Los menos indigestos
Freddy Sánchez martes 29, Dic 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Las cualidades de Morena y los defectos de la oposición y a la inversa.
Ambas cosas deberán dilucidar los electorales que estaban convencidos, pero que aparentemente ya no lo están del todo y podrían modificar su inclinación electoral, pudiendo con ello ratificar o rectificar el rumbo del país con motivo de las elecciones del próximo año.
Así que un par de opciones de carácter electoral están a la vista: la reafirmación de la supremacía casi absoluta de la que goza actualmente el partido gobernante o más bien quitarle a este órgano partidista algunos “huevos de la canasta” del poder que le concedió la elección presidencial ampliamente ganada por Andrés Manuel.
Lo primero se basa en la creencia entre morenistas de que la popularidad del jefe del Ejecutivo, (en suficiente porcentaje más allá del 60 por ciento), es razón suficiente para confiar que el electorado nacional mantendrá vigente su apoyo hacia Morena, lo que lleva a sus militantes a la suposición de que sus opositores volverán a resentir un áspero descolón electoral en las urnas.
En ese tenor se argumenta que los conflictos en los que se han involucrado en distintos momentos algunos personajes de Morena, (a juicio de ellos mismos y muchos de sus simpatizantes), ciertamente afectaron la imagen del partido, pero no en tal grado como para temer una reacción electoral en su contra capaz de afectar su influencia nacional después de los comicios del próximo año.
Y es que “el potente carro del morenismo” mantiene su gran poder de seducción entre las masas, habida cuenta de que como tantas veces lo dijera Andrés Manuel en el pasado, “a su gallo no le han quitado ni una pluma”.
Esa es pues, la gran apuesta de Morena en torno al proceso electoral en curso, en el que a mediados de 2021 se tendrán que renovar las curules en la Cámara de Diputados, además de quince gubernaturas, presidencias municipales y congresos locales en distintas partes de la República Mexicana.
En lo que concierne a la postura asumida por la oposición, el hecho de que se haya dado una alianza entre los otrora tres grandes partidos en el panorama electoral, (convertidos prácticamente en una sombra de lo que fueron), acredita que a Morena sus oponentes lo ven como superpartido al que difícilmente se le podría ganar sin una oposición unificada.
De ahí el pragmatismo partidista del PRI, PAN y PRD, (decidiendo justarse en un frente), a fin de postular los mismos candidatos en una amplia cantidad posiciones electorales que incluirá principalmente la Cámara de Diputados, bajo el supuesto de que lo que se busca es evitar que Morena mantenga bajo su casi total voluntad las decisiones legislativas futuras.
La oposición unificada asegura tener la firme convicción de oponer un valladar al “trabuco morenista” y obligarlo a conciliar propósitos de carácter legal en torno a los asuntos nacionales, lo que por supuesto el morenismo se ha encargado de tildar de una maniobra desesperada de sus adversarios políticos a los que acusa de intentar por cualquier medio recuperar privilegios perdidos con el cambio de gobierno.
De ahí la embestida virtualmente feroz contra los aliancistas atribuyéndoles un sinfín de defectos, bajezas, inmoralidades y siniestras intenciones para frenar a la 4 Trasformación y sus mejores intenciones de un cambio por “el bien de todos” en nuestro país.
Lo que el ahora llamado PRIA NRD niega categóricamente al señalar que quienes detentan en la actualidad al gobierno federal lo que se proponen es “borrar” con reformas legales toda oposición institucional a sus intenciones del perpetuarse en poder, queriendo por ello ahondar divisiones y conflictos entre los habitantes de México.
En ese contexto, unos y otros mutuamente se culpan de una suma de intenciones malévolas que sólo pretenden su propio beneficio pasando por encima del interés nacional, y por lo mismo, sin importantes los daños que puedan causar a los ciudadanos comunes y corrientes.
Así la cosas, lo previsible podría ser que tras la refriega de toda clase de intrigas y acusaciones, ganarán las elecciones los políticos (de Morena o la oposición), que al gusto del electorado resulten los menos indigestos.