Morena lleva dentro la semilla de la destrucción
Miguel Ángel Rivera lunes 7, Dic 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) parece preocupado por la alianza del PAN, PRI y PRD, pero los conocedores señalan que más deberían atender su propia organización, pues el mayor riesgo que enfrentan es la división interna.
Este fenómeno no es nuevo. Lo mismo le ocurrió al antes considerado invencible, el PRI del siglo anterior. Su caída se acentuó debido a desacuerdos internos, sobre todo a partir del surgimiento de la llamada Corriente Democrática, de la cual salieron, entre otros, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano -que según sus partidarios sólo fue vencido mediante un fraude electoral- y el actual primer mandatario, Andrés Manuel López Obrador, previo paso por el muy disminuido PRD, que también fue víctima de la lucha intestina entre las llamadas “tribus”.
También el PAN tuvo problemas de escisiones, a partir de la idea de no repetir lo ocurrido en el PRI, surgieron corrientes internas que proponían no dejar todas las decisiones en poder de una sola persona, así fuera el Presidente de la República.
Uno de los panistas rebeldes fue Felipe Calderón Hinojosa, quien impuso su candidatura en contra de la voluntad de su antecesor Vicente Fox Quesada, quien tenía como favorito a su secretario de Gobernación, Santiago Creel. Pero en su momento, Calderón enfrentó también resistencias dentro de su partido, al grado que dos presidentes de Acción Nacional, Manuel Espino y Germán Martínez salieron del partido y ahora están en las filas de Morena.
Lo más sobresaliente es que el propio Felipe Calderón sucumbió ante los conflictos internos y ahora está fuera del partido del que fue candidato presidencial y dirigente nacional, por lo cual, junto con su esposa, Margarita Zavala, está en proceso de crear un nuevo partido.
En el caso de Morena lo notable es, en primer lugar, lo prematuro de los desacuerdos, y en segundo término que todas las corrientes internas dicen acatar a ciegas las instrucciones de su guía, el presidente López Obrador.
En contra de esa fe ciega, el caso es que el líder y guía sostiene que no desea intervenir en los asuntos internos de su partido. El presidente López Obrador ha dejado constancia de no interferir, pero precisamente ese distanciamiento en ocasiones no ha dado resultado, al grado de obligar al primer mandatario a olvidar sus promesas y dar indicaciones, como la de sugerir que la disputada presidencia del partido se decidiera mediante encuestas, lo cual así ordenó el independiente Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJF), a pesar de que tal procedimiento no está previsto en los estatutos de Morena.
Dentro de las filas de Morena hay muchos grupos, pero en general, su militancia se divide en dos grandes ramas, los tradicionales o fundadores y los que se han incorporado posteriormente, provenientes de otros partidos.
Con tales antecedentes, Morena enfrenta un proceso difícil para decidir sus candidatos.
Sólo a manera de muestra, cabe mencionar que el sábado anterior quedaron registrados 150 aspirantes a las candidaturas para gobernar 15 estados que estarán a disputa en las votaciones de junio venidero.
Es decir, en promedio, son 10 candidatos para cada entidad, pero hay algunos que estarán mucho más competidos que otros.
Los estados con más aspirantes fueron Michoacán (29) y Guerrero (18). Entre ellos se encuentran legisladores, ex senadores y ex funcionarios, como Cristóbal Arias y Raúl Morón, quienes se proponen contender en la primera entidad; Pablo Amílcar Sandoval, Nestora Salgado y Félix Salgado Macedonio, en la segunda.
De respetarse militancia y antecedentes, Cristóbal Arias debería tener segura la nominación, pero tiene como principal contendiente al dirigente magisterial Raúl Morón Orozco, que es otra astilla del mismo palo, pues fue dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, que como se recordará es producto de una fusión de la Corriente Democrática priista y de organizaciones de izquierda, entre las cuales destacó el Partido Mexicano Socialista (PMS), que inclusive cedió su registro para legalizar el nacimiento del PRD.
Hasta allí, la lucha por la candidatura parece desarrollarse por cauces “naturales”, pero este caso resulta ejemplar, porque también da oportunidad al surgimiento de la lucha entre fundadores y recién llegados o, peor, arribistas.
