A prueba, partidos y gobierno
¬ Luis Ángel García miércoles 6, Ene 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Para este año estarán en disputa más de 21 mil cargos de elección popular y potencialmente 92 millones de mexicanos acudirán a las urnas. A pesar de ser unas elecciones intermedias se espera una importante participación ciudadana que defina un nuevo mapa en el país con un equilibrio distinto de las fuerzas políticas y apruebe o no las políticas públicas del actual régimen.
Está en juego mucho de nuestro sistema político; se valorará la partidocracia, es una oportunidad para que el Poder Legislativo regrese realmente a ser un contrapeso del Ejecutivo. Estará a prueba la autonomía de las instituciones electorales y su papel de garante de comicios transparentes y libres. Pero, sobre todo, sin ser un referéndum, la ciudadanía juzgará las acciones de gobierno y si respondieron a las promesas de campaña de hace dos años.
Nuestro sistema de partidos se ha desdibujado y frente a ello surgieron nuevas opciones, no necesariamente propuestas ideológicas serias, sino escisiones de los tradicionales, nuevas franquicias o partidos satélite que como rémoras se sumarán al proyecto que más les reditúe.
Para nadie es extraña la crisis de las organizaciones políticas históricas, incluida Morena que sigue como movimiento y enfrenta su propia naturaleza, heredera del PRI y del PRD, arrastra los vicios de su génesis, donde impera el divisionismo y la ambición de poder.
No menos grave es el resquebrajamiento del tricolor o de los panistas. El éxodo de militantes y las disputas por los puestos han exhibido la debilidad de esas instituciones, su falta de liderazgo y de propuestas de gobierno viables.
Por otra parte, surgieron partiditos que estarán condicionados al resultado de las próximas elecciones, pero que ya disfrutan de las prerrogativas económicas, a la espera de que su patrón les diga con quién aliarse y disfrutar de posiciones o simplemente, como el Verde, estar con el campeón en turno.
Por eso son importantes estas elecciones, porque se juega el futuro de nuestro sistema político para contar con verdaderos partidos que sean opción con propuestas serias y aplicables. No más chiquillada electoral ni sanguijuelas de los presupuestos.
Es rescatable la nueva alianza entre PRI, PAN y PRD, que, aunque es un frente poco ortodoxo ideológicamente, reconoce sus debilidades como fuerza política y se suman para confrontar, no a Morena, sino al gobierno que está obsesionado con un proyecto político y económico que ha sumido a la nación en una profunda crisis, al borde de la recesión, con enorme desempleo, cierre de pequeñas y medianas empresas y falta de inversión productiva.
Ante este panorama, el gobierno ha optado por las políticas de los setenta, se aferra al pasado y solo promueve sus obras emblemáticas e innecesarias. Busca recaudar fondos con el desmantelamiento de verdaderos programas productivos para favorecer a su base electoral. Atenta financieramente contra los organismos autónomos, incluido el INE, pide a partidos y poderes recortar sus presupuestos, habla de una falsa austeridad republicana que no aplicó ni Juárez, porque el país estaba en bancarrota y eran innecesarios los ajustes. Desapareció fideicomisos, acabó con guarderías, provocó el desabasto de medicinas, exige divisas al Banco de México y hasta lo orilla al lavado de dinero. Mantiene una persecución fiscal draconiana contra los empresarios, sabedor que los próximos años no podrá recaudar lo mismo. Mantiene una burocracia con sueldos magros que orillan a tener servidores públicos mediocres o corruptos.
Lo importante es tener dinero para los programas electorales, para atender a ninis, viejitos, madres solteras y becarios que no estudian. Nada que haga ver un mejor futuro para el ciudadano de a pie, del trabajador, del desempleado, del pequeño emprendedor, del verdadero estudiante o del investigador. Somos más los mexicanos productivos que merecemos una oportunidad y requerimos de verdaderas políticas económicas y sociales que alienten el crecimiento y el desarrollo.
Eso está en juego el próximo junio. Externemos nuestra protesta por cómo se lleva al país, rechacemos esa gobernanza que solo busca el poder, el divisionismo, la polarización y el encono. México merece un mejor porvenir.