El agua y el aceite
Alberto Vieyra G. martes 29, Dic 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
A la hora en que salen los espantos fueron registradas en el INE dos alianzas montoneras que buscaran dividir aún más al pueblo de México. El primer menjurje montonero se consolidó entre el PRI-PAN y PRD, cuyo objetivo fundamental es quitarle la mayoría parlamentaria al partido del Presidente que está llevado a México al desastre de desastres. Para esa alianza, lo que vive la patria mexicana es sumamente grave, pues AMLO la está llevado a un odioso comunismo que metería a México a una dictadura comunista y a una pobreza sin precedentes en su historia. Se juntó el agua con el aceite.
El segundo menjurje montonero se concretó entre Morena y las rémoras del Partido Verde y del PT, que de no ser porque en México existe la figura jurídica de las alianzas, ya no existirían en el concierto nacional.
En ambos casos, las ideologías quedaron hechas trizas y lo que importa es obtener el poder por el poder, al precio que sea y cómo sea. En este momento, el enemigo común es Morena, como lo fue en su momento el PRI al que el echaban montón así se tuviese que mandar al basurero de la historia las ideologías. PAN y PRD concretarían esa primera alianza contra natura, es decir, juntar el agua con el aceite.
El proceso electoral federal 2021, que culminara el 6 de junio, se vislumbra harto cochino. Habrá lodo y mucha suciedad, con la cual las lacras sociales llamadas partidos políticos ensuciarán y enrarecerán el ambiente político de México. La estiércol la meterán a nuestras casas a toda hora del día y de la noche, aderezada con la insana y grotesca intervención del Presidente de la República quien parece estar sumamente apanicado, pues desde las marraneras de Palacio Nacional lanza veneno contra sus opositores y a sus adictos que son ultrajados con sus dádivas de poder que les otorga cada dos meses, estamos hablando de 23 millones de compatriotas que reciben esas dádivas de poder, los espanta perversamente con el petate del muerto advirtiéndoles que la alianza PRI-PAN-PRD calificada por él como el tumor, busca apoderarse de la mayoría de la Cámara de Diputados para revivir la corrupción de los moches y como la facultad de la Cámara de Diputados es aprobar el presupuesto, lo primer que harán es “quitarle el dinero a los pobres”. ¡Una mentirototota más del Presidente! Los que él busca con esa amenaza es que los 23 millones que reciben dádivas del poder, salgan a votar por Morena porque de otro modo, les quitarán el dinero que “su dios” les ha dado.
Nada de eso ocurrirá. Estamos ante una simulación marrullera más de AMLO. Los apoyos a la política social ya están legalizados en la Constitución, por lo que no hay la menor posibilidad de que desaparezcan, pues para que ello ocurra tendría que hacerse una contra reforma constitucional y la cuestión no va por ahí. Lo que vemos en el engaño de AMLO es un miedo monumental a que le quiten los presupuestos para sus obras sexenales de relumbrón que tantas críticas han recibido porque servirán para dos cosas: para nada y para lo mismo.
Ni el INE, ni el Trife han tenido hasta ahora las cosas de varón y los dientes para poner quieto a AMLO, haciéndole saber que La Constitución de México le pone límites al presidente de la república y que, por la salud de la república, debe cerrar el pico. AMLO no lo ha hecho y seguramente que no lo hará porque no tiene dignidad y porque está en ayunas de ciencia política. AMLO es un politicastro rupestre, lleno de odios, artífice fundamental de las intrigas palaciegas que lo único que pretende es dividir y enfrentar rabiosamente aún más a los mexicanos para perpetuarse en el poder.
La cuestión es que el menjurje montonero PRI-PAN-PRD será en 180 distritos electorales del país, en los que tiene más presencia Morena y en 17 entidades de la república, donde se busca que tanto las gubernaturas como la mayoría de las diputaciones locales sean obtenidas por esa alianza para maniatar completamente cualquier iniciativa de reforma a la Constitución que de manera regresiva y antipopular lleve a cabo AMLO, pues para que una reforma a la Carta Magna tenga efecto, debe ser aprobada por la mayoría calificada de las ¾ partes de la Cámara de Diputados y por 17 de las 32 legislaturas locales. Solo neutralizando al partido del presidente y a él se detendrá la destrucción del país.
“Veremos de qué cuero sale más correas…”