Trumplover=Amlover
Eleazar Flores viernes 15, Ene 2021Espacio Electoral
Eleazar Flores
USA-MEXICO-. Exactamente dentro de una semana, Estados Unidos de Norteamérica tendrá 48 horas de haber estrenado nuevo presidente, John Biden, y se habrá despedido Donald Trump, el “amigou” del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y dios nos agarre confesados.
No es broma, por dos antecedentes recientes: el tardío reconocimiento de AMLO a Biden y la despedida afectuosa de Trump en Texas al presidente mexicano. Ambos datos se registran puntualmente por los efectivos servicios de inteligencia yanqui, más eficaces que los nuestros.
RETROCEDIÓ-. A imagen y semejanza de nuestro mandatario que un día dice una cosa y al siguiente todo lo contrario -ejemplo vivo es la negativa de suspender las mañaneras no obstante que es mandato constitucional (artículo 41)- y haber aceptado esto en 2019; en tanto, que el presidente Trump, el miércoles 12 de enero incitó a la insurrección y después metió reversa.
Esa reversa trumpista la dio a conocer ayer, de lo poco que le queda de infraestructura informativa seis días antes de concluir su mandato
Por el primer caso -convocar a la insurrección a sus huestes, Trump enfrentará juicio político el próximo 19 de este mes y seguramente ya será ex presidente cuando el acto legal se consuma, pero de todos modos queda para la historia, con secuelas posteriores de impedirle buscar una vez más ser candidato presidencial en 2224. Su edad también podría ser otro impedimento.
Estos dos son apenas pocos de los muchos espejos de afinidad que conllevan en su personalidad tanto el republicano Donald Trump como el “moreno” Andrés Manuel López Obrador, quien presume no ser faccioso, luego de dos años de dividir a sectores repetir mentiras o verdades a medias con el recurso gastado de “otros datos” que sólo él conoce, concluye que “vamos bien”.
El presidente López Obrador direcciona mal sus ataques al INE, dado que el artículo 41 de la Constitución General de la República fue aprobado por la Cámara de Diputados hace exactamente 14 años, cuando como líder opositor perredista, el tabasqueño clamó por callar al gobierno, léase Presidente de la República y/o gobernadores, para no hablar en tiempo electoral.
Incluso, ya como mandatario, el padre de la Cuarta Transformación aceptó callar parcialmente sus mañaneras en entidades con comicios como Hidalgo y Tamaulipas. Con estos antecedentes y si el amante de la legalidad y para no ser “como los de antes”, debería exigir a sus comparsas legisladores que modificaran el artículo 41 constitucional, así de fácil.
Empecinarse en seguir con su púlpito mañanero a como de lugar, sería confirmar el dicho popular “hace lo que, como y cuando quiere”.