El Presidente y el periodismo
¬ José Antonio López Sosa viernes 22, Ene 2021Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Andrés Manuel López Obrador dice en sus discursos ser defensor de la libertad de expresión y admirador del trabajo periodístico, sin embargo hace completamente lo contrario casi al mismo tiempo, lo cual denota un desdén por la labor profesional de miles de periodistas en el país.
Si el Presidente respetara el trabajo periodístico, no usaría la tribuna de sus conferencias de prensa, para atacar sistemáticamente a periodistas y trabajos periodísticos en distintos medios de comunicación.
Si el Presidente respetara el trabajo periodístico, no permitiría la burla que hacen un grupo de aplaudidores en sus conferencias de prensa, cuando le plantean “preguntas” llenas de elogios para su persona y descalificaciones para otros colegas.
Si el Presidente respetara el trabajo periodístico, no haría los señalamientos que hace de forma cotidiana, condenando y exhibiendo a todo el que a través de algún trabajo periodístico, no piensa como él o critica sus decisiones políticas.
El periodismo es un elemento de gestión social, no un adulador del poder, se trata de informar y ejecercer una crítica en libertad, no de apoyar como militante a una corriente política o ideológica.
Lo que más me extraña es que así lo acepte Jesús Ramírez Cuevas como vocero presidencial, cuando por años fue un distinguido periodista que también recibió presiones desde el poder.
Ahora bien, esto no es nuevo, a ningún Presidente en México le gusta la libertad de expresión ni el periodismo, así lo han mostrado en sus administraciones, sin embargo el propio López Obrador desde su campaña se comprometió a respetar irrestrictamente la libertad de expresión y no se puede decir que se respeta, cuando se denuesta todas las mañanas.
Nuestra incipiente democracia no tiene contemplada la libertad de expresión ni el respeto al periodismo. Es triste nuestra realidad pero es de los destellos del viejo regimen del PRI que la alternancia no logró erradicar.
¿Cómo dice el clásico?, no pago para que me peguen.