¿Una catástrofe electoral?
Alberto Vieyra G. miércoles 3, Feb 2021De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Solamente a los lorenzos y descerebrados sin quehacer se les pudo haber ocurrido propalar la ideota de posponer o cancelar las próximas elecciones federales del 6 de junio.
Es tal el miedo y la desesperación que se vive en el partido de AMLO, Morena por una estrepitosa derrota electoral que ya se piensa en descarrilar la elección, pero sobre todo crear una poderosa “cortina de humo” para evitar que los más de 160 mil muertos de AMLO por la desastrosa estrategia para enfrentar al coronavirus, se conviertan en el Waterloo del Presidente.
La demencial idea surgió en principio, del titular de salud de Nuevo León, Manuel de la O Cavazos y el asunto les vino como “anillo al dedo” a los morenistas y demás politicastros sin que hacer, que vieron la oportunidad de tapar con ello la enfermedad del Presidente y la mortandad por la que podría ser juzgado AMLO en materia de genocidio. Ya lo decía el muy distinguido cronista de la Ciudad de México don Salvador Novo: “La ociosidad es el vicio de todas las madres”. El dicho correctamente es al revés, pero él así se los recetaba a los politicastros de aquél entonces.
A ver, a ver, a ver; No, mire usted ninguna autoridad en México, incluyendo al Instituto Nacional Electoral (INE) puede cancelar o posponer los comicios federales del 6 de junio próximo. La ley electoral y la constitución en sus artículos 41, 134 y demás relativos al tema, no contemplan ninguna de las dos posibilidades. Cancelar o posponer los comicios sería un suicidio para México, una catástrofe para la democracia.
El artículo 29 constitucional faculta al Congreso de la Unión a otorgar poderes supremos al Presidente de la República, pero solamente en casos de que “la paz pública” y la “soberanía nacional” se vean amenazadas, pero no faculta al Ejecutivo a cambiar el calendario electoral de México; pero no les demos ideas a eso zánganos del Senado y la Cámara de Diputados, pues no sea que vaya a ocurrir convocar en este momento a un período extraordinario para hacer diabluras en tal sentido.
El uno de septiembre, debe entrar en funciones la 65 Legislatura Federal de la Cámara de Diputados (LXV) y si para entonces no está instalada, se produciría un desastroso vacío de poder porque tampoco podría funcionar el Senado de la República, pues ambas cámaras, alta y baja conforman el Congreso de la Unión y para el inicio de las actividades legislativas, se tiene que llevar a cabo una sesión de Congreso General.
La pandemia del coronavirus ha venido a trastocar todo en México y el mundo, pero debemos los mexicanos darle nuestro voto de confianza al INE para que organice las elecciones más grandes de la historia de México con mucha sabiduría, teniendo como principio fundamental la protección de más de 90 millones de mexicanos que figuran en el padrón electoral y que podrían acudir a las urnas, eso sí con su sana distancia y siguiendo todos los protocolos que exige la emergencia sanitaria. Probablemente se formen larguísimas filas y valdría la pena recomendar a la mayoría de los mexicanos que el día de las elecciones se levanten temprano y si es posible que con todo y pijama y pantuflas se vayan a votar.
Recuérdese que ninguna casilla puede cerrar antes de las 18:00 horas, a menos que haya votantes en la cola. En todo caso, los funcionarios de casilla tendrán que esperar hasta que atiendan al último votante, ah, pero esa es una labor que tendrán que hacer los partidos políticos, el INE y todos los interesados en el ajo.
Así que este átomo de la comunicación no vislumbra ninguna catástrofe electoral el próximo 6 de junio, y si el INE sale airoso de esa prueba democrática, AMLO no tendrá un sólo motivo para pretextar que le hicieron fraude electoral y México se convertiría en líder mundial en materia democrática.