El regreso del PRIAN
Freddy Sánchez martes 8, Dic 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Como los “tres mosqueteros” de otoñales hazañas, los priistas, panistas y perredistas irán juntos (donde las circunstancias lo permitan) a efecto de disputarle el próximo año cuantos triunfos electorales sea posible, nada menos que a Morena, el actual gran poder legislativo y gubernamental en el país.
La alianza electoral en vías de consolidación, evidentemente, se ha visto estimulada por el buen recuerdo de la fructífera unión de las tres organizaciones partidista mencionadas, que justamente por los acuerdos a los que llegaron, consiguieron impulsar la aprobación de las reformas estructurales, ampliamente fustigadas y vapuleadas por el gobierno en turno.
De modo que ante lo que hoy ocurre en el país, (con suficiente mayoría electoral volcada en apoyo de la 4T), para los que han decidido cerrar filas con miras a las elecciones por venir, igual de complicada que su tarea de lograr el paso de las reformas estructurales, será la empresa de recuperar al menos una parte de los dominios que en la elección presidencial se adjudicaron los morenistas.
En ese aspecto, no puede decirse que la oposición al partido gobernante, (con todo y la unificación de los tres partidos políticos citados), ni siquiera cosquillas podrá hacerle a Morena cuando llegue el tiempo de las elecciones intermedias.
Porque, en la política y en especial en los actuales tiempos, nada es seguro.
Aunque, inequívocamente, el influjo social de Morena con el respaldo del presidente Andrés Manuel posiblemente no enfrente mayores dificultades para seguir ocupando un lugar preponderante en torno a la designación de los futuros cargos de representación popular.
En distintos sondeos de opinión la popularidad del primer mandatario continúa bien posicionada, pese a la rudeza e intensidad de las críticas en su contra y al mismo tiempo el surgimiento de nuevos frentes opositores al gobierno federal, en virtud a distintas acciones institucionales que a muchas personas no les satisfacen aun habiendo sido partidarios de la 4T.
Así las cosas, quienes estando en la oposición pretenden recuperar presencia electoral en México, obviamente, se han percatado de que actuando por su cuenta y en virtud a la sensible baja de simpatizantes que tuvieron en la elección presidencial, sin duda sus posibilidades de triunfo serían prácticamente nulas.
NI PRI, ni PAN, ni PRD en este justo momento, cuentan con un apoyo electoral digno de confianza para ponerse a pelear con “Sansón a las patadas”, en las elecciones de 2021.
Y debido a esa falta de potencial propio para enfrentarse a Morena, con ciertas posibilidades de darle un “golpe” significativo en sus haberes legislativos y de gobierno, es que los tres principales adversarios del morenismo parecen haber llegado a la conclusión de que solamente unificados pueden ser “dinamita” para el partido en el poder en su afán de restarle capacidad de mando al presidente y a su gente en los quehaceres políticos.
Una hipótesis que puede traducirse en realidad, siempre que se conjuguen varios factores a favor de la oposición y en contra de Morena.
Bajo esta panorámica, es de mencionar que los priistas, panistas y perredistas van a tener que esmerarse en elegir candidatos con arraigo popular, trabajar arduamente para conseguir los consensos necesarios, cuidar que ningún aspirante tenga “cola que le pisen” y planear una estrategia electoral conjunta para la propaganda de sus abanderados.
Y por lo que al morenismo se refiere, es preciso que al interior de su organización cesen las discordias, disputas y conflictos, a fin de que sus candidatos igual cuenten con buenos antecedentes y de ese modo se eviten un rechazo social anticipado que se traduzca en descalabros electorales, lo cual dependerá también del buen o mal desempeño del gobierno federal si en realidad se quiere impedir el regreso del PRIAN.