AMLO va ahora contra la “mal llamada” reforma energética
Miguel Ángel Rivera martes 2, Feb 2021Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Apoyado en la amplia mayoría que tienen su partido, Morena y sus aliados o rémoras del PT, PVEM y PES, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya revirtió la “mal llamada” reforma educativa de su antecesor, Enrique Peña Nieto, y ahora va por modificar la que sería “peor llamada” reforma energética.
En efecto, en la breve ceremonia de instalación del Congreso de la Unión para el periodo ordinario de sesiones que se inició ayer, la presidenta Dulce María Sauri Riancho informó que se había recibido una iniciativa del presidente López Obrador para emprender una nueva reforma en materia energética, propuesta que deberá ser tratada de manera preferencial.
La conducción de las industrias petrolera y eléctrica (que en conjunto representan el sector energético) es un debate centenario, desde que las primeras empresas petroleras se instalaron en México, que se intensificó a partir de la expropiación petrolera en 1938 decretada por Lázaro Cárdenas y amplió sus dimensiones al incluirse el tema de la generación y distribución de la energía eléctrica, a partir de la “nacionalización” emprendida el 27 de septiembre de 1960 por Adolfo López Mateos.
En términos generales, el país se dividió en dos corrientes. Una que sostenía la conveniencia de que las dos importantes industrias, la petrolera y eléctrica, quedaran bajo el control exclusivo del gobierno nacional y la otra que postulaba que para un mejor desarrollo de ambas era necesaria la participación de la industria privada.
Esta última posición se reforzó a partir del movimiento mundial hacia la globalización y por la “petrolización” de la economía nacional, ya que los recursos provenientes de la explotación de los hidrocarburos sirvieron para impulsar la industrialización del país y el fomento de la apertura comercial.
En lo que ahora se conoce como los regímenes “neoliberales” se empezó a abrir la industria petrolera a la inversión privada, hasta llegar a la reforma energética emprendida por el régimen del ex presidente Enrique Peña Nieto, con reformas constitucionales aprobadas por el Congreso de la Unión en 2013.
Notablemente, esta tendencia a la privatización, justificada también por la necesidad de recursos financieros y de nuevas tecnologías para explotar recursos que no estaban al alcance de la empresa petrolera nacional (Pemex), se fundamentaron en el pensamiento del expropiador del petróleo, Lázaro Cárdenas, ideario que también era esgrimido por los enemigos de la privatización.
Así, al anunciar su reforma energética el gobierno de Peña Nieto elaboró y distribuyó un documento en el cual se asegura:
“La iniciativa que el Ejecutivo federal somete a la consideración del Congreso de la Unión propone que el Artículo 27 de la Constitución vuelva a decir lo que el presidente Lázaro Cárdenas dejó escrito, palabra por palabra, para desarrollar la industria petrolera bajo la rectoría del Estado. Asimismo, se promueve el desarrollo de un sistema eléctrico nacional basado en principios técnicos y económicos, bajo la conducción y regulación del Estado.
“Los objetivos de esta Reforma Energética son los siguientes:(i) Mejorar la economía de las familias: Bajarán los costos de los recibos de la luz y el gas. Al tener gas más barato se podrán producir fertilizantes de mejor precio, lo que resultará en alimentos más baratos. (ii) Aumentar la inversión y los empleos: Se crearán nuevos trabajos en los próximos años. Con las nuevas empresas y menores tarifas habrá cerca de medio millón de empleos más en este sexenio y 2 y medio millones más para 2025, en todo el país.(iii) Reforzar a Pemex y a CFE: Se le dará mayor libertad a cada empresa en sus decisiones para que se modernicen y den mejores resultados. Pemex y CFE seguirán siendo empresas 100% de los mexicanos y 100% públicas.(iv) Reforzar la rectoría del Estado como propietario del petróleo y gas, y como regulador de la industria petrolera. II. Reforma Energética en materia de petróleo y gas.
