“Me canso gansismo”
Alberto Vieyra G. miércoles 2, Dic 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
“Me canso ganso dijo un zancudo cuando volar ya no pudo, una pata se le torció y la otra se le hizo nudo, luego le dio aftosa y hasta se quedó mudo… Ya mejor no le sigo porque luego yo sudo”. Es la memorable frase de chunga que Germán Valdés, Tin Tan usó en la película Niño Perdido, en 1947.
Como muchas otras palabras empleadas por el vulgo han caído en desuso, algunos mexicanos han tenido el acierto de desempolvarlas y fue lo que hizo a principios de su desgobierno en 2018, Andrés Manuel López Obrador. No pocos de sus adictos juran y perjuran que él inventó la frasecita, nada de eso López Obrador no tiene el ingenio ni la inteligencia para inventar nada, como no sean las más de 28 mil mentiras con las que ha engañado a los mexicanos y en las que pareciera rendirle culto a satanás, el padre de la mentira o que en otras palabras sería que encabeza “Un gobierno del diablo”, aunque él se dice humanista y equipara a nuestro planeta tierra con una nave espacial que viaja y viaja, sin rumbo fijo. ¿Ya leyó usted su sesudo y moralista compendio de la Guía Ética para la Transformación de México, que no es otra cosa más que un fusile de la Cartilla Moralina de Alfonso Reyes realizada por AMLO y por una veintena de sus periodistas consentidos de La Jornada, para hacerlo ver ante el pueblo de México como un humanista?
No, mire usted, un humanista que no es como Jesucristo, que no entiende ni lo ancho, ni el fondo de la verdad divina, no es un humanista, es un vil demagogo engañabobos que lucra con el poder a costa de envenenar los principios fundamentales del cristianismo. ¡A caray, a caray, pero ya me estoy poniendo muy filósofo y francamente que no creo que me entiende el señor Presidente, ni sus adictos!
Lo que sí entendemos todos los mexicanos es que en la era del “me canso gansismo” y el México de “los otros datos”, del “vamos bien, requetebién” o de los “abrazos y no balazos”, llegamos a la conclusión de que estábamos mejor, cuando estábamos pior. Hoy, México es un desastre en lo económico, con un galopante desempleo y miseria; un desastre de salud pública por el coronavirus, la falta de medicamentos y el negrerismo presidencial; hoy vivimos en el México sin ley; en el México de los secuestros, los feminicidios; en el México del autoritarismo de un solo hombre; en el México de la chocosa militarización del país, porque ante el vacío de poder, por no poder y la campante ingobernabilidad, es necesario gobernar bajo el imperio de las bayonetas.
Es probable que mis compatriotas le perdonen a AMLO muchas de las metidas de pata que ha cometido a lo largo de 2 años, pero al menos este átomo de la comunicación no le perdona a él, ni a cualquier otro mexicano mal nacido, dividir y enfrentar al pueblo de México, usando todos los recursos del poder del Estado mexicano a través del soliloquio marranero desde Palacio Nacional todos los días. Eso nadie se lo perdonará y seguramente que el juicio de la historia será muy severo con un López Obrador que prometía mucho, pero que resultó todo un asesino de esperanzas. AMLO ha perdido su gran oportunidad de pasar a la historia como un Presidente querido y respetado, pues no se ha sabido ganar con acciones de gobierno el respeto ciudadano. ¿Así querrá AMLO que los mexicanos le refrenden su confianza y su suprema voluntad en las próximas elecciones federales de 2021?
Es hora de que los mexicanos reaccionemos y nos demos cuenta de que México está mal, pero no por sus nefastos gobernantes, sino lo que está mal en México es el producto fundamental de esta nación: Los ciudadanos. ¿Cómo podemos seguir votando con el corazón o con los pies por individuos autoritarios, arrogantes, corruptos, ladrones, mentirosos y simuladores políticos que son un mal ejemplo a seguir como el ex secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, que semejaba una momia y hoy pide a los electores sonorenses que voten por él para gobernador? ¡Inaudito! Y tampoco se puede tolerar a un loco llamado Gerardo Fernández Lloroña que fue capaz, hace una semana, de reventar una sesión del INE por el sólo hecho de que le pidieron usar el cubrebocas, pero él salió como el “me canso ganso”, pues dijo que no podía respirar a sus anchas, que requería agua como si fuera de esos autos viejos y, en fin, que esos lorenzos son los que nos han gobernado y mi pregunta respetuosa es: ¿Queremos seguir siendo gobernados por politicastros locos de remate?