Morena y las viejas prácticas del PRI
¬ Luis Ángel García lunes 22, Feb 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Morena todavía no se consolida como partido y ya adolece de las mismas prácticas del priismo autoritario, hegemónico, corrupto y antidemocrático que gobernó al país por más de 70 años y al que sacaron de Los Pinos, pero conservaron los vicios del viejo régimen. Cambiaron los personajes, pero sigue el mismo guión.
A dos años de gobierno, se diluye la esperanza de ver una transformación de la clase política y una nueva forma de gobernar. El Movimiento de Renovación Nacional, que, con sus siglas, invoca la devoción guadalupana del pueblo mexicano, no pudo negar su origen y como la fábula de la rana y el alacrán, demostró su naturaleza. Todos sus integrantes son tránsfugas del PRI y del PRD. Y por eso actúan en consecuencia. Son tribales y tienden al divisionismo, la polarización y sólo de dientes para afuera hablan de unidad, democracia y lucha social. Primero los pobres es un eslogan de campaña, porque lo que priva es la consecución del poder a costa de la ignorancia de los pobres. De ellos, sólo buscan el voto y usan los programas sociales como zanahoria para satisfacer, momentáneamente, las demandas de los más necesitados.
Como en los tiempos del viejo PRI, se enarbolan en la bandera de la revolución social y el derrocamiento del mal gobierno, para imponer a los mismos grupos y hacer de la política social programas clientelares.
Nada ha cambiado; la discriminación de la mujer es ancestral y se agudiza en la política. Con el PRI, las damas fueron relegadas y sólo ocuparon cargos secundarios y una mínima participación legislativa, ahora las adelitas -mujeres que ganaron en las urnas y que fueron reemplazadas por hombres- se presentan en las boletas electorales para cumplir con la cuota de equidad de género, pero con nulas posibilidades de triunfar. Donde Morena se siente seguro puso candidatos.
Fiel a su génesis priista, ve con desdén las luchas feministas y es omiso ante la violencia contra la mujer. El propio Presidente se molestó cuando le reprocharon su apatía para atender el reclamo del movimiento “ni una más” o resta importancia a las acusaciones por violación contra el candidato de Morena a Guerrero, Félix Salgado Macedonio, y aplica su desafortunado, “Ya chole”.
El combate a la corrupción, lema de campaña que vendió la esperanza de que por fin acabaría el enriquecimiento de los políticos mexicanos, quedó en mera retórica, ya que resultó tan bueno el pinto como el colorado. En la impunidad quedaron los casos de Pío López Obrador y David León Romero, la prima incómoda, Felipa Obrador, y los contratos en Pemex, la cuñada no menos incómoda, Concepción Falcón, y el desfalco en el municipio del mandatario federal, Macuspana, donde se decretó la desaparición de poderes. El ocultamiento de propiedades de miembros de su gabinete en sus declaraciones patrimoniales y los contratos que ganó León Manuel Bartlett Álvarez con dependencias oficiales sin licitación y sobreprecio.
Para las elecciones del 6 de junio, la estrategia de Morena no es distinta de las imposiciones del PRI o las rebatingas entre tribus del PRD. Bajo el amparo de las supuestas encuestas de popularidad -las cuales nadie ve ni conoce los resultados- se designan candidatos, los cuales son producto de negociaciones entre grupos internos o imposiciones desde el Zócalo, pero se presentan como oráculo del pueblo sabio. En realidad, es el dedazo desde la cúpula del poder, como antes fue la práctica del tapado y la decisión del primer priista del país, el Presidente en turno.
El estilo personal de gobernar de Morena conlleva otro riesgo, se prepara para defender un proyecto político que lo retenga en el poder y si no gana legalmente en las urnas pretende arrebatar, y como el ratero que grita “agarren al ladrón”, grita que se cometerá un fraude. Preocupa que el sábado pasado, militantes del Frente Nacional Obradorista, encabezados por Armando Monter, bloquearon los accesos al INE para exigir la renuncia de los consejeros Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Nurayama Rendón porque -según los frentistas- mediante el voto electrónico, se perpetra el fraude electoral contra Morena para beneficiar a la coalición PRI, PAN PRD. Esperemos que, de no favorecer los comicios a los morenos, no los arenguen para asaltar el INE como los republicanos lo hicieron con el Capitolio.