Más restricciones contra el coronavirus
¬ Augusto Corro viernes 25, Dic 2020Punto por punto
Augusto Corro
Hace nueve meses llegó el coronavirus (Covid-19) a México con su carga de contagios y muerte que no cede. Los pronósticos de las autoridades sanitarias sobre el número de víctimas ya fueron rebasados: van registrados 113 mil 704 decesos y un millón 241 mil 436 contagiados. El semáforo epidemiológico se hizo a un lado y nuevas restricciones se aplicarán en el Centro Histórico y en las colonias de atención prioritaria de la Ciudad de México, para contrarrestar el ascenso de la pandemia. Sin embargo, en medio de la crisis de salud, se informó sobre la aprobación de la vacuna contra el Covid-19 y su aplicación es inminente en la población mexicana.
Mientras, en la capital y en diferentes ciudades la gente reta al virus en este mes de fiestas y miles de personas dejaron el confinamiento, aquí en la metrópoli, los nosocomios carecen de espacios para atender a los contagiados. Por otra parte, el personal de salud del país ya se encuentra cansado del trabajo desarrollado contra Covid-19 y muestran agotamiento físico y mental. Además, se sienten decepcionados ante la conducta de la gente que no toma las medidas sanitarias necesarias para evitar el contagio. Sin duda, la conducta de los médicos y enfermeras es digna de reconocimiento; de un total elogio por el desempeño de su labor a favor de los miles de enfermos en estos meses de sufrimientos y desgracias.
El gobierno capitalino determinó enfrentar la segunda ola de contagios con nuevas restricciones en el Centro Histórico, uno de los sitios más concurridos por la población en esta temporada navideña, que de acuerdo con comerciantes y empresarios, a partir de este lunes se limitará el horario de los establecimientos formales no esenciales hasta las 17 horas, los cuales también cerrarán un día a la semana, domingo o lunes, mientras que el comercio en vía pública deberá detener actividades a las 16.00 horas con un apoyo para retirarse.
También se cerrarán catorce vialidades al tránsito vehicular en el Centro para facilitar la seguridad peatonal en las estaciones del Metro Zócalo y Allende permanecerán cerradas y las vialidades peatonales se dividirán entre entrada y salida para evitar aglomeraciones. En colonias de atención prioritaria se aplicará el mismo horario para los comercios y el apoyo económico para comerciantes de vía pública, mientras que en tianguis se permitirá la venta de comida sólo para llevar y se reforzará el uso de cubrebocas.
En fin, las autoridades ya plantearon las medidas restrictivas para enfrentar al coronavirus en esta temporada navideña que avanza con dificultades, pues la población, quizá harta de aislamiento, decidió relajar las medidas sanitarias, que nos coloca en una situación de emergencia que amenaza con agudizarse. El saldo sobre decesos y contagios nos muestra saldos catastróficos y surgen las preguntas sobre la actuación de las autoridades que aplicaban las restricciones de manera tardía en un afán por no dañar la economía que se encontraba en condiciones deplorables: ¿Se atentaba contra los derechos humanos si se obligaba a las personas a su confinamiento? ¿Se coartaba la libertad?
Al no haber vacuna para terminar con la pandemia, el aislamiento era necesario y de urgente aplicación. En esta circunstancia, ¿no era más importante quedarse en casa para salvar vidas? Tal vez fue importante que las autoridades conocieran a fondo el tamaño del enemigo para instrumentar las medidas que debieron poner en práctica como el uso del cubrebocas cuyos beneficios todo mundo conoce, menos los políticos que lo ignoran. Las restricciones se aplicaron al contentillo de propios y extraños sin la dureza que exigía la lucha contra ese virus que no distingue a sus víctimas.
Estamos, pues, en condiciones difíciles en la lucha contra el coronavirus que se agudizan por el afán de salir de compras, organizar fiestas y abrazarnos porque así lo exige la temporada navideña, sin reflexionar que Covid-19 es una verdadera amenaza a nuestra vida. Las autoridades sanitarias mexicanas ya aprobaron la aplicación de la vacuna en nuestro país; pero esto no quiere decir que ya superamos la pandemia. En resumen, vamos a cuidar nuestra salud, no bajar la guardia, acción que nos beneficiará personalmente y repercutirá positivamente en las demás personas que nos rodean. ¿Usted qué opina amable lector?