Paridad de género • II
Alberto Vieyra G. lunes 21, Dic 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
(Segunda de dos partes)
Y decíamos en la anterior entrega que, en tiempos inmemoriales, la mujer era la que partía el queso liderando la tribu y siendo pilar fundamental de la sociedad. También recordaba que las luchas femeninas para lograr la igualdad jurídica o de género han trastocado muchas cuestiones en la familia y la sociedad, y que al paso que vamos no podemos descartar vivir en un mundo de divorciados.
Las mujeres, aunque no estudien, ya no quieren estar en la casa. A veces no sé lo que quieren, pues seguramente la mayoría de las activistas en México y el mundo no han leído los textos bíblicos sagrados sobre el papel del hombre y la mujer en la sociedad, que tanto vale el uno como el otro.
Esa tan cacareada equidad de género, en materia política ha venido a descarrilar la vida interna de los partidos políticos, que históricamente estaban acostumbrados a que “la política era solamente para los hombres”, sobre todo porque la polaca no es cuestión romántica, la política es sería y cosa sucia, sigue vigente aquella máxima de que “si realmente quieres que se sepa quién eres, metete a político”. En verdaderos aprietos están prácticamente todos los partidos políticos por qué no tienen a mujeres preparadas que sepan de ciencia política y sensibilidad humana para ser postuladas a cargos de elección popular.
Reyertas han salido a la luz por Morena en Tlaxcala, donde Ana Lilia Rivera y Dulce María Silva Hernández, aspirantes a la candidatura de Morena al gobierno de Tlaxcala, descalificaron la encuesta que practicó la Comisión Nacional de Elecciones de ese instituto político para elegir a su abanderada en los comicios de 2021. Los resultados favorecieron a la ex delegada federal para programas sociales en Tlaxcala, Lorena Cuéllar. Todo fríamente arreglado en Palacio Nacional y fríamente arreglado está en Guerrero, donde los machos, son muchos y las mujeres son pocas. Todo indica que el dedo sagrado de Palacio favorecerá al inepto, frívolo e ignorante “Diputado costales”, Félix Salgado Macetonio.
En Jalisco, la grilla está cañona. El gobernador, Enrique Alfaro Ramírez quiere meter a como de lugar a sus cuates, aunque sean ineptos, borrachos, faltistas, irresponsables y con muchos asegunes como es el caso de Luis Munguía un diputado de triste fama al que busca convertir en alcalde de Puerto Vallarta, el chiste es que el partido de López Obrador muerda el polvo en Jalisco. En Vallarta ya no puede reelegirse, Arturo Dávalos Peña que dicho sea de paso ha hecho un trabajo de muchos quilates y ese gobierno ejemplar solamente podría protagonizarlo, Diego Franco Jiménez que le sabe a la ciencia política y tiene arrastre, mucho arrastre.
La cuestión es que don Enrique Alfaro está en un serio dilema, pues el asunto de la equidad de género lo trae de cabeza y le han exigido que en Puerto Vallarta el Movimiento Ciudadano debe postular a una gallina y no, a un gallo. Ese, pero le está echando a perder todo su esquema político al gobernador que aquí le vamos a dar un pequeño norte, aunque la asesoría cuesta, pero podría cambalachear esa posición política con la de Lagos de Moreno. El asunto está en que sí Enrique Alfaro se aferra a postular al carita Luis Munguía, entonces sí podría salirle cola y metérsele López Obrador en Vallarta. ¡Allá él y su loca cabeza!
En Sonora, también hay rupturas en Morena y todo porque López Obrador se empeñó en meter a Alfonso Durazo, que no dio ni el ancho ni el largo como responsable de la Secretaría Federal Ciudadana. La ilustre Ana Guevara quería la gloria en Sonora, igual que otras mujeres, esa sí de refinados modales, pero pues ya ve usted que dónde manda capitán, no gobiernan zopilotas, ni zopilotes por aquello de la paridad de género de “las y los…” y mejor ya le paramos porque ya parezco disco rayado.