Edomex, botín de partidos
Roberto Vizcaíno martes 5, Abr 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Encinas y Luis Felipe iniciaron campaña interna el domingo acompañados por personajes sobresalientes de sus respectivos partidos, que deja en claro que tienen que recurrir a “no mexiquenses” para poderse posicionar
Apenas están en los previos electorales -porque la verdadera campaña por la gubernatura inicia el 15 de mayo-, y los más de 10 millones y medio de votantes del Estado de México son ya el botín sobre el que se han lanzado candidatos, partidos y estructuras gubernamentales federales, y del DF.
Los únicos que no han recibido la visita o apoyo de personajes y estructuras partidarias, o de gobiernos de fuera del estado en la actual precampaña interna, son los del tricolor. Tanto en el arranque como en sus eventos partidarios, el precandidato único Eruviel Ávila y el PRI estatal no han sido ni acompañados ni asistidos por ningún personaje nacional de su partido.
No ocurre así con los otros.
Pese a los estrictos y muy claros tiempos electorales fijados en una reforma electoral aprobada en el último tercio del año pasado por el Congreso mexiquense, Andrés Manuel López Obrador tiene ya 11 meses haciendo una intensa campaña por la entidad.
Reconocido por mandar al diablo las instituciones y por sólo acatar sus propias decisiones, el 18 de noviembre del año pasado Andrés Manuel López Obrador lanzó por segunda ocasión como su candidata al gobierno del Estado de México a la ahora senadora Yeidckol Polevnsky.
La primera vez fue hace 6 años, cuando la actual legisladora era dirigente de Canacintra. Entonces la historia personal de la señora Polevnsky sorprendió a no pocos al saberse que era nieta del general Maximino Ávila Camacho y que su nombre original era el de Citlalli Ibañez, el cual cambió por el actual luego de ser madre a los 10 años de edad y después de tener otro hijo 2 años más tarde.
A diferencia de la anterior, en esta ocasión AMLO no pudo sacar adelante la candidatura de Yeidckol a pesar de que tenía el apoyo del Partido del Trabajo y de Convergencia, pero no así de las dirigencias ni estatal ni nacional del PRD.
Contó esencialmente que el tabasqueño olvidó que ya no es Jefe de Gobierno del DF, como lo era en aquella ocasión, ni tampoco el candidato presidencial que fue en 2005-2006 con un apoyo popular extraordinario.
Sus opositores internos terminaron por hacer abortar el nuevo lanzamiento de la ahora senadora y entonces fue que optó por Alejandro Encinas, a quien a fines de 2005 había dejado en su lugar de jefe de Gobierno del DF y luego impulsó como candidato a presidente del PRD.
Desde entonces Encinas hace campaña al lado de López Obrador, cuya obsesión lo lleva a actuar como si él fuese el candidato a gobernador.
Una vez cancelada la opción de ir en alianza con el PAN –debido a que ninguno de los precandidatos priístas rompió ni se salió de su partido y no les llegó el Malova que esperaban para hacerlo su candidato-, las dirigencias estatal y nacional del PRD, junto con Marcelo Ebrard, decidieron darle todo su apoyo a Alejandro Encinas.
Así el domingo, en el arranque de su precampaña, Encinas estuvo acompañado por Ebrard y sus secretarios de Educación, Mario Delgado y del de Turismo, Alejandro Rojas Díaz Durán; la lideresa de la mayoría perredista en la Asamblea de Representantes del DF y dirigente del PRI capitalino, la ex azafata Alejandra Barrales; el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano y la secretaria general de este partido, Dolores Padierna, así como Porfirio Muñoz Ledo que ha sido todo dentro del gobierno, y hoy es apenas diputado federal y, por supuesto, por Yeidckol Polevnsky, la posible sustituta de Alejandro, quien al parecer no cumple con los requisitos de residencia.
Ese día el único que faltó al mitin de arranque en Ecatepec, fue paradójicamente Andrés Manuel López Obrador, quien al parecer no se quería encontrar ni convivir siquiera por unos minutos con Zambrano y otros de la dirigencia nacional perredista.
