Vacunación: teoría y práctica
¬ Augusto Corro martes 16, Feb 2021Punto por punto
Augusto Corro
Quince millones de personas de la tercera edad deberán estar vacunadas contra la Covid-19 en la segunda quincena de abril.
El reto es mayúsculo. Tendrán que aplicarse alrededor de 261 mil vacunas por día para cumplir el propósito del gobierno federal.
En teoría, la vacunación masiva empezó ayer lunes 15 de febrero: nada detendrá el esquema de inoculación contra el coronavirus.
En la práctica se sabrá con el paso de los días si el programa resulta efectivo; si las zonas de vacunación fueron seleccionadas correctamente.
Como señalamos en este espacio, la vacuna es la única arma para vencer a la Covid-19; aunque no será suficiente, según los expertos.
Se pide la colaboración de la sociedad para continuar con las medidas sanitarias que se aplican desde la llegada de la pandemia.
Tenemos, pues, contratos con diferentes laboratorios para obtener la vacuna. Ahora falta que cumplan el compromiso.
Es muy importante que las autoridades siempre exijan la entrega de las vacunas de acuerdo con las fechas convenidas. Hay una guerra mundial por las vacunas, que, como ocurre siempre, los países ricos llevan ventaja.
No olvidar que México dejó de recibir durante casi un mes las vacunas. Esa falla, sin duda alguna, altera las campañas de vacunación.
Las zonas más pobres
En teoría se empezó la campaña masiva de vacunación en 333 de los municipios más pobres del país.
¿No habría sido mejor escoger los lugares con mayor porcentaje de contagio? ¿Era necesario ir a vacunas a lugares donde no es tan urgente?
Las autoridades deben “ponerse las pilas” en esta guerra contra el coronavirus, que es un enemigo que arrasa con vidas humanas.
En el número de decesos de personas afectadas por Covid-19 y las cifras de contagiados nos muestran que algo no funcionó correctamente.
Si bien es cierto, que la peste es mundial y que unos cuantos países resultaron menos afectados, en México se tiene la impresión que desde el inició de la pandemia, el problema se tomó a la ligera.
Un ejemplo lo tenemos en el uso del cubrebocas. En tanto que los expertos aconsejaban su uso, las autoridades no lo tomaban en cuenta. Se dejó a criterio de la gente taparse con la mascarilla.
Los pronósticos de las autoridades sanitarias siempre fueron rebasados. Hablaron de domar al virus. No pudieron. Las cifras de decesos fueron superadas varias veces.
La aplicación del semáforo sanitario también se decidió al gusto de las autoridades. Con la supuesta acción de evitar mayores daños a la economía, el manejo de los colores quedó a criterio de la población.
¿Cómo entender que mientras el semáforo estaba en rojo, las calles lucían abarrotadas de transeúntes, los comercios llenos y el transporte público saturado de usuarios?
Desafortunadamente, la temporada de fiestas de fin de año, con sus reuniones, fiestas y reventones, fue un factor importante que propició el incremento de la pandemia.
En la última cifra oficial se registraron 174 mil 207 decesos y un millón 992 mil 794 contagiados. Datos suficientes para mostrarnos que hubo errores en las medidas contra la peste.
La pesadilla
Continúa la pesadilla que provocó el coronavirus. En teoría, hay una luz en el túnel; en la práctica los pronósticos no son favorables.
Miles de familias viven con el profundo dolor que le dejaron sus familiares que perecieron afectados por la Covid-19.
No sólo tuvieron que participar en una lucha para todos desconocida. También sufrieron las carencias de los servicios de salud, con sus hospitales sin lugar para atender a los enfermos.
La gente que vivió, y que vive, la amarga experiencia de conseguir un tanque de oxigeno a precio desorbitado.
O esperar varios días que alguna cama se desocupara, mientras se presenciaba el paso devastador del virus.
En fin, esperamos que la campaña de vacunación contra la Covid-19 resulte un éxito: la población está harta de la pesadilla que próximamente cumplirá un año de sembrar destrucción y dolor, en México. ¿Usted qué opina amable lector?