Un mal ejemplo
¬ Augusto Corro martes 5, Ene 2021Punto por punto
Augusto Corro
Quizá los funcionarios públicos nunca entendieron el significado de la palabra responsabilidad. Y creo que tampoco la entenderán porque así le exigen sus intereses mezquinos y sus ambiciones mundanas.
La conducta de esos personajes, surgidos de la “grilla” o encumbrados gracias al “dedazo” del poderoso, debe implicar la teoría y la práctica.
No se vale predicar en contra de la corrupción y llenarse los bolsillos de dinero mal habido. Tampoco esos funcionarios deben recomendar el uso del cubrebocas y quedarse en casa, si ellos son los primeros en burlar ese pacto de solidaridad social.
El mal ejemplo de esa manera negativa de actuar estuvo a cargo del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, quien fue captado de vacaciones en la playa Zipolite, Oaxaca.
Antes, en el avión que lo transportó a las playas oaxaqueñas, el general de la guerra contra la Covid-19 hizo a un lado el cubrebocas. No está, pues, en condiciones de predicar con el ejemplo.
En el video playero, el doctor López-Gatell refleja una tranquilidad como si no estuviéramos amenazados por la pandemia que suma ya 127 mil 213 fallecidos, cifra que cada día crece incontenible.
Pero al funcionario de salud poco o nada le importa practicar las recomendaciones de “quédate en casa” o el uso del cubrebocas y la aplicación de la sana distancia. ¿O es que el encargado de la guerra ya se siente inmune al virus?
¿Debido a su alto rango fue de los primeros en vacunarse y por eso actúa como un ser inmortal? Miles de vacacionistas decidieron vacacionar en las playas mexicanas; algunos hartos del confinamiento, otros por el puro afán de “jalarle la cola al tigre”, como se dice coloquialmente.
¿Quedarse en casa?, ni de chiste. Que López-Gatell sea criticado por frívolo es algo que sucede desde hace meses. ¿Usted cree que algo le preocupa a ese funcionario que práctica la egolatría y el narcisismo?
Además, López-Gatell tiene el apoyo irrestricto de su jefe, el Presidente de la República, López Obrador, quien en la mañanera de ayer lunes dijo que el “subsecretario ha estado trabajando “muy intenso” y que está cumpliendo con su responsabilidad, además de que tiene derechos”.
Sólo que no tiene la autoridad moral para plantear recomendaciones muy importantes que él mismo se encarga de incumplirlas. Y tampoco el propio mandatario López Obrador es un ejemplo de actitud solidaria al rechazar el uso del cubrebocas.
Al encargado de los discursos contra la Covid-19 y que además aplica el semáforo sanitario se le ocurrió vacacionar, sin importarle la preparación para el recibimiento de las vacunas antivirales.
En las primeras citas para la aplicación de la vacuna contra el coronavirus se registraron problemas que no llegaron a mayores, porque fue poca la presencia de personas, en comparación de lo que viene.
En vez de meterse a nadar, López-Gatell tendría que estar pendiente de que se cumplan las promesas de su jefe, quien dijo que para marzo ya estarán vacunados contra Covid-19 todos los adultos mayores de sesenta años.
¿Cómo actuarán las autoridades sanitarias para inocular a más de 258 mil personas al día? Ya veremos.
Quedó claro, que la guerra contra el coronavirus, aunque ya empezó a llegar la vacuna que lo matará, por ahora está pendiente romper la cadena de contagio, como los recursos que podemos aplicar.
Es decir, cuidarnos de los contagios con la práctica de las medidas sanitarias que implican el lavado de manos, el uso del cubrebocas, la sana distancia y el confinamiento, que quiere decir quedarse en casa. Salir a la calle si realmente es necesario o urgente. ¿Usted qué opina amable lector?