Vacunas, sin previsión ni estrategia
¬ Luis Ángel García miércoles 17, Feb 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El mal tiempo en el norte del país exhibió la falta de previsión y logística en la estrategia del plan nacional de vacunación. Su mal diseño no contempló los tiempos de entrega de los fabricantes, la falta de infraestructura para trasladar el inoculador —que requiere de refrigeradores con temperaturas muy bajas—, ni las condiciones climatológicas que prevalecerían durante la distribución.
De tal suerte, que de enero a la fecha sólo se ha podido vacunar poco más del O.5 por ciento de la población. El año pasado el gobierno federal anunció la compra de cerca de 130 millones de dosis para la cobertura total de la población con una inversión de 47 mil millones de pesos. Los laboratorios Pfizer, AztraZeneca, CanSino y el sistema COVAX serían los proveedores. Se vio con desdén la fórmula rusa y no todas contaban con autorización sanitaria. Se apostó por las farmacéuticas gringa e inglesa. Sin embargo, la meta inicial de inmunizar a 2.6 millones de compatriotas para diciembre del año pasado fue imposible de alcanzar. La entrega del antígeno se hizo hasta principios de este año y sólo fueron 250 mil porciones que llegaron en enormes aviones desde Bélgica. Chile tuvo más fortuna y sus primeras entregas superaron el millón y medio de vacunas.
Ante la demanda mundial, Pfizer tuvo que modificar su línea de producción y dejó de surtir a México, por lo que optaron por la Sputnik V —ahora la principal proveedora con más de 60 millones de dosis—, la cual recibió, fast track, la validación de Cofepris.
Así, nuestro país, que fue de los primeros en hacer la adquisición masiva del antígeno, hoy se ve rebasado por naciones como Chile y Argentina. Quedó sin validez el precipitado anuncio del canciller mexicano, quien festinaba con un “misión cumplida”.
Las aplicaciones se hicieron en el personal sanitario, aunque no cubrió la totalidad y a cuentagotas se inicia en el segmento de la población mayor de 60 años.
Otro inconveniente no previsto fue la tormenta de nieve que azotó al norte del país, la cual -además de dejar sin electricidad a cerca de cinco millones de habitantes de tres estados norteños-, impidió el arribo de las aeronaves para distribuir el producto. Por cierto, circuló en redes sociales una fotografía donde se observa el desembarco militar del inoculador en ¡una hielera Coleman con rueditas!, la que difícilmente conserva una temperatura de menos 40 grados, necesaria para mantener la sustancia en condiciones óptimas.
Así, el plan nacional de vacunación inicia sin estrategia ni logística. No se puede encargar todo al Ejército o a las policías. Prácticamente imposible que Bimbo, Coca Cola, Sabritas dejen de surtir en cualquier época del año gansitos, refrescos o papitas a las tienditas más remotas de la sierra Tarahumara, el desierto de Coahuila o la selva Lacandona, por más inclemente que sea el clima. Zapatero a tus zapatos. Nadie imagina el desabasto de medicinas en las cadenas de farmacias o las pequeñas boticas de barrio en todo el país. El aprovisionamiento se hace con una estrategia logística que se inicia con los tiempos de producción, almacenamiento en centros regionales de distribución y flotillas especializadas. Toda una cadena de producción. Pero desde que los militares son constructores, administradores, aduanales, responsables de la aeronáutica civil, enfermeros o policías, qué más da que suplan a las farmacéuticas o a DHL.
Sin embargo, será muy difícil que para el primer trimestre de este año se hayan inoculado los 20 millones de mexicanos previstos en la primera etapa del plan nacional.
Urgencia hay, pero no el insumo ni la estructura para la distribución eficaz y la aplicación.
Los 10 mil “servidores de la nación”, que pueden duplicarse, hacen su mejor esfuerzo, no por la salud de los ciudadanos, sino para conseguir el mayor número de votos para Morena, como lo testimonian las redes sociales y los medios de comunicación. Un ejemplo es el inicio del programa de aplicación en la CDMX, se escogieron tres alcaldías con baja incidencia de contagios, pero con población rural que puede convertirse en voto duro para los morenos, donde ya se dan casos de influyentismo. No importa la salud de 126 millones de mexicanos, sino un proyecto político. Seguramente les cobrarán la factura el 6 de junio.