Costumbres paganas navideñas
Alberto Vieyra G. jueves 24, Dic 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué celebra la humanidad realmente en la navidad? ¿El nacimiento de Jesucristo ocurrió realmente el 24 de diciembre? ¿Conmemoramos un paganismo navideño envuelto en celofán con regalos del capitalismo? ¿Existieron los 3 reyes magos y el Santa Claus? ¿A Jesucristo y a su padre Jehová, “el dios de la verdad” o el todopoderoso supremo arquitecto del universo les gustan las costumbres pagas navideñas? ¿Estamos ante la veneración pura al dios verdadero? ¿Existió realmente la estrella de Belén? […]
Estas y otras inquietantes preguntas me han formulado en los últimos días mis tres lectores y radioescuchas y con gusto trataré de dar respuesta, aunque admito que no es un asunto fácil, pues nos enfrentamos a costumbres y tradiciones paganas que tienen que ver con diversas religiones y hasta con fanatismos.
El imperio romano de la antigüedad y otras culturas del medio oriente celebraban el nacimiento del solsticio de invierno, cada 24 de diciembre. Los griegos, babilonios, persas y demás, conmemoraban a un dios inexistente llamado Nemrod, que en la cultura griega conocemos como Zeus.
Actualmente, el mundo conmemora el supuesto nacimiento de Jesucristo el 24 de diciembre. Falso, tanto la Biblia como las Enciclopedias Británica o de Las religiones del Mundo, jamás hablan de esa fecha. Estiman que Jesús nación durante la primavera boreal, e incluso es probable que haya nacido aproximadamente entre los meses de marzo a junio; pues cuando los supuestos reyes magos que no eran magos sino astrólogos siguieron la estrella de Belén, no guiada por Jehová dios sino por Satanás, se encontraron con que, en la casa de María, que no era un establo ni pesebre, encontraron a un niño y no a un bebé. Antes de ver al recién nacido, los astrólogos que tampoco eran tres, porque la Biblia no menciona cuántos eran, se fueron a avisarle al súper poderoso y maquiavélico Herodes que iban a venerar “al rey de los judíos” que había nacido en Belén. Perversamente, Herodes les dijo que él también quería venerar al nuevo rey, y les pidió que le avisaran en qué lugar se encontraba. Los astrólogos o magos se fueron cuando descubrieron que no había ningún niño recién nacido y cuando Herodes se enteró, montó en cólera y ordeno que había que matar a todos los niños que tuvieran 2 años de edad, entre los que se encontraba de rango de edad Jesucristo. Solo que María y José huyeron con la criatura hacia Egipto, tras haber recibido el mensaje divino para ponerse al salvo.
¿Y qué sabemos del panzón Sancho Claus? Es otro personaje falso, pero fantástico que suele llevar regalos a los niños de todo el mundo en tan sólo una noche, pero ese cuento está envuelto en un asunto que se llama comercialismo diabólico y esclavista.
Ni a Jesucristo y menos a su padre Jehová les gustan las celebraciones religiosas paganas. Jehová dios pide adoración exclusiva, como lo hizo su hijo Jesucristo que fue enviado a la tierra como ser humano, precisamente para restituir la adoración verdadera a Jehová, que había sido borrado por el ponzoñoso paganismo religioso en muchas culturas del mundo. Los pueblos se hundieron en la adoración de dioses y profetas falsos, empujados por Satanás “el padre de la mentira” que es el que realmente gobierna al mundo.
En la Enciclopedia de Religión y Ética (Encyclopædia of Religion and Ethics), el erudito escoses James Hastings, dejo muy claro que: “La mayoría de las costumbres navideñas que prevalecen hoy […] no son costumbres verdaderamente cristianas, sino costumbres paganas que la Iglesia ha incorporado o tolerado…”, bajo el pretexto de las celebraciones en familia.
Pero, en lo que son peras o son manzanas, éste servidor aprovecha para enviarles a todos nuestros queridos amigos un abrazo del alma.