Una pandemia llamada corrupción
¬ Mauro Benites G. miércoles 20, Ene 2021Municiones
Mauro Benites G.
Nuestro país se ha convertido en rehén de la corrupción y de la impunidad ante la ineptitud e indiferencia de este gobierno. Este comentarista se pregunta dónde y cuándo se inició esta maldición, cuando vemos que fundamentalmente los medios, ante un clamor general, denuncian, persiguen, pero el poder judicial no captura ni a Duarte, ni a Marcelo, ni a Fox, ni a López, ni a Calderón y demás ralea. Reafirmando aquel concepto de siempre que en este país es donde las leyes se acatan, pero no se cumplen
Buscando el origen: Más que peligroso resulta comprometido y comprometedor escribir este comentario sobre la corrupción en México. Pero toda enfermedad grave requiere de lo que ciertos médicos llaman tratamiento “radical” y este consiste en meter a la cárcel a todos los ladrones, pues la corrupción mexicana se ha convertido en una enfermedad de tal modo critica y crónica, que es una pandemia y que es urgente estudiar sus orígenes, expresar sus peculiaridades, describir con detalles que incluyan nombres, casos concretos y, no estando en mis manos el aplicar la curación, por lo menos proporcionar receta porque el mal, siendo tan antiguo, tan extenso que es una pandemia, tiene solución.
¡Pobre de México si no lo tuviera! aunque el mal, la enfermedad, viene de lejos, desde muy lejos, desde de la Conquista de Cortés y su heroico racimo de horca con la fusión de nuestros indios. No fue vencer a los indios, la mayor de las hazañas de estos hombres. Cortés el político sonríe contemplando, desde la Isla llamada de sacrificios-que por algo sería el nombre-, el litoral incógnito que se adentra, Chalchicuecan, costa de jade adelante, hasta alzarse en el pico que después llamaría de Orizaba Y llegar a llamada Tenochtitlan, la bella Tenochtitlan para consumar sitio y la conquista definitiva y saqueo del oro, oro y siempre oro. Para entrar a un pantano de corrupción llamada La Colonia, presidida por la burocracia virrey y la ignominia del clero.
Y doña corrupción llega a los últimos años de la colonia por una de tantas ironías de nuestra historia y el bajo clero se revela contra la imposición del odioso alto claro. Con el grito de Miguel Hidalgo para el arribo del consumador Agustín de Iturbide y el mítico Plan de Ayala. Si me permite el amable lector, con Agustín emperador, en éste se concentra a toda la descomposición de nuestros males políticos que azotan a nuestro país hasta nuestros días, superando por mucho a Santa Anna y los demás generalotes abundantes en nuestra negra historia, siempre unidos estos con la maldita corrupción clerical. Hay una laguna trasparente en nuestra historia con la generación de la Reforma que presidió la gran figura del Benemérito Juárez, hacia adelante nuestra historia ha estado y sigue estando plagada de la corrupción de los favoritos y las favoritas de los gobernantes en turno.
Qué pena, cuando se verán los resultados? de las acciones sobre todo las del poder judicial para que nuestro país no viva en el lema “las leyes se acatan, pero no se cumplen”.