Entre espías, fraudes y limpieza amenazan a la 4T
¬ Luis Ángel García miércoles 23, Dic 2020Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Casos de corrupción y de espionaje en la historia reciente de México podrían poner en riesgo el desarrollo de la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sólo por dar un par de ejemplos basta recordar la intervención ilegal a periodistas, activistas y personajes relevantes del acontecer del país, a través de teléfonos celulares, correos electrónicos y algunos mensajes encriptados con la plataforma “Pegasus” NSO Group.
Las investigaciones periodísticas señalan que este sistema de espionaje fue adquirido por la entonces Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía General de la República, a cargo de Alejandro Gertz Manero), en la anterior administración y que puso en jaque a la política interior de México.
Además, los escándalos de corrupción en la vida política de nuestro país, que, por ejemplo, hoy mantiene en prisión al ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, quien utilizó todo tipo de argucias para robustecer su fortuna personal y la de su esposa.
En este último caso, sólo para refrescar, Duarte de Ochoa usó una serie de empresas “fantasma”, que tenían diferentes objeto social, con las que trianguló dinero del erario e impidió que llegara a sus debidos destinatarios: el pueblo de México; lastimando a la sociedad sobre todo porque simulaban compras de medicamentos.
Los dos casos tienen un punto de encuentro, y es que ambas empresas “fantasma” registraron como domicilio la calle de Horacio 538 en Polanco; la misma dirección que hoy ocupa una tercera empresa de nombre Rapax S.A. de C.V., dedicada al servicio de limpieza y, aquí vine lo interesante.
Sucede que Rapax ha recibido más de 600 millones de pesos del Gobierno de la Cuarta Transformación, a través de diversas dependencias, como el Instituto Politécnico Nacional de Arturo Reyes Sandoval; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de Jorge Arganis Díaz Leal; la Fiscalía General de la República, de Gertz Manero; la Casa de Bolsa, de Héctor O. Romero; y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de Arturo Herrera Gutiérrez.
Esta última dependencia, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, es la encargada de asignar los contratos de servicios en Palacio Nacional, por lo que ha destinado más de 40 millones de pesos durante el 2020 sólo para que Rapax realice la limpieza en el recinto del Gobierno de la República durante los fines de semana; situación por demás extraña respecto a las licitaciones públicas.
¿Qué medidas usa el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para blindarse de este tipo de empresas, que desde el pasado, han estado recibiendo contratos públicos con esquemas que defraudan al Estado mexicano, cuando Rapax no cumple con los mínimos estándares de calidad?
Hace algunas semanas, un estudio de la Confederación Nacional de Profesionistas y Jóvenes de México (Conapro), que analizó más de 50 empresas, reveló que entre las 5 primeras más corruptas están una llamada Ocram Seyer y la mismísima Rapax, esta última porque sólo coloca a la mitad de los empleados que fueron requeridos en un inicio, en un esquema de fraude que ya es investigado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y por la Secretaría de la Función Pública.
Un punto muy importante que no se debe olvidar es que en septiembre del año pasado se reveló el hallazgo de un micrófono y una cámara de video con las que presuntamente espiaban a los inquilinos del Palacio Nacional.
De manera puntual, ¿será que la 4T tiene al enemigo dentro de Palacio Nacional, a través de la empresa Rapax que supuestamente limpia el lugar, pero que emana un olor a tufo?