punto por punto
Augusto Corro
Al cumplirse un año de la pandemia del coronavirus en México miles de familias perdieron a sus seres queridos. Los hogares se enlutaron y continúa la amenaza de los contagios.
En la última cifra oficial nuestro país registra 185 mil 267 defunciones y alrededor de 2 millones de enfermos de Covid-19.
Las autoridades precisaron que más de un millón de personas adultas mayores recibieron su primera vacuna contra el virus.
Se detalló que 751 mil trabajadores de la salud ya recibieron su primera vacuna y que otros 565 mil 377 tienen las dos dosis para completar su cuadro de protección.
El director general de Epidemiología, José Luis Alomía, informó que en México se han aplicado 2 millones 383 mil 411 vacunas a los habitantes.
Las vacunas llegan a nuestro país, pero no en la cantidad que se necesita para avanzar en la lucha contra la pandemia. En la producción y distribución del antígeno surgieron un sinnúmero de obstáculos marcados por la voracidad de los países ricos en la adquisición de vacunas.
Se planteó ya en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la necesidad de velar por una mayor equidad en el reparto del antígeno.
Luto y dolor
Desde la llegada de la pandemia, en México la población inició una nueva vida. La convivencia entre los habitantes sufrió cambios drásticos.
Empezó una higiene personal más estricta con medidas que implican el lavado constante de manos, el uso del cubrebocas, la sana distancia y la cuarentena. Pero esas previsiones no fueron suficientes. Cada día aumentó el número de muertos y contagiados.
Miles de familias fueron afectadas por el deceso de algún familiar o amigo. Las honras fúnebres cambiaron radicalmente.
Tras la pérdida del ser querido, los deudos ya no tuvieron la posibilidad de realizar el último adiós. Las funerarias se saturaron y escaseó el oxígeno medicinal. En los hospitales las camas fueron insuficientes. Conforme avanzó el tiempo, las medidas antivirus se relajaron.
Llegó la temporada de vacaciones y de fiestas tradicionales y la cifra de decesos se elevó de tal manera, que México es uno de los países con mayor letalidad por Covid-19.
Y en el presente se espera otra vez el rebrote del virus en las vacaciones de Semana Santa porque se hacen a un lado las medidas sanitarias. Se habla ya del cambio del virus, con mayor capacidad de contagio.
Antes de continuar, vaya nuestro más sincero y reconocimiento al esfuerzo, entrega y valentía del sector médico en el frente de batalla contra el Covid-19. Se estima que más de 3 mil sanitarios murieron.
La economía en crisis
Como si no fuera suficiente con el gravísimo problema de la salud, en México se agudizó la crisis económica. Solo las autoridades se encuentran satisfechas del rumbo de la economía. Los diferentes sectores sociales son afectados por la elevación incontenible en los precios de los productos de primera necesidad.
No se diga en los precios de las medicinas. Como nadie controla el mercado, en las farmacias hacen lo que quieren.
Imagínese, un enfermo de diabetes, por poner un ejemplo, que tiene que tomar medicina de por vida, y que no tiene dinero porque lo echaron de su trabajo.
¿Dónde va a conseguir recursos para surtir su receta médica?
Como ya vimos, la aplicación del Semáforo sanitario ayudó poco en México. Cuando se anunciaba el color rojo, que se refería a la disminución de actividades, la población lo entendía al revés.
Parece que a la fecha, pocas son las personas que entienden el funcionamiento del citado semáforo, manejado sin sentido por las autoridades.
La crisis económica que nos daña no tiene fin. Los expertos anunciaron la posibilidad de que la pandemia ocasione hasta diez millones de nuevos pobres.
¿Qué sigue?
En materia de pandemia, el panorama para México se ve gris, sombrío e incierto. ¿Las autoridades fueron rebasadas por el virus? Es posible, las cifras de decesos y de contagios así lo demuestran.
La amenaza del virus, el peligro de contagiarse y perecer, así como todas las secuelas de la pandemia continuarán nadie sabe por cuánto tiempo.
Repetimos, pues, la recomendación de siempre: use el cubrebocas, aunque los líderes políticos lo rechacen, el contagio seguirá, a pesar de la aplicación de las vacunas; lávese las manos continuamente, guarde la sana distancia.
Si no tiene a que salir a la calle, quédese en casa. Espere, armado de paciencia, que le llamen a vacunarse. ¿Cómo la ve…?