Otros de los múltiples aspirantes al gobierno michoacano que se presumen militantes originarios boicotean las aspiraciones de los aparentemente principales precandidatos formaron un bloque para oponerse tanto al senador Cristóbal Arias Solís como al presidente municipal de Morelia, Raúl Morón Orozco, por considerarlos ajenos a su partido, pues los cargos que actualmente detentan los consiguieron como candidatos “externos”.
Esto, además de que los inconformes piden que los aspirantes impugnados expliquen el origen del dinero para financiar empresas encuestadoras que les dan preferencia electoral y por haber colocado decenas de espectaculares, así como promover su imagen en redes sociales.
En la lista de impugnadores aparecen la diputada federal Ana Lilia Guillén, la legisladora local, Zenaida Salvador Brígido, el ex líder de la CNTE, Juan Pérez, el diputado local Jesús Madriz y el ex diputado federal, Fidel Calderón.
Otra candidatura sumamente disputada es la de Guerrero, que el senador con licencia y ex alcalde de Acapulco Félix Salgado Macedonio parecía tener en el bolsillo.
El autodenominado “toro sin cerca” ya fue dos veces candidato a gobernador y en las dos ocasiones fue derrotado, pero ahora considera que tiene asegurada la victoria, pues todas las encuestas lo apuntan como favorito con amplio margen de ventaja sobre sus más cercanos competidores.
Con lo que no contaba Salgado Macedonio es con el “fuego amigo”, pues principalmente de fuentes ligadas a Morena se presume que “revivieron” denuncias pendientes en su contra, por violación a una ex colaboradora, cuando era director de un periódico en Acapulco, Guerrero.
La ventaja para el senador con licencia es que el guía moral de su partido, el presidente López Obrador desestimó las acusaciones en su contra. Dijo que las denuncias son producto de la efervescencia de las elecciones en el estado de Guerrero.
Durante una de sus conferencias de prensa en Palacio Nacional, el jefe del Ejecutivo federal destacó que como cada ocasión que hay comicios en alguna entidad comienzan a darse acusaciones en contra de algunos candidatos.
El peligro también viene de fuera
Aunque a final de cuentas Salgado Macedonio sea el abanderado de Morena, las acusaciones lo pueden afectar ante los electores y presentarlo debilitado ante la coalición que se empieza a configurar en Guerrero y otros estados entre el PAN, PRI y PRD.
A riesgo de soportar el “slogan” hecho popular por el presidente López Obrador desde su larga campaña electoral de que el PRI y el PAN son lo mismo -acuñó la expresión PRIAN- estos partidos parecen decididos a impedir que Morena se lleve la mayor parte de los gobiernos de los estados, así como impedir que repita la amplia mayoría de que disfruta en la Cámara de Diputados.
En esta lucha, como en muchas otras contiendas electorales, la “joya de la corona” es la capital del país, la Ciudad de México, la plaza que marcó el inicio del declive del PRI, cuando desde 1997 fue superado por el PRD que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas y, además, perdió la mayoría en la Cámara de Diputados.
Ese fue el antecedente de la “alternancia” ocurrida en 2000 y, luego, a partir de las elecciones de 2006 y la denuncia de López Obrador de haber sido víctima de un fraude, a partir de lo cual surgió Morena, con una “leva” de militantes del resto de los partidos.
A raíz del aplastante dominio de Morena y sus aliados -o rémoras- que, como en el corrido del “Hijo desobediente” no entiende razones, los partidos de oposición decidieron hacer un frente común.
La alianza ha encontrado resistencias en varias partes de la República, pero en contra de esa corriente, surge la posibilidad de una inesperada alianza anti- Morena en la capital.
La dirigente del PRD en la CDMX, Nora Arias, dijo que existen las condiciones para una alianza con el PAN y el PRI y no sólo eso, reveló que a lo largo de nueve meses se ha reunido para tal efecto con los dirigentes del PAN, Andrés Atayde y del PRI, Israel Betanzos, con quienes ha encontrado puntos de coincidencia.