Desalentador
¬ Augusto Corro miércoles 16, Dic 2020Punto por punto
Augusto Corro
El fin de semana el doctor Antonio Domínguez, del Hospital General, le declaró a un periodista lo siguiente: “Resulta desalentador ver que la gente sale a la calle o hace fiestas en medio de lo que estamos viviendo (la pandemia) y lo que nosotros como personal de salud vemos día con día”. Efectivamente, la población asumió una irresponsable que traerá, sin duda, resultados negativos en los próximos meses. En el presente, pocas personas responden al llamado de las autoridades a quedarse en casa y no acudir a fiestas.
Por una parte, los guadalupanos cumplieron en no participar en peregrinaciones para no exponerse al contagio; pero por otro lado miles de personas abarrotaron las principales calles del Centro Histórico para realizar sus compras navideñas. A lo anterior debe agregarse la falta de solidaridad de la gente, principalmente el sector de jóvenes, que no se resiste a la tentación de participar en toda clase de fiestas en las que se adquiere el virus y luego se propaga en los hogares.
La temporada navideña siempre se distinguió por el sinnúmero de reuniones, comidas, cenas, etc., para manifestar sus buenos deseos a los amigos y familiares. Así ocurría en tiempos recientes, pero ahora esas manifestaciones deben cancelarse, pues nos encontramos amenazados por una epidemia que no distingue ninguna posición social, ni nivel económico; aunque ocurre lo de siempre, los pobres son los más afectados por Covid-19, pues obligados por su condición económica tienen que salir de casa a buscar los recursos para su alimentación.
En los círculos de las personas ricas la presencia del coronavirus no se toma en serio. Basta revisar la información en las paginas de sociales que presentan las mesas de los banquetes con decenas de comensales, todos con las caras que reflejan alegría y satisfacciones. En algunos casos, las fiestas con decenas de invitados son suspendidas por denuncias de los vecinos; pero hay más festejos que se llevan casi de manera clandestina, sin el cuidado de cumplir con las medidas sanitarias, como el de la sana distancia, o sin el cubrebocas que debía ser de uso obligatorio.
También a los legisladores poco les importa la salud, pues también practican actos irresponsables en plena crisis de la pandemia en la Ciudad de México. Ahí está, como ejemplo, la reunión de los diputados que se dieron cita para festejar el fin del periodo ordinario de sesiones, con una comida en dos carpas improvisadas para el convivio. El hecho de que alrededor de 92 legisladores fueron contaminados por Covid-19, no fue obstáculo para que la bancada priista en San Lázaro se reuniera para degustar ricos platillos con el fondo de música en vivo. La gran vida, sin reflexionar sobre la amenaza de la pandemia. La pregunta obligada: ¿Estos legisladores fiesteros serán multados por las autoridades? Lo dudo.
Mientras se relajan las medidas sanitarias y la población baja la guardia, en los hospitales la situación es compleja por diferentes razones. Veamos: el médico Juan Antonio Domínguez Zambrano, quien colabora en el Hospital General de México, alertó, a través de redes sociales, sobre la condición critica que se vive en ese nosocomio convertido en hospital con semáforo rojo, pues está saturado con pacientes con Covid-19 y “que se está viviendo un foco importante de contagios”. Añadió que el número de “internamientos nos está rebasando, ya tenemos unidades completamente llenas, y estamos volviendo a las características que teníamos en mayo pasado”.
A esas condiciones criticas debe sumarse el cansancio de los trabajadores de la salud que realizan esfuerzos titánicos en la atención a los contagiados. Los médicos y enfermeras ya se encuentran agotados y hartos de ver como la gente no se cuida y sale a la calle o hace fiestas en lugar de quedarse en casa para detener el avance de la pandemia. Estamos ante un panorama desalentador con miles de decesos y de contagios por el coronavirus y no se contempla el fin de la pandemia. Otra vez, la recomendación obligatoria: cuídese, no baje la guardia. ¿Usted qué opina amable lector?