“La Reforma Energética a nivel Constitucional es necesaria por dos razones: 1) para producir más hidrocarburos a un menor costo, permitiendo que empresas privadas complementen la inversión de Petróleos Mexicanos mediante contratos para la exploración y extracción del petróleo y gas; y 2) para obtener mejores resultados bajo condiciones competitivas en las actividades de refinación, transporte y almacenamiento, permitiendo que las empresas privadas participen bajo la regulación del Gobierno de la República.
“El país se quedará con la renta petrolera, es decir, todo el beneficio que se obtenga de la producción de petróleo y gas, después de que se pague en efectivo a las empresas por sus costos de operación y de capital, acorde con reglas predeterminadas y transparentes.
“Pemex ni se vende ni se privatiza pero sí se fortalece. Pemex seguirá siendo una empresa 100% mexicana. Es momento de permitirle acompañarse de socios nacionales e internacionales para realizar nuevos proyectos, sin poner en riesgo nuestro patrimonio.
Lázaro Cárdenas no dijo lo que dicen que dijo
Entre los opositores a la privatización energética se destacó el hijo del expropiador del petróleo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien ya había encabezado dentro del PRI la revuelta de quienes deseaban prácticas más democráticas para la designación de candidatos y dirigentes de partido y quitarle esa facultad “metaconstitucional” al Presidente de la República en turno.
“Enrique Peña Nieto y la reforma energética remataron el desmantelamiento de la industria petrolera en México, una realidad que debería revertir el futuro Presidente de la República, dijo Cuauhtémoc Cárdenas, en un artículo escrito en el diario La Jornada y comentado en el espacio informativo que conduce Carmen Aristegui.
El ex candidato presidencial recordó una elogiosa carta que su padre dirigió al entonces director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, que en el 30 aniversario de la expropiación hizo una firme defensa de la conducción del sector energético por parte del gobierno federal.
“La interdependencia de las relaciones sociales explica que es sólo un espejismo creer en la existencia autónoma de los capitalistas privados, que no son los únicos inventores de la ciencia y la técnica contemporáneas. Además, dadas las tendencias acumulativas de los grandes capitales privados y sus correlaciones con los monopolios internacionales, está en su origen y esencia acaparar y explotar riquezas naturales de los territorios ajenos, sobre todo de los recursos no renovables, agotándolas a la par que la fuerza humana de trabajo, logrando con ello cuantiosas utilidades. Más aún, al amparo de concesiones y privilegios, se forman estatutos de excepción extraterritorial violatorios de la soberanía”.
En consecuencia, Cárdenas (Cuauhtémoc) urgió no sólo a dar marcha atrás a la reforma energética, sino también la laboral y la educativa.
Además, en el 80 Aniversario de la Expropiación Petrolera, ante cientos de personas en el Monumento a la Revolución, el ex candidato presidencial dijo que revertir las reformas a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales representaría que los hidrocarburos y el servicio público de electricidad vuelvan a considerarse estratégicos y de gestión exclusiva por el Estado.
Cárdenas rechazó que el revertir las reformas implique un alto costo para el país. “¿Que habrá juicio que enfrentar, adecuaciones y ajustes técnicos, financieros, económicos y legales que realizar? Habrá que lidiar con ello, como en su momento lo hicieron los gobiernos de la Revolución cuando elevaron los impuestos petroleros o al imponer nuevas reglas a las concesiones, y como se hizo desde el 18 de marzo de 1938 hasta que se saldaron las indemnizaciones de la expropiación”, manifestó.
También, desde candidato, el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido un opositor a los cambios concretados durante el anterior sexenio y considera que la reforma energética ha sido “un gran fracaso y una gran mentira”, pues no ha cumplido con los beneficios que prometió.
Por eso, ahora se propone dar marcha atrás a esa otra reforma, aunque sus cambios también generan inconformidades porque la industria petrolera va en declive y sus planes para la generación eléctrica incluyen uso de combustibles fósiles que afectan al medio ambiente.