Interpreta mi silencio, dicen Facebook, Twitter y otras a Monreal
Roberto Vizcaíno miércoles 10, Feb 2021Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Hace menos de una semana Ricardo Monreal informó que se reuniría con los representantes de Facebook, Twitter y otras redes sociales en México, pero hasta hoy ninguna de las partes ha revelado que se dijo en ese encuentro.
De esa fecha a hoy, Monreal ha continuado con su intención de que el gobierno de la 4T regule la operación de esos monstruos globales de la comunicación en México y ya habla incluso de que habría multas de hasta casi 90 millones de pesos impuestas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que sería el órgano controlador.
Como lo prometió, el zacatecano circuló a inicios de esta semana por estas mismas redes sociales su iniciativa para controlarlas.
Sobrevinieron de inmediato muchos comentarios de personajes, grupos y organizaciones sobre los alcances reales, efectos y consecuencias de esta propuesta.
Los únicos que no han opinado nada hasta el momento son justamente las redes sociales, objeto de la iniciativa de Monreal. El silencio de Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram y otros podría ser todo un mensaje y respuesta.
¿Desdén? ¿Arrogancia? ¿Prudencia? ¿Sensatez? ¿Qué hay detrás?
Las respuestas de estas redes en otros países, donde sus dueños y CEO han incluso comparecido ante comités senatoriales, es de que, en un sistema democrático, ellos simplemente son empresas que pagan impuestos donde facturan y se acabó.
Proporcionan un servicio en el que nada tiene que ver el derecho a la información o la libertad de expresión, porque no son entidades públicas.
Tienen códigos éticos y morales simples como el de no permitir las mentiras, la violencia en cualquiera de sus formas, la ofensa, o la incitación al terrorismo. Y quien las incumpla, pues queda fuera del servicio. Nada de violación a derechos humanos, insisto, porque no son empresas gubernamentales.
Sus reglamentos comerciales y éticos son internos y aquellos usuarios que no se ajusten a ellos, pueden ser desconectados y tan-tan. Como ocurrió en el caso de Donald Trump, cuando difundió mensajes fake que incitaban a la violencia.
Si uno ve la iniciativa de Monreal, el zacatecano plantea establecer más o menos el mismo código, para que sea el IFT y no Facebook o Twitter la que diga que hay que bajarle el switch al que lo viole. Y uno se pregunta: para qué burocratizar algo que ya está establecido y opera relativamente bien.
Sobre todo, cuando los usuarios de esas redes, al iniciar su inscripción y uso de estos servicios, firman de aceptación o simplemente no pueden acceder a estas redes. Así de simple.
Hasta ahora, gobiernos como el de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, España, Francia y Alemania y la Unión Europea entre otros, han intentado someterlos sin éxito a regulaciones como las que impulsa ahora aquí Ricardo Monreal con su iniciativa, todavía no presentada al Pleno del Senado.
Pero, ¿qué quiere Monreal?
- Que el Instituto Federal de Telecomunicaciones -o sea el gobierno federal, en este caso el de AMLO-, autorice y fije reglas, y sanciones, a Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram y todas las redes sociales para operar en México. Eso supone que podría prohibirse, o limitarse entrar a este país.
- Estas redes no podrían modificar los términos y condiciones de servicio, sin la previa aprobación del regulador.
- Una vez cumplido el trámite, no podrían suspender una cuenta o perfil, eliminar un contenido o, en su caso, cancelar en forma definitiva una cuenta, sin la autorización del IFT. Eso los obligaría a todos a vivir los oscuros laberintos de los tribunales.
- La autorización del IFT para operar, obligaría a esas redes a contemplar que las limitaciones a la libre expresión sean consistentes con los artículos 6º y 7º de la Constitución de México, los establecido por tratados internacionales suscritos en la materia; la legislación nacional y la jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación; los que protegen los derechos de los menores de edad, la obligación a eliminar los mensajes de odio, evitar las noticias falsas y proteger los datos personales, según leyes de la materia y “las demás de orden e interés público que establezcan los lineamientos dictados por el instituto”.
- La autorización de IFT las obliga a permitir que sus usuarios puedan impugnar la suspensión de su cuenta o perfil, la eliminación de su contenido o la cancelación de su cuenta o perfil. Esta impugnación la debe resolver la empresa en un plazo no mayor a 24 horas. Y entonces pasa al IFT y será asumida como una violación a los derechos humanos y violaciones a la libertad de expresión.
- Las infracciones serán sancionadas por el IFT con una multa por el equivalente a un millón de Unidades de Medida y Actualización (UMA equivale a 89.62 pesos diarios), por lo que la multa podría valer más de 89 millones de pesos.
Organismos e instituciones especializadas en estas redes sociales afirman que si algo tienen Facebook, Instagram, WhatsApp, Twitter, Telegram, TikTok, entre otras, es experiencia en amagos e intentos de control y cuentan con poderosos equipos legales que les han advertido que la iniciativa de Monreal atenta contra legislaciones comerciales y de derechos humanos nacionales e internacionales y que en todo caso, si se aprueba, sería motivo de un proceso en la Suprema Corte de Justicia, porque de entrada, el IFT no es la instancia que debe resolver cuestiones de derechos humanos, de violaciones a la libertad de expresión e información como lo plantea la iniciativa de Monreal.
Un recurso extremo último de estas redes sociales podría ser, retirarse en masa del mercado mexicano lo que plantearía para el gobierno de AMLO un problema social, comercial, económico y político de proporciones impensadas.
Simplemente no existe nada que las pueda reemplazar en lo que hacen.
Y de ellas depende toda una cultura de comunicación masiva, el mensaje del novio a la novia, del hijo con sus padres, de éstos con la escuela, de millones para adquirir servicios o productos, de todos los partidos y sus candidatos para realizar campañas electorales, de empresas para realizar transacciones con otras empresas, etc, etc, etc…
Sería un desastre infinitamente mayor, más rápido y más letal en todos los sentidos que el de la pandemia del coronavirus.
Foro abierto
Mientras llegan las decisiones extremas, Ricardo Monreal ya inició un proceso de Foro Abierto donde se debatirá a fondo todas las propuestas, reclamos, advertencias, análisis y opiniones de usuarios, interesados y expertos, por supuesto de las empresas aludidas, para que su iniciativa pase luego al trámite del Pleno.
El escrutinio público ya ha dejado sus primeros resultados, entre ellos la opinión favorable del periodista Javier Tejado, considerado como un experto en telecomunicaciones, quien ve buena y perfectible la propuesta del zacatecano.
El modelo planteado por la iniciativa dice, es similar a otros propuestos en Europa y su regulación cae justo en el marco de la Ley de Telecomunicaciones.
Pero al igual que los otros analistas, indica que en este caso se pretende que el IFT sea el que decida sobre el derecho a la expresión y la información y pretende garantizar otros derechos que están establecidos para ser abordados en otros organismos jurisdiccionales.
Calendario de sesiones
Y mientras estas polémicas iniciativas transitan en medio del debate público, la Jucopo estableció el calendario de sesiones para el periodo ordinario ya en curso dentro del Senado.
Así se informó al Pleno que la agenda de sesiones -en su mayoría virtuales, a distancia- de este período que comprende del 1 de febrero al último de abril establece la realización de 25 sesiones, de las que ya van dos.
La Junta de Coordinación Política incluyó tres días de asueto durante la Semana Santa.
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