Audiencia mediática y gobernanza
¬ Luis Ángel García miércoles 10, Feb 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El Presidente de la República rápidamente se aprestó a reaparecer en su máxima tribuna mediática, las mañaneras, y aunque varias encuestas lo refrendan con un porcentaje de aceptación de más del sesenta por ciento, no soportó la tentación de seguir marcando la agenda nacional, luego de que vio desplomarse el rating de audiencia cuando la conferencia matutina la encabezó la secretaria de Gobernación.
No sólo perdieron su auditorio, sino que en un rasgo de independencia y en su carácter de jefa del gabinete, se salió del guión y prefirió abordar temas políticos, sin meterse con la prensa, los fifís o la oposición. Aunque no salió bien librada en el caso del góber precioso ni en la justificación al candidato de Morena a gobernador en Guerrero, Félix Salgado Macedonio.
Aunque la popularidad presidencial no necesariamente se puede traducir en votos a favor del partido del Presidente en el próximo proceso electoral, no aguantó el encierro -a pesar de su estado de salud; dijo que ya no contagia, pero puede contraer nuevamente la enfermedad, más aún por su necedad de no usar cubrebocas-, y regresó al atril para evitar el desgaste de su responsable de la política interior. Había dejado de presumir sus obras emblemáticas, necesitaba desviar las críticas a su programa de vacunación y justificar la falta de vacunas, requería de su punching bag favorito: la prensa y los conservadores para denunciarlos como responsables de las campañas en su contra o de las críticas a sus programas de gobierno.
Poco importó si la opinión pública creía en su rápida recuperación, lo urgente era retomar el control de la agenda nacional y replegar a su secretaria.
Un tema que pudo catapultar aún más su aceptación en los sondeos fue la noticia de la detención del ex gobernador poblano -y ex secretario General de Gobierno del actual director de la CFE-, Mario Marín, pero el papel que jugó en ese caso la ex ministra Olga Sánchez Cordero diluyó el efecto positivo del combate a la corrupción y poder exhibir a los gobiernos del pasado y a los neoliberales.
También enrareció el ambiente la defensa que hace la 4T de su impresentable candidato a Guerrero, Félix Salgado, con el argumento legaloide de que no hay proceso en su contra ni se le ha condenado, por lo que siguen vigentes sus derechos políticos. Lo curioso es que cuando se trata de casos de corrupción cometidos en regímenes anteriores, surgen los jueces de horca y cuchillo que sentencian mediáticamente a los presuntos responsables, aunque no haya uno solo en la cárcel. Ahora, los modernos Torquemada guardan silencio y su hoguera.
De todos modos, el mandatario no puede dejar que crezca el tema. Sobre todo, porque su administración no se ha caracterizado por ser empática con la lucha feminista ni por atender la violencia contra las mujeres, pero son votos al final de cuentas.
Faltan todavía días para que se reanude el suministro de antígenos, lo que retrasa el calendario de vacunación y sus efectos electorales. Ahora la apuesta es a la inoculación rusa -a la que veían hace seis meses con escepticismo- y a la china, las cuales aportarán el mayor número de dosis para los 126 millones de mexicanos.
Mucho estaba en juego con la ausencia presidencial y aunque por quince días dejó de ser un florero la titular de Gobernación, era impostergable que el Ejecutivo retomara no sólo las riendas del país, sino la conducción de la que quedó demostrado no es una tribuna de comunicación para informar a la ciudadanía, sino espacio de propaganda y proselitismo que le permite mantener su proyecto político.