¿Enfermo? piensa mal…
Armando Ríos Ruiz viernes 29, Ene 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Dicen que el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra es el hombre. Aunque no es difícil imaginar la respuesta, muchos nos preguntamos qué seguirá después de que el Presidente se recupere -esperamos que pronto- del contagio de coronavirus que adquirió en una de sus giras proselitistas. Como siempre, desprovisto de cubrebocas.
Su presencia en la Presidencia es necesaria. Es la única figura que impone obediencia a sus colaboradores. La única que toma decisiones, aunque malas la mayoría, frente a un equipo resignado a escuchar y a bajar la cabeza. A recibir y aguantar regaños, a veces sin guardar las formas. Se profieren delante de otros funcionarios y ante el pueblo de México, bajo los reflectores.
¿Qué pasaría si falta? El artículo 84 constitucional dice que durante un término que no rebase los 60 días, el secretario de Gobernación lo sustituirá mientras el Congreso nombra al interino o sustituto. Es decir, la jurista Olga Sánchez Cordero se haría cargo provisionalmente.
Pero la señora ha dado mucho que desear. A diferencia de otros tiempos, ha permanecido prácticamente sin hacer absolutamente nada. Sin actuar conforme al cargo que ostenta. Sin que se note siquiera su presencia.
Ahora que sustituye al primer mandatario por enfermedad de éste, no sabía siquiera en dónde es atendido de su enfermedad. A pregunta de un reportero no supo contestar si estaba en su lujoso departamento de Palacio Nacional o en otro. ¿Podría pues confiársele el país, aunque fueran sólo 60 días? La respuesta es no. Será excelente jurista. Pero ¡zapatero a tus zapatos!
Y el mandatario asentiría en lo sucesivo y debido a que contrajo el mal, en usar el cubrebocas? Lo más seguro es que no. Su ego y su necedad inmensa no se lo permitirían. Desde la aparición del virus ha querido mostrar a los mexicanos y más que nada a los seguidores delirantes, que es un superhombre dotado de cualidades extraordinarias. Con una resistencia sin límite que le permite sortear el peligro mejor que los demás, a quienes les dice que son mexicanos, provenientes de razas milenarias aguantadoras. Las más fuertes del mundo.
Desgraciadamente, sus mentiras no pasan de ser producto de una imaginación que deja ver el abuso de la ignorancia que acompaña a la gran mayoría de sus simpatizantes. Que obedecen a una enfermedad denominada mitomanía o pseudología fantástica. Trastorno psicológico que requiere de atención médica. Ya vimos pues que no es inmune.
Mientras, 29 organismos e institutos nacionales e internacionales hicieron recomendaciones que entregaron a la administración federal, que se refieren al uso del barbijo. Que puntualizan que desde la cúpula del Estado se dé apoyo a los sectores más vulnerables, se amplíe la transferencia de dinero y se auxilie la recuperación del empleo formal.
Las sugerencias fueron elaboradas por “científicos, analistas e investigadores de la UNAM, Programa Universitario de Investigación en Salud, OPS-OMS, Academia Nacional de Medicina, Colmex, Banco Mundial, Funsalud, Cepal, así como los institutos nacionales de Enfermedades Respiratorias, de Nutrición Salvador Zubirán, de Psiquiatría, de Geriatría, de Cardiología, de Salud Pública y otras 14 organizaciones más”.
Sabemos que en los tiempos que vivimos, no hay nadie capaz de rebasar el conocimiento, la sabiduría, la inteligencia, la cultura del mandatario y por lo tanto, la invitación quedará en un intento inteligente y necesario, pero inoperante y desechable ante un espíritu caprichoso, ciego y sordo.
Hasta podemos apostar que una vez que se encuentre a salvo del virus y vuelva a operar, continuará sus giras proselitistas. Es lo que más le preocupa en este momento. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y se antoja necesario continuar con la búsqueda de votos. Otra pregunta prevalece: ¿Es verdad su contagio? También dicen: piensa mal y acertarás.