No llegó el esperado
Francisco Rodríguez jueves 31, Mar 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuando se buscó concertar la alianza opositora entre los partidos de izquierda y derecha para empujar a un candidato común en el Estado de México, el pensamiento iba dirigido hacia la nominación de un pez gordo.
Se pensó primero en un candidato de la llamada sociedad civil, de esos que se han convertido en ajonjolí de todos los moles, que son usados en todos los foros posibles, sin importar que fuese hombre o mujer.
Lo importante es que reuniera el perfil de ser una figura mediática y atractiva para la exposición pública, lo que no significaba que electoralmente respondiera a las necesidades ciudadanas.
Nombres se manejaron muchos, algunos de ellos sumamente manoseados que se usan para cuanto cargo público se encuentra vacante o entran en disputa.
Cuando esos nombres no prendieron en el ánimo ciudadano unos y otros rechazaron la posibilidad de participar bajo esa alianza no concretada todavía, se volteó hacia las figuras políticas.
Varios alzaron las manos, los más de ellos sin el respaldo necesario para inquietar al PRI y al posible candidato, por lo que se pretendió obligar a la ex secretaria de Desarrollo Social y de Educación Pública Josefina Vázquez Mota para que encabezara la alianza.
Se usaron diferentes métodos de presión, sin que ninguno fuese lo suficientemente fuerte para convencerla del sacrificio de dejar la comodidad de la coordinación de los diputados federales del PAN y cortar su ruta hacia la candidatura presidencial de su partido, a cambio de una nominación importante, pero menor en cuanto a sus ambiciones.
Josefina fue conminada por los altos mandos de su partido, desde los secretarios de Estado, pasando por el dirigente nacional de su partido y hasta el Presidente de la República para participar en la contienda mexiquense, basados en el esquema de que ella es residente de la entidad, aunque sea de la parte metropolitana conurbada con el Distrito Federal.
La panista es una de las políticas mejor posicionadas a nivel nacional y dentro de su partido es la figura femenina mejor situada, con altas posibilidades de convertirse en candidata presidencial, con todo y los escollos que le están sembrando para ello.
El fracaso con Josefina obligó a los aliancistas de derecha e izquierda a buscar nuevos prospectos, bajo la misma táctica de siempre, esperar a que el PRI nombrara su candidato y entonces negociar con alguno de los desechados.
La fórmula les funcionó a la perfección en otros estados como Chiapas con Pablo Salazar, Nayarit con Antonio Echevarría Domínguez, Sinaloa con Mario López Valdez y fracasó en otras como Durango con José Rosas Aispuro.
Pero también esa alianza considerada contranatura por Manlio Fabio Beltrones dejó beneficios con ex priístas como Gabino Cué en Oaxaca y Rafael Moreno Valle en Puebla y con el panista Patricio Patrón en Yucatán.
Los negociadores del PRD y PAN esperaban que la contienda interna del PRI dejara heridas difíciles de cerrar y por ende un saldo de descontentos presa fácil de convencer para abanderar a una oposición carente de candidatos atractivos para la ciudadanía.
Se confiaba en que Eruviel Ávila Villegas, alcalde de Ecatepec fuese relegado o que Manuel Cadena aceptara la nominación, indignados por la nominación de otro candidato que pudiese ser alguno de los cercanos al afecto de Toluca.
Pero no ocurrió así y la tan cacareada alianza que fue avalada por un pequeño grupo de simpatizantes de los dos partidos (PAN y PRD) se encuentra resquebrajada.
Ambos partidos ya enseñaron a los candidatos con los que buscarán sumar fuerzas y los dos fueron partícipes en un proceso electoral añejo, donde el priísta Emilio Chuayffet Chemor los barrió en su campaña para gobernar la entidad mexiquense.
En la actualidad Alejandro Encinas Rodríguez y Luis Felipe Bravo Mena, son las opciones que presentan sus respectivos partidos, PRD y PAN, para encabezar una alianza que desde siempre se mostró demasiado frágil.
La operación política realizada por los priístas dejó sin habla y sin candidatos renegados para encabezar la alianza opositora y obligó a los dos partidos a recular en la búsqueda de mejores salidas que no dejen mal parada la pretendida coalición.
Y es que en Coahuila, donde la alianza ya fue firmada entre panistas y perredistas, son pocas las expectativas que tienen para posibles triunfos electorales, tanto en el gobierno estatal como en los distritos electorales para la conformación del Congreso del estado.
Con todo y la candidatura del compadre del Presidente de la República, la elección coahuilense se ve con amplia ventaja para el PRI.
Como si no fuese suficiente la ventaja del priísta Rubén Moreira Valdés, militantes perredistas y panistas se han sumado a sus filas, abandonando los partidos en los que militaban.
MANLIO INTERESADO
No es sorpresivo que Manlio Fabio Beltrones muestre interés en competir por la candidatura presidencial de su partido.
El presidente del Senado cuenta con una sólida carrera política que lo ha llevado en dos ocasiones a la Cámara de Diputados y en dos más al Senado de la República, además de haber sido secretario de Gobierno en Sonora, dirigente estatal del PRI, gobernador del estado, subsecretario de Gobernación, dirigente nacional del Sector Popular y presidente de la Cámara de Diputados y del Senado de la República.
La carrera de Manlio Fabio es sumamente amplia y con resultados, por lo que mostrar su interés en competir no es novedad.
Lo que si resulta novedoso es que lo diga en forma abierta y que manifieste su deseo de competir por la posibilidad de abanderar al partido en los comicios presidenciales del 2012.