El peor lugar
Armando Ríos Ruiz lunes 21, Dic 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
“México es el peor lugar para vivir en tiempos de Covid-19, con la tasa de mortalidad más alta de 53 países, dice un estudio de Bloomberg, tras analizar precisamente a 53 países y encontrar que el nuestro está en último lugar. ¿Qué quiere decir esto?, que las medidas adoptadas por el gobierno sólo sirven para que en otros lugares del mundo hagan escarnio de México, por el bajo nivel de inteligencia, para tratar el virus.
No sólo para tratar el virus. Más bien para tratar cualquier problema que se presenta y para crearlos en donde no hay. Tal ha ocurrido con algo tan delicado y necesario para la supervivencia de todos los habitantes de esta tierra: la economía, hecha pedazos apenas en dos años transcurridos del actual gobierno. También la seguridad, absolutamente inexistente.
Muestras de lo anterior, primero de la economía, es que ya no hay dinero en el “cochinito”, como declaró una vez el flamante secretario de Hacienda. Por esta razón hubo un intento de convertir al Banco de México en receptor de dinero mal habido. Los votos no pueden llegar por sí solos. Tienen un precio: el más caro de todos los tiempos.
De no ser por las protestas airadas de diferentes núcleos sociales, pero principalmente de instancias de Estados Unidos, como de la agencia Moodys, que amenazó con bajar la nota crediticia a nuestro país, seguramente nuestro Presidente hubiera dicho, respecto a la aprobación de la modificación de la Ley del Banco de México: ¡va porque va! Con esa actitud de dictador que no puede ocultar, por más que la niega.
La reforma ya había sido aprobada en la cámara de senadores para pasar a la de Diputados con la misma intención. Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política de la primera, se apresuró a dar respuestas de tipo económico, para dejar en claro que era necesaria. Seguramente no sabía lo que decía, por el simple hecho de que no es economista. Pero tenía que acatar la orden del jefe. En un descuido se convierte en el sucesor.
En cuanto a seguridad, acaban de asesinar en Puerto Vallarta al ex gobernador Aristóteles Sandoval, en clara respuesta de los criminales a la eficiente política de abrazos, no balazos, impuesta a partir de esta administración, que ha sido tan exitosa, que un día sí y otro también, asesinan por docenas todos los días, a lo largo y ancho del territorio nacional.
Antes fuimos testigos del atentado sufrido nada menos que por Omar García Harfuch. Nada menos, porque se trata del jefe de la policía capitalina. El atentado fue perpetrado en la avenida más importante de México y en una colonia triple X: en Paseo de la Reforma, a la altura de Lomas de Chapultepec. Afortunadamente, su camioneta, con el máximo blindaje, evitó un desenlace peor.
Respecto a la política contra el coronavirus, indudablemente ha sido la más desastrosa del mundo. Por eso mismo ocupamos el primer lugar en muerte de personal médico, en tasas de mortalidad, en atención a la pandemia y en otros rubros que pudieron haber servido para menguar los efectos destructivos del germen, que se ha propagado como nunca en nuestro suelo.
Los amuletos y los consejos de abandonar los hogares, de ir a los restaurantes, de salir a gastar, de no hacer caso a las infecciones porque eran mentira, se han revertido de manera tal, que ahora no encuentran cómo convencer a la gente de que obedezca las normas que aconsejaron desdeñar.
Otro gallo cantaría hoy, si antes, el principal mandatario hubiera hablado de lo conveniente, de lo necesario que era usar cubrebocas y de observar otras consignas para resguardarse del mal. Si por lo menos hubiera aconsejado a su títere de cabecera Hugo López-Gatell, de decir la verdad en sus mentirosas conferencias, hoy sería diferente.
Pero ninguneó, tanto la situación, que precisamente hoy, ya hasta le escasea el dinero para sus incondicionales.