Presidente, a la defensa
Armando Ríos Ruiz lunes 18, Ene 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La semana pasada inició un encontronazo entre autoridades de Estados Unidos y mexicanas, a causa del perdón otorgado al general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional durante el sexenio anterior y detenido en el país vecino el 15 de octubre de 2020 en el aeropuerto de Los Ángeles, para ser juzgado por presuntas ligas con cárteles de la droga.
Un mes después fue puesto en libertad. William Barr, procurador general de Justicia, anunció el retiro de los cargos de narcotráfico y lavado de dinero. Se especuló que el Presidente López Obrador solicitó a su amigo y homólogo Donald Trump, la libertad del militar, abrumado por la presión que sobre el mandatario ejercieron las autoridades castrenses.
Sin embargo, las autoridades de justicia vecinas se reservaron el derecho de reiniciar el proceso en contra del general, toda vez que consideran que la actitud del Presidente mexicano, consistente en difundir el expediente entregado por Estados Unidos, que consta de más 700 hojas, viola el Tratado de Asistencia Legal Mutua entre México y la Unión americana.
Una vocera del Departamento de Justicia aseguró que si México no procede en contra del general, irá por él. Lo anterior, debido a las expresiones que nuestro mandatario expresó en una conferencia mañanera, cuando dijo que respaldaba la decisión de la Fiscalía General de la República, de exonerar al general de los delitos que pretenden imputarle en el vecino país.
Esta situación ha acabado de empañar una relación que ya desde hace un par de meses se ha anunciado ríspida con el nuevo gobierno a punto de iniciar este 20 de enero, a pesar de que las declaraciones de su par mexicano insisten en que son bastante buenas. Muchos mexicanos se preguntan si el propósito es aislarse de las autoridades del país del norte, debido a que no hay explicación para inquietarlas. Preguntan: “¿a tanto llega la devoción por Trump?
La situación que prevalece explica que sería sumamente desventajoso un pleito entre ambos países, toda vez que existen relaciones de comercio desde hace muchos años, mediante las cuales, los dos se benefician. La economía mexicana, muy endeble comparada con la del norte, se vería aún más menguada, principalmente en momentos de crisis por diversas razones.
Pero el expediente abarca a otros personajes de nuestra política. Incluye nombres como los de Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación, Eruviel Ávila, ex gobernador del estado de México, Arely Gómez González, ex procuradora General de la República y el de otros ex gobernadores y procuradores que aún se desempeñan en diversas áreas políticas.
¿Serían capaces las autoridades de aquel país de ir por todos? Tal vez si la terquedad en México se mantiene, alguno de los mencionados en el famoso expediente experimentaría el acoso de las autoridades vecinas.
El siglo pasado se habló mucho del señalamiento hecho a Manuel Bartlett, funcionario casi en todas las áreas del quehacer político mexicano y quien aún ofrece mucho qué comentar en su haber negativo. Se decía con insistencia que no viajaba a Estados Unidos, porque sería capturado y sometido a proceso judicial, también por su quehacer compartido con el narco.
Se le achacó su participación en la muerte del investigador de la DEA, Enrique Camarena Salazar, cuya muerte se atribuyó al capo Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del extinto Cártel de Guadalajara. Las investigaciones también recayeron en otros capos y en agentes estadounidenses.
En aquella ocasión se dijo que el entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, ordenó su exoneración de toda investigación. El procurador General de la República, Ignacio Morales Lechuga, aseguró que no había elementos para someterlo a una indagatoria. Explicó que no se permitió la extradición por la “falta de lógica y datos falsos”, con testimonios que “no tenían ni pies ni cabeza”.
La petición la hizo esa vez William Barr, actual fiscal en el país del norte.