La fragilidad de la democracia
¬ Luis Ángel García lunes 15, Feb 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El presidente Joe Biden dijo que la democracia es frágil y hay que defenderla siempre; la violencia y el extremismo no tienen cabida. México no es la excepción y debemos vencer los embates que la debilitan. Si la nación más poderosa, cuna de las libertades ciudadanas, sufrió una tentativa de golpe de Estado, un ataque violento a la institución más emblemática de la nación americana, nosotros debemos preservar la democracia como forma cotidiana de vida.
El Capitolio no sólo es el recinto de los legisladores, es el resguardo de la constitucionalidad, es el contrapeso real al presidente para evitar el abuso del poder. Los norteamericanos saben que en la Cámara de Representantes se resguardan sus garantías ciudadanas ante los excesos de los mandatarios. Por ello basan y defienden su sistema democrático con el poder del voto. La voluntad popular se impuso a pesar de los actos vandálicos que pusieron en riesgo la gobernabilidad del país más fuerte del orbe.
México también corre los riesgos de toda democracia imperfecta. Nuestro país experimenta una inusitada violencia política propiciada por el crimen organizado, los propios partidos y grupos de presión que así dirimen sus diferencias o pretenden imponer a sus actores políticos. Un estudio de Integralia registró 75 eventos de violencia política con 88 víctimas, de las cuales 64 fueron mortales, tan sólo de septiembre de 2020 a enero de 2021. En la primera quincena de febrero hubo cuatro eventos más; el último, el atentado mortal contra Gilberto Ortiz Parra, precandidato de Morena por la alcaldía de Úrsulo Galván, Veracruz. Se presume que en la mayoría de los casos, los presuntos responsables están ligados a la delincuencia organizada.
Estamos en pleno proceso electoral y hay preocupación por la seguridad de los funcionarios en activo y los precandidatos o candidatos, ya que con gran facilidad son víctimas de ataques. No sólo es la violencia física, en la mayoría de los casos cruel e innecesaria, también está la amenaza de los grupos de poder fáctico que pretenden imponer a sus incondicionales en los cargos de elección popular. Tal es el caso del controvertido René Bejarano, quien pretendía una diputación federal, Morena, apoya a su esposa, Dolores Padierna, quien se lanzó para alcaldesa de la Cuauhtémoc, además de apadrinar a varios precandidatos para otras alcaldías. En días pasados se hizo público que Bejarano estaba involucrado en el escándalo de la mafia rumana en Quintana Roo.
Hay otros casos de candidatos impresentables como Félix Salgado Macedonio, quien fue entronizado por Morena para competir por la gubernatura de Guerrero, a pesar de contar con acusaciones de abuso sexual. En otros partidos se dan casos similares, donde los cacicazgos siguen imperando en la política nacional.
Tropicalizados los riesgos de nuestra democracia, reconozcamos que hoy se atenta contra ella, no sólo con la violencia política, también con el resquebrajamiento del sistema de partidos, hoy sumidos en una profunda crisis interna y de representatividad que atenta contra las estructuras de gobierno. Los institutos políticos ya no representan propuestas ideológicas y por ello sufren divisionismo y polarización, lucha entre grupos que los hace débiles frente al poder fáctico, como el crimen organizado, que puede filtran, así sucedió en la Colombia, de Pablo Escobar Gaviria, a candidatos facciosos.
Por supuesto que nuestra democracia es frágil y debemos defenderla, no demos cabida a la violencia ni a los extremismos. Si queremos mantener este sistema de vida, que no se agota en una jornada electoral, fortalezcamos a los partidos que no se diluyen en luchas fratricidas ni aceptan las tentaciones para imponer a candidatos espurios. Tampoco dejemos que el gobierno aliente discursos de odio o desunión, los gringos los rechazaron.