Sueños y realidad
¬ Sócrates A. Campos Lemus martes 1, Dic 2020¡Que conste,.. son reflexiones!
Sócrates A. Campos Lemus
LLEGAMOS AL UNO DE DICIEMBRE, MUCHOS PENSAMOS QUE NO VERÍAMOS EL ÚLTIMO TRAMO PARA EL “PUENTE GUADALUPE-REYES” Y PARECE QUE SÍ PODREMOS LLEGAR, CLARO QUE NO GOZAR, PORQUE LA FALTA DE RECURSOS, EMPLEOS, SALUD, ENTUSIASMO, BIENESTAR Y GANAS, NO NOS DAN PARA MUCHO. Por desgracia, creo, que el frío no solamente es en la piel, sino también en el alma y éste no se resuelve con los consejos morales que ahora encabeza el Presidente, son como curitas para tapar heridas graves y pues a saber, a lo mejor la vida no da ni brinda tiempo para que algunos cambien para el bien de todos y dejen las ambiciones o las posturas mesiánicas que nos den “salvación” del alma, porque ahora, necesitamos, sin duda, salvar la vida y los cuerpos… después vendrán las cosas espirituales, hay que sobrevivir, no andarnos haciendo pendejos.
Pues dicen por ahí que en realidad los consejos son valiosos siempre y cuando los vayan incorporando a su modo de vida, es como aquella petición que se realizó desde el inicio para solicitarles a las madres, padres y abuelos el que recomendaran a sus hijos que dejaran el camino del mal y entraran en razón por los caminos del bien, pero valió madres, pues solamente quedamos en la petición, pero no generó reacción, la realidad es brutal y en ella no cuentan los consejos, cuentan las tiempos y las circunstancias y ahí hay que sobrevivir y como no hay más que estar en esas zonas de guerra, pues la gente se ACLIMATA O SE ACLICHINGA y esto es lo que ha sucedido.
Sin duda, los consejos son hermosos y buenos para dar clases a los chamacos, a lo mejor ni los propios maestros estarán dispuestos a llevar tan monacales principios en la vida y todo será de dientes para afuera, para “darle bola” al Presidente que, efectivamente, piensa y cree en ellos, al igual que nos propuso la famosa cartilla donde pues las visiones de la vida eran de antaño y no las modernas que tenemos que soportar. La realidad, señor Presidente, es que ahora todos estamos mucho más preocupados por sobrevivir que por cuidar el alma, la muerte que no pide permiso llega de pronto y llevamos, dicen, más de cien mil, que seguramente ni siquiera tuvieron posibilidades de pedir perdón, de despedirse de sus seres queridos, de verlos por última vez, de estar a su lado, de rezar o de solicitar que los curas llegaran, si son creyentes, a dar los últimos óleos antes de la muerte, pues la verdad es que la mayoría entra enfermo y no sabe si saldrá con vida y muchos, pues no lo han logrado, y levantar el ánimo y dejar a un lado la depresión que es normal cuando los problemas agobian y no hay recursos, ni atención médica, ni trabajo, ni dinero, ni siquiera esperanza de que todo mejore, pues las cosas no se resuelven con consejos y recomendaciones para salvar el alma y el espíritu, lo primero que buscamos todos es salvar el cuero, el pellejo, la vida, y después tendremos tiempo para rezar y darnos golpes de pecho y tomarnos como buenos o tratar de serlo, cuando menos.
Ahora todos andamos buscando los recursos y tratando de proteger lo poco que tenemos si es que tenemos y no nos han chingado con los impuestos y los adeudos ya que ahora le tenemos más terror y horror a los de Hacienda que a los malosos con los que podríamos negociar, con los burócratas y con esos dogmáticos e intolerantes que buscan dinero para sostener un aparato que funciona, pero que estará a punto de colapsar, pues no hay nada más de que: “pagas o te chingo”, y esto lo sufren todos lo que debemos sostener el aparato porque los burócratas, funcionarios y políticos pues tienen segura la “papa” y los salarios, aunque les quiten parte de sus ahorros o del aguinaldo. Siguen siendo los privilegiados y esos a lo mejor se dan golpes de pecho, pero no creen ni un ápice en los valores que ahora promueven por medio de los métodos de distribución de recursos. Pues sí, que caray, si no lo sabe señor Presidente, esta es parte de la realidad, no de los sueños que son buenos como horizontes para el futuro, pero ahora es ahora y en el ahora, nos está llevando la chingada, esa es la realidad.
Claro que alrededor existen los amorosos e incondicionales lambiscones que dicen que el que no está totalmente con AMLO está contra él y es fifí, golpista, traidor y otras chingaderas más, cuando ellos siguen en la comodidad de sus casas y jamás han pisado la cárcel o las calles en las luchas sociales, sólo se dicen incondicionales seguidores que llegan a la estupidez del dogmatismo y la intolerancia, pero con esos no se hacen las transformaciones, solamente andan esperando el “hueso” como cualquier otro perro, ya que con hueso ni se ladra ni se muerde y se la llevan lamiéndolo. Pero no es vida, es la vida de un perro, y tendría que decir que tengo varios y los amo y quiero y cuido las plantas y protejo el ambiente y solamente, ahora, corro de la gente tóxica que por desgracia rodea a los hombres del poder, como siempre. Porque están a la espera de ver cuáles migajas caen de la mesa para correr a tomarlas y estar cerca del que manda y del que paga y para ello tienen que aceptar que todo está bien y no tienen el valor de la crítica ni la autocrítica, ni el valor de decirle la verdad y realidad al hombre que dicen aman y solamente engañan.
A lo mejor, reconozco, estoy muy encabronado por la situación, por la falta de empleo y recursos, por la forma en que la realidad está rompiendo muchos hogares y destruyendo a mucha gente, porque en la realidad nadie tiene asegurada la atención médica ni el pan nuestro de cada día, ni siquiera la educación de calidad, ni el buen trato de los demás, cada uno anda viendo a quién o qué chinga para sobrevivir y esto está llevando a que las cosas se vayan calentando, y un buen día explote la olla social por la presión y entonces no valdrán ni siquiera los consejos de una vida mejor, porque la violencia no respeta vidas ni anda viendo quién es bueno o malo, arrasa en su avance y genera las tragedias.