Solidaridad
¬ Augusto Corro jueves 10, Dic 2020Punto por punto
Augusto Corro
Terminar con el coronavirus (Covid-19) nos llevará un tiempo largo. Aunque ya se cuente con la vacuna que lo destruirá, faltan por superarse varios obstáculos para su eliminación total. Supongo que aún no es tiempo de cantar victoria.
Mientras avanzamos en la lucha contra el virus, los decesos y los contagios continuarán constantemente: en total van 110 mil muertos y 1 millón 118 mil enfermos. Estas cifras nos muestran la acción de la pandemia.
Fueron rebasados los pronósticos sobre los daños del coronavirus. Hay sitios en los que no se puede romper la cadena de contagios debido a su condición de marginados y de la densidad poblacional en esas zonas.
De ahí que persistan los índices de contagios en veinte colonias de la Ciudad de México, sino es que más. Ahora, vivimos en la capital el problema de la saturación de los hospitales, en una temporada que amenaza con incrementar el número de enfermos.
Ya son varios días que los capitalinos dejaron a un lado el confinamiento para salir a las calles, en muchísimos casos sin la protección adecuada para evitar el contagio: no usan cubrebocas, ni guardan la sana distancia.
Esa irresponsabilidad ciudadana se agudizará en los próximos días, pues la temporada de festejos decembrinos apenas empieza. El llamado de las autoridades a quedarse en casa no funcionó como se esperaba.
Se relajaron las medidas sanitarias y el resultado de esas conductas se reflejan diariamente en los informes de las autoridades sanitarias. Es necesario que cada persona se preocupe por el cuidado de su salud y asuma una actitud solidaria para detener la cadena de contagios.
La vacuna
El martes pasado se anunció la llegada de la vacuna a México. Esta noticia nos trajo esperanzas que nos estimulan a esforzarnos más en nuestro cuidado personal, porque, como señalamos líneas arriba, faltan pasos muy importantes que dar.
Uno de ellos es la débil estructura de nuestro sistema de salud y la distribución del antiviral en el país. Cubrir las distancias en México se complica por la lejanía y por la forma en que será trasladada la medicina.
El traslado, vigilancia, distribución y aplicación del medicamento estará a cargo del Ejército. Esto se debe a que el trato a las vacunas contra el coronavirus representa un asunto de seguridad nacional.
Esperamos que las autoridades se aplican con la inteligencia suficiente y la efectividad necesarias para acabar con el coronavirus. En tanto, toda la sociedad debe entender que son tiempos de mostrarnos solidarios.
Recalcamos lo anterior, porque nos dimos cuenta que las medidas sanitarias fueron olvidadas por la gente que salió a las calles para realizar sus compras navideñas o simplemente a pasear, con el semáforo epidemiológico en alerta, a punto de regresar al color rojo.
Es necesario que actuemos con intensa solidaridad con toda la gente para reducir el número de decesos y de contagios. Cooperar, sin límite alguno, con las autoridades para que la aplicación de la vacuna brinde resultados positivos inmediatamente.
Para empezar nuestra cooperación, vamos a quedarnos en casa. Si hay necesidad de salir a la calle no olvidar el cubrebocas, ni los plásticos protectores, así como guardar la sana distancia.
Y en la medida que se pueda, exhortar a la gente a que cuide su salud porque así nos ayuda a todos a defendernos del contagio viral. Además, no echar en saco roto el llamado a evitar fiestas en esta temporada.
No será fácil, pero si es necesario entender que las reuniones de personas facilitan la transmisión del coronavirus. Vamos, pues, a enfrentar la pandemia, sin egoísmo ni mezquindades. ¿Usted qué opina amable lector?