Un virus y un tumor
Alberto Vieyra G. viernes 11, Dic 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
México vive una monumental degradación política con un sistema de partidos en total desprestigio, igual que una clase política que ha perdido la confianza de la mayoría de los mexicanos y que incluso ha llevado a los mexicanos a la desesperación y a experimentar políticamente en los últimos sexenios en busca del tan esperado regreso del “dios Quetzalcóatl”.
La voracidad de la clase política azteca no tiene límites, llegan al poder solamente a enriquecerse con los dineros públicos y a conformar negocios al más puro estilo de las grandes mafias internacionales.
El sexenio peñista pasará a la historia con un sello de una corrupción desmedida y con asuntos a nivel internacional como el de la empresa brasileña Odebrecht que recurrió a millonarios sobornos costeando la campaña electoral peñista para obtener millonarios contratos en Pemex y otras instituciones gubernamentales.
Hoy en Estados Unidos, se destapa una nauseabunda cloaca que embarra al gobierno de López Obrador inmerso en una corrupción idéntica a la de la corrupta empresa brasileña Odebrecht. El escándalo revela que la empresa petrolera suiza Vitol, protagoniza una nueva era de corrupción en América Latina, pues el Departamento de Justicia norteamericana ha multado con 135 millones de dólares a dicha empresa petrolera que ha sobornado a los gobiernos de Brasil, Ecuador y México. En el caso de México se revela que la empresa Vitol ha “cañoneado” a funcionarios del gobierno de AMLO desde 2018 hasta julio de este año -2020-. Un asunto que derrumbará la confianza en el régimen amlista y su partido Morena, que ha dado cobijo a hombres corruptos de la talla de Manuel Bartlett, Napoleón Gómez Urrutia, al propio hermano de López Obrador, Pío y a Ricardo Monreal, entre muchos otros hombres impresentables de la transformación de cuarta.
Así las cosas. En las próximas elecciones federales de 2021, las más chonchas en la historia de México, pues estarán en juego más de 3 mil 500 cargos de elección popular, los mexicanos solamente tienen de 2 sopas para votar: El morenavirus o el tumor. Dos impresentables opciones políticas.
Y es que mire usted: El morenavirus de López Obrador, un basurero que conjunta a politicastros impresentables del PAN, PRD, PT, las prostitutas del Partido Verde y de chile, de sal, de dulce y de rancios, muchos rancios que han dado sobradas muestras de estar en ayunas en materia de ciencia política y, por ende, no aptos para ejercer el gran poder político de México lo que le ha valido al gobierno de AMLO ser calificado como “un gobierno de nacos” que no atan, ni desatan y han hundido al país en una catástrofe de catástrofes. El morenavirus es un movimiento político amorfo y sin identidad política propia.
¿Y qué sabemos del tumor? Bueno, pues que lo forman politicastros del PRI, PAN y PRD, en su mayoría gente impresentable con cola larga y corta que les pisen en materia de corrupción, aunque algunos tengan oficio político. Esa alianza opositora recibe el nombre de tumor que quiere decir, “todos unidos contra el morenavirus”.
Morenavirus y tumor protagonizaran una nauseabunda guerra en las próximas elecciones federales de 2021. Y como usted puede ver, ni a cuáles ir porque todos tienen asegunes y lo único que buscan es el poder, por el poder sólo para enriquecerse, jamás para servir, como debe ser el propósito de la política civilizada. La civilidad política en las próximas elecciones estará ausente y sólo hay que esperar que la gran mafia del poder en el morenavirus y el tumor no lleguen a la barbarie y revivan la era de las pistolas como en 1994 o en la era de la Revolución Mexicana.