Pero la verdad ni les importó. Ahí estaba toda la estructura del poder en el Distrito Federal, como ya meses antes lo estuvieron en Guerrero en apoyo del tránsfuga priísta Ángel Aguirre. A partir del domingo pasado el Edomex es su nuevo territorio de conquista electoral y no hay recurso ni argucia que no vayan a aplicar para lograrlo. Son instrucciones del jefe mismo, de Marcelo Ebrard, dicen.
Casi al parejo, ese mismo domingo en Toluca el precandidato del PAN Luis Felipe Bravo Mena se lanzó a la contienda acompañado por la coordinadora de los diputados federales blanquiazules, la ex secretaria de Educación y de Desarrollo Social y aspirante a la candidatura presidencial, Josefina Vázquez Mota quien llegó acompañada por los titulares de Educación, Alonso Lujambio; del Trabajo, Javier Lozano y de Hacienda, Ernesto Cordero, y del senador Santiago Creel, quienes como ella, buscan la candidatura panista a la Presidencia de la República.
Ahí estuvieron también el director de Conagua, José Luis Luege Tamargo; el secretario de elecciones del CEN del PAN, Juan Molinar Horcasitas y una buena parte de los delegados federales en la entidad, en su mayoría políticos de viejo cuño panista.
Como los perredistas, los panistas llegaron con toda su aplanadora externa para probarles a los mexiquenses que sus candidatos sí tienen apoyos suficientes como para disputarle el cargo al priísta Eruviel Ávila.
Por si no fuese suficiente el “mensaje” del apoyo externo, cada uno inició su arranque en cotos que representan el poder priísta: Encinas y su tropa defeña encabezada por Ebrard lo hizo en el centro del mismísimo Ecatepec, alcaldía hasta hace poco ocupada por Eruviel y lugar de nacimiento del candidato tricolor.
Luis Felipe Bravo Mena, hasta hace muy poco secretario particular del presidente Felipe Calderón, lo hizo en Toluca, a las puertas del mismo Palacio de Gobierno que hoy ocupa Enrique Peña Nieto, hasta donde llegó con sus 5 precandidatos presidenciales panistas.
Ambos, Encinas y Luis Felipe retaron así al gobernador saliente y al candidato con más posibilidades de sucederlo.
Pero sobre todo le mostraron a los mexiquenses a quienes quieren gobernar, que tienen que recurrir a personajes de fuera del estado para posicionarse.
Lo hacen quizá porque recuerdan que ambos ya fueron candidatos de sus mismos partidos en 1993, elecciones en las que fueron superados por otro priísta: Emilio Chuayffet.
Triste caso el suyo.
REVISIÓN INTERNA: En su semanal conferencia de prensa, el líder nacional del PRI, el profesor Humberto Moreira le dio ayer una tregua al presidente Felipe Calderón y convocó a los secretarios del Trabajo, Javier Lozano; al de Educación, Alonso Lujambio y al de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra a guardar las espadas verbales y mediáticas, a serenarse y sentarse a discutir respetuosamente los problemas que verdaderamente afectan a los mexicanos como son la pobreza, la marginación, la falta de educación y de empleo bien remunerado.
Acompañado por el precandidato del PRI al gobierno del Estado de México, Eruviel Ávila y del coordinador de su campaña, Luis Videgaray así como por el presidente del PRI en aquella entidad, Ricardo Aguilar, dio a conocer que realiza un análisis de las estrategias de trabajo y prioridades que se siguen en los estados con elecciones –Estado de México, Coahuila y Nayarit-, a fin de reorientar acciones y objetivos.
Durante este encuentro y ante reporteros, fotógrafos y camarógrafos asistentes el precandidato Eruviel Ávila dejó en claro que Moreira sí influyó en su nominación.
“Muy en lo particular quiero agradecer la postura firme y clara de Humberto Moreira, de defender con todo esta precandidatura (es decir, la suya)…”
Esto ratifica el señalamiento que hicimos en este mismo espacio hace algunos días, respecto de que, durante el encuentro que tuvieron los aspirantes con el gobernador Peña Nieto, Moreira puso sobre la mesa del debate interno encuestas y una serie de análisis y opiniones de políticos experimentados que definían el perfil de quien debía ser el abanderado del PRI en el Estado de México.