¿Juventud o experiencia? • I
Ramón Zurita Sahagún jueves 4, Feb 2021De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
(Primera de dos partes)
Los datos son fríos y duros sobre los resultados que han dado los jóvenes, menores de 40 años como gobernantes de una entidad federativa y los resultados no son tan gratos como se cree.
No son tantos los políticos que con una edad entre los 30 y 39 años han gobernado, durante la etapa moderna de la República Mexicana, ya que antes, muchos jóvenes de forma automática, sin las urnas de por medio, solamente quedaron como referencia anecdótica.
Los otros más claros ejemplos son Gustavo Baz, médico y general que gobernó el Estado de México de manera breve antes de llegar a los 21 años; Tomás Garrido Canabal, que lo hizo en Tabasco y Yucatán, antes de cumplir los 30 años y el también general, Lázaro Cárdenas del Río, quien lo hizo en Michoacán, con 33 años de edad. Unos fueron por breves períodos de meses y Baz, a pesar de su juventud, duró un año.
Ya en la etapa de gobiernos civiles, se ha cambiado hasta en dos ocasiones la Constitución para reducir la edad que se requiere para gobernar una entidad, prevaleciendo la actual que es de 30 años.
La primera ocasión en que se hizo el destinatario era el entonces joven de 32 años, Carlos Armando Biebrich, a la sazón subsecretario de Gobernación, quien de inmediato fue proyectado a la candidatura al gobierno de Sonora, elección que ganó con facilidad y así pudo gobernar por un par de años, hasta que una revuelta campesina lo sacó del Palacio de Gobierno de Hermosillo.
El experimento con Biebrich no fue exitoso, con todo que en aquel entonces era reconocido como un joven con buena preparación y que había ejercido como diputado federal y secretario particular del entonces candidato presidencial, Luis Echeverría Álvarez, quien lo ubicó en su gabinete como subsecretario de Gobernación, en preparación a la candidatura al gobierno de Sonora.
Después del experimento fallido de Biebrich como gobernante, los jóvenes debieron aguardar al arribo de Pedro Joaquín Coldwell, segundo gobernador del naciente estado de Quintana Roo, quien hizo un papel decoroso como gobernante, pero dejó sentada la semilla política, para que la familia Joaquín intentará el asalto al poder en esa entidad. Después de Pedro, su hermana Addy fue candidata perdedora al gobierno estatal y su hermano Carlos es el actual gobernador y tienen preparado al hijo de Pedro (actual alcalde de Cozumel) para el futuro. Otros miembros de la familia han sido diputados alcaldes en el extremo de la Península de Yucatán. Pedro tenía 31 años cuando asumió el gobierno estatal.
Mariano Palacios Alcocer, fue el siguiente joven de 33 años que gobernó una entidad, Querétaro por la vía de las urnas y fue el inicio de una próspera carrera política, donde ejerció como presidente del PRI en un par de veces, secretario del Trabajo y Embajador en El Vaticano, entre otros cargos, ya que antes había sido un joven senador un todavía más joven alcalde la capital del estado de Querétaro y rector de la Universidad. Su gestión, aunque con altibajos, fue calificada como aceptable.
Beatriz Paredes Rangel fue, hasta ahora, la mujer más joven en gobernar una entidad, cuando a los 33 años asumió la administración de Tlaxcala, como un parteaguas en una espléndida carrera donde también fue la más joven diputada en responder un Informe presidencial. Beatriz hizo buen papel como gobernante de Tlaxcala, tanto que se le aceptó sentar un cacicazgo en donde los candidatos a gobernador, sin importar el partido por el que competían, requerían de su aprobación. Beatriz fue subsecretaria de Gobernación, de la Reforma agraria, varias veces diputada federal y un par de ocasiones senadora, así como Embajadora en Cuba y Brasil, entre otros cargos de una amplia carrera política.
Mañana continuaremos con este breve análisis sobre la actuación de los jóvenes gobernantes de los años recientes.
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Finalmente la dirigencia panista venció la resistencia de Margarita Zavala para aceptar una candidatura de mayoría y la ex candidata presidencial independiente competirá por un distrito uninominal, donde deberá mostrar que cuenta la aceptación de electorado. La tarea no será fácil, aunque eligieron un distrito abonado para los panistas, el X ubicado en Miguel Hidalgo y no en Álvaro Obregón, alcaldía en la que viven los Calderón Zavala. Habrá que esperar al veredicto de las urnas del 6 de junio, sino es que como hizo con la candidatura presidencial se baja antes, al comprobar su poca popularidad.