Silenciar a AMLO
Freddy Sánchez jueves 10, Dic 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
¡Calle boca señor Presidente!..
Porque de lo contrario podría hacer propicio un clima electoral a favor de Morena.
Y de ambas probabilidades, lógicamente los opositores al gobierno de Andrés Manuel preferirán que se imponga la primera.
Para que el discurso presidencial no tenga ninguna influencia en las campañas políticas obrando en desventaja de la oposición.
De ahí, la lucha de posturas entre los que abogan por plena libertad presidencial en materia de expresión durante la época electoral en curso y los que exigen alto a la discursiva del primer mandatario para no alterar el sano desarrollo de los comicios por venir.
La convicción de que cualquier cosa que diga el Presidente deberá ser considerada como una forma de propaganda para los morenistas, enfrenta la idea de aquellos que aseguran que no se tiene ningún derecho a impedir que Andrés Manuel continúe tratando lo que le parezca conveniente como lo hace con absoluta libertad en sus conferencias mañaneras.
En esa tesitura es que tendrá que pronunciar un veredicto el Instituto Nacional Electoral, respecto a si el primer mandatario puede o no continuar hablando de sin restricción alguna durante las campañas electorales.
Cabe la posibilidad de que después del fallo del INE pudiera ser solicitada la intervención del Trife que como ha sucedido en anteriores alegatos judiciales tendrá que ser la última instancia que resuelva un casi inevitable diferendo entre los que quieren y los que rechazan la libertad presidencial para mantener agenda abierta en tanto se realizan las tareas de proselitismo en el país.
Ya se estará viendo en todo caso, si ambas instancias electorales resuelven en el mismo sentido u ocurre que el tribunal Federal Electoral de nueva cuenta “le corrija la plana” a los señores del INE.
Sobre el particular es de hacer notar que en esta controversia se antoja complicado estar a favor o en contra de posturas radicales. Ya sea la de apoyar sin cortapisas que se le impida al Presidente hablar con libertad o se le de “manga ancha para hacerlo”.
Y es que por un lado resulta injusto que al primer mandatario se lo obligue a guardar silencio respecto a algunos asuntos que pudieran ser de interés colectivo y por el otro, podría ser incorrecto permitirle que diga lo que desee pudiendo ser interpretado como propaganda a favor de los candidatos del partido que lo llevó al poder.
De ahí, la disyuntiva a la que tendrán que enfrentarse las autoridades del INE como y el TRIFE, en el sentido de tener que decidir si callan al Presidente o no lo hacen.
En ese aspecto, un punto medio podría ser que de tener que optarse por limitar el discurso presidencial para procurar la equidad en materia electoral durante las campañas políticas, al mismo tiempo se impongan ciertas restricciones a los partidos de oposición y sus candidatos.
Porque, si Andrés Manuel quedara impedido de tratar algunos asuntos que pudieran influenciar a los electorales, a sus opositores se les podría impedir que denigren la figura presidencial.
Es deseable por consiguiente que las autoridades electorales piensen y aprueben resoluciones que garanticen al máximo posible una conducta de civilidad entre los contendientes y de esa manera minimizar el riesgo de las campañas de “lodo” con afanes dolosos de desprestigio a los contrarios.
Que haya pues libertad de crítica, de la oposición hacia el gobierno y viceversa, pero sin vociferaciones ni infundios.
Y para tal propósito se deberá encontrar el equilibrio adecuado en el control oficial electoral con motivo de las campañas políticas y evitar así tener que llegar al extremo de silenciar a AMLO.