La pesadilla continúa…
¬ Augusto Corro jueves 25, Feb 2021Punto por punto
Augusto Corro
Llevamos ya un año de vivir con la amenaza de la pesadilla del Covid-19 sobre nuestra cabeza y a pesar de que ya se cuenta con la vacuna para enfrentarlo y vencerlo, en la realidad sólo encontramos un escenario de incertidumbre.
Cada día comprobamos que las autoridades fueron superadas por el coronavirus con elevados índices de muertes y contagiados. En este momento nadie es capaz de detener el paso de la peste, no solo en México, sino en todo el mundo.
En algunos países la guerra contra la Covid-19 dio resultados positivos, pero nadie puede cantar victoria todavía. Hay múltiples casos en que se anuncia la reducción de los contagios, pero a los pocos días surge el rebrote, con sus efectos letales.
Las experiencias positivas en otros lugares del planeta se ignoran en México que registra ya 181 mil defunciones por Covid-19 así como 2 millones 247 mil 852 casos positivos estimados y aproximadamente 49 mil 273 casos activos.
A la difícil situación que enfrentamos desde la llegada de la pandemia, se le deben agregar más problemas, pues las autoridades sanitarias confirmaron que en México hay 11 casos de variantes de Covid-19.
Esas cifras de muertos y contagiados son un reflejo del mal desempeño de las autoridades para enfrentar al coronavirus que nunca estuvo domado y que la aplicación de las políticas sanitarias que se dejaron a criterio de la población no funcionó.
O funcionó a medias. Con la idea errónea de prohibido prohibir, por parte de las autoridades, los resultados que tenemos a la vista nos muestran lo equivocado de la política sanitaria. Por ejemplo, cuando estaba en rojo el semáforo sanitario, era cuando más transeúntes se veían en las calles de las ciudades.
La temporada de fiestas decembrinas los contagios se incrementaron y lo mismo ocurrió con el número de decesos; pero como está prohibido prohibir, cada persona hizo lo que le convino. Se dejó a un lado el aislamiento tan importante y necesario para romper la cadena de contagios.
Quizá ahora no sea aún el momento de juzgar a las autoridades, pero no dude que tarde o temprano estarán en el banquillo de los acusados por su mediocre desempeño en el combate a la pandemia. Las cifras de decesos y contagios nos presentan un México a merced de la pandemia.
Un país lleno de incertidumbres derivadas de la pésima campaña de vacunación que incluye la ineptitud de los organizadores y la lentitud en la entrega del antígeno, por parte de los laboratorios.
Y como es una tradición en el pueblo mexicano, quienes resultaron afectados por las acciones equivocadas de las autoridades fueron, otra vez, los pobres y las personas de la tercera edad. Es reprobable, por donde quiera que se le vea, la actuación de las autoridades en Ecatepec, Estado de México.
En ese municipio, los primeros días de vacunación fueron un caos. En los centros designados para aplicación del antígeno fue el desorden total. Miles de ancianos y de todas las edades formaron largas filas en espera de ser vacunados.
Quienes querían ser inmunizados llegaron con muchas horas de anticipación, tantas que pasaron la noche en vela para que luego les dijeran que ya no había vacunas.
En algunos casos, habitantes de ese municipio, en señal de protesta, cerraron el tránsito vehicular en avenidas, hasta que fueron atendidos por las autoridades.
Los gobiernos de los tres niveles de gobierno sabían muy bien los problemas que enfrentarían, pero no hicieron caso. Imagínese usted la respuesta de millones de personas que habitan uno de los municipios más poblados de México.
No se tomaron las medidas adecuadas para evitar el desorden, pero nadie movió un dedo para evitar el caos. Así como se presentó la desorganización en Ecatepec, esa misma situación podría encontrarse en el intento de regreso a las aulas por parte de los colegios particulares.
Las autoridades no saben qué hacer. Y como está prohibido prohibir, los interesados harán lo que quieran o lo que les convenga a sus intereses. A un año de la llegada de la pandemia, las autoridades solo mostraron frivolidad e incapacidad; en un país que se encuentra entre los primeros en el pésimo manejo de la pandemia.
¿Usted qué opina amable